viernes, mayo 06, 2011

Oyarbide



EDITORIAL
Oyarbide

Algunas de las causas penales más notorias de la actualidad nacional son instruidas por un juez que hace diez años evidenció conexiones con el ambiente de la prostitución porteña y que hace pocas horas contoneó caderas y torso sobre un escenario junto a la inspiradora presencia de uno de sus amigos dilectos, el cuartetero cordobés Carlos "La Mona" Jiménez.
Algo no anda bien con nuestra justicia. Algo no anda bien porque esas causas que tramita el juez Norberto Oyarbide son de rango e influencia tal que bien pueden considerarse problemas de Estado. Rebasan lo particular legal y afectan, bien miradas, el tejido institucional del país.
Sospechoso, en el pasado, de tantas oscuras tramas, ¿necesitaba este magistrado añadir ahora una imagen de bailantero meloso, baboso y añoso?