martes, abril 19, 2016

Cristina y Bonadio, según pasan los años

Carlos Pagni
Sábado 16 de abril de 2016
Cristina Kirchner está enardecida con Claudio Bonadio. Le molesta que la investigue porque, cree, en esa inquisición hay una tirria personal. Tampoco le gusta que el fiscal Guillermo Marijuan se muestre severo con Lázaro Báez. Estos disgustos vuelven a demostrar que las valoraciones de la ex presidenta pueden ser flexibles como un junco.
En 2011, cuando Bonadio sobreseyó por su llamativo enriquecimiento a sus secretarios privados, sin que Marijuan apelara esa absolución, ella no abrió la boca. En cambio, en 2002, como senadora, se quejó de que Bonadio fuera misericordioso. El juez tenía en la picota a un oscuro operador del submundo financiero, sospechado de traficar coimas. La señora de Kirchner pedía que Bonadio imitara al implacable fiscal del caso: Marijuan.
En su libro Cristina vs. Cristina, Vilma Ibarra recuerda aquellos debates. Y esta súplica: "Que, por favor, alguien vaya preso en este país por los delitos que se denuncian desde los medios, pero que jamás llegan a alguna conclusión. Lo que hay que hacer es penalizar. Es lo que demanda la sociedad". Firmado, Cristina Kirchner.