jueves, diciembre 31, 2009

Bergoglio dijo que la Ciudad es "vanidosa, orgullosa y coimera"

Bergoglio dijo que la Ciudad es "vanidosa, orgullosa y coimera"

Se vivieron escenas de dolor en la Catedral Metropolitana.

 
El arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, calificó a la ciudad de "coimera" además de "vanidosa, casquivana y superficial" y la comparó con una madre que "no tiene lágrimas" para los 194 muertos de la tragedia de Cromañón y "tantos otros que ella abandonó".

Al cumplirse el quinto aniversario del incendio en el boliche Cromañón que causó la muerte de 194 personas, en su mayoría jóvenes, la catedral se abrió -como todos los 30 de cada mes- para los familiares y amigos de las víctimas, quienes mostraron una profunda congoja.

En homenaje a esa relación con la iglesia porteña, la "Familia Cromañón" inauguró una placa de agradecimiento a Bergoglio "por la asistencia espiritual" de todos estos años, en la entrada a la principal iglesia de la ciudad de Buenos Aires.

En la dura homilía que el cardenal pronunció frente a familiares y amigos de los jóvenes muertos, sostuvo que "nuestra ciudad no tiene lágrimas de madre" para esos hijos "y tantos otros que ella abandonó".

"Abandona hijos a los que elegantemente dice chicos en situación de calle, pero los tira a la calle. No sabe llorar", dijo y también incluyó la situación de los mayores: "esconde a los ancianos porque no quiere ver el sufrimiento".

"Esta ciudad vanidosa, casquivana, orgullosa, coimera que maquilla sus heridas" para no ver el dolor, describió Bergoglio en el punto más crítico de la homilía y después ponderó el coraje y la solidaridad de los jóvenes porque "la mayoría murió entrando y saliendo para salvar a sus amigos. No escaparon para salvar el pellejo".

Tras la homilía y los pasos propios de la misa católica, se produjo el rito de las velas durante el que un familiar de cada uno de los muertos lleva en silencio -y en medio de lágrimas- una vela al altar de la catedral.

Luego de la misa, los familiares iniciaban un breve acto en la Plaza de Mayo desde donde marchaban al barrio de Once para homenajear una vez más a sus hijos en el lugar de la tragedia de aquel 30 de diciembre de 2004 en la calle Bartolomé Mitre y Jean Jaurés.

Amelia, madre de Gabriela Borrás que a los 15 años murió en Cromañón, pidió "cadena perpetua para los 15 procesados" y se pronunció en contra de la "corrupción y la impunidad" a la vez que pidió "que terminen de matar chicos".

También se manifestó muy agradecida con el cardenal Bergoglio: "la misa me reconforta. Seguiré en la lucha a 5 años de la masacre", dijo en la escalinata de la catedral.

El 30 de diciembre del 2004, apenas iniciado el recital del grupo Callejeros en la discoteca cercana a la estación de trenes de Once, una bengala lanzada dentro del local encendió la mediasombra que pendía del techo y generó una humareda tóxica que mató por asfixia a muchos de los espectadores, en su gran mayoría jóvenes.

La mayor tragedia no natural de la Argentina -194 fallecidos y al menos 1.432 heridos- llevó a juicio al gerenciador del local, Omar Chabán, condenado a 20 años de prisión pero en libertad por no estar todavía firme la sentencia, a músicos y funcionarios, y derribó del ejecutivo al entonces Jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, destituido por juicio político.