La Caridad sin Verdad sería ciega, La Verdad sin Caridad sería como , “un címbalo que tintinea.” San Pablo 1 Cor.13.1
lunes, junio 19, 2017
El Imperio habsburgo contra todo el planeta: las épicas guerras de Carlos V, en un juego de mesa
«Here I Stand» basa su mapa y personajes en
los conflictos militares, políticos y religiosos en la Europa del siglo
XVI al desencadenarse la Reforma Protestante, desde 1517 a 1555
Retrato de Carlos I de España, realizado por Tiziano 1
Decía León Tolstoi en un fragmento de «Guerra y Paz»
que «las grandes personalidades son las etiquetas que dan la
denominación al acontecimiento histórico», pero son meras etiquetas. Los
líderes y los estadistas de nuestra historia maniobran en aguas
acotadas, aunque en verdad sean ellos los que parezcan decidirlo todo.
El juego de mesa «Here I Stand» (Aquí estoy yo) juega
con la idea de las etiquetas históricas para poner a los jugadores en la
piel de los líderes políticos de las principales potencias del siglo
XVI, esto es, el Imperio Otomano, los Habsburgo, Inglaterra, Francia, el Papado y el Protestante. ABC Historia recomienda esta semana el juego por su alto detallado y su fidelidad histórica.
Aquí
Estoy Yo es un juego para tres a seis jugadores, basado en los
conflictos militares, políticos y religiosos en Europa al desencadenarse
la Reforma Protestante, desde 1517 a 1555. Cada
jugador controla una o más potencias de las que dominaban en Europa y
debe enfrentarse a unas circunstancias muy distintas. Así, para los
Habsburgo o los Otomanos el reto es conservar sus anchas tierras,
mientras que para el Papado y la Reforma protestante el combate será de
carácter religiosos. Los debates teológicos, las seis esposas de Enrique
VIII y los primeros pasos en la exploración del Nuevo Mundo tienen también hueco en este juego de mesa. Mapa del juego «Here I Stand» sin desplegar las fichas y marcadoresLa
situación inicial de una de las dos campañas jugables sitúan a los
jugadores en el periodo posterior al nombramiento de Carlos V como
Emperador del sacro imperio Romano. Concretamente, la partida se inicia
con las 95 tesis de Lutero (evento obligatorio), que extienden el protestantismo por varios electorados del imperio de Carlos V. En paralelo a ello, Francisco I Rey de Francia se encuentra en guerra con el Papa y los Habsburgo. Además, el imperio Otomano está en guerra con Hungría.
En este sentido, lo más interesante a nivel histórico es que se
incluyen personajes jugables con bastante fidelidad en sus
características. De modo que el Gran Duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo, es el mejor general a disposición de los Habsburgo y Andrea Doria su mejor almirante. Los principales monarcas europeos aparecen representados, en detalle: -Francisco I de Francia.Un
Rey seductor, mujeriego, imponente físicamente (medía casi dos metros),
mecenas del arte y valiente guerrero, tanto como para exponerse varias
veces a la primera línea del combate, quedó reducido por el augusto
Carlos I y la superioridad de los ejércitos hispánicos a un gobernante
aplastado en Europa y humillado a nivel personal. Tras la batalla de
Pavía en 1525, Francisco I fue llevado preso a Madrid, donde permaneció
un año en la Torre de los Lujanes y en el Alcázar, después, hasta que
accedió a firmar el ignominioso Tratado de Madrid y jurar su
cumplimiento ante los Evangelios. Nada más pisar Francia dio la razón a
su fama de ser «un hombre sin honor» y donde dijo digo dijo ahora Diego.-Carlos V de Alemania y I de EspañaTan
guerrero como Francisco, pero mucho más meditado en sus decisiones. Su
capacidad de aprender idiomas le permitió moverse con solvencia por su
gigantesco imperio, empezando por una España que desconfió a su llegada
de aquel joven inexpresivo y tímido pero terminó ofreciéndole su última
morada en un pueblecito de Extremadura. Si bien salió triunfante de sus
enfrentamiento con Francisco I en la mayoría de casos, así como en su
lucha contra los protestantes; no se puede decir lo mismo del pulso con
el Imperio otomano y los esbirros de éste en el Mediterráneo, los
corsarios. Allí tuvo algunos tropiezos de entidad como la Jornada de
Argel o la Batalla de Préveza. El hombre invicto no lo era tanto en el
Mediterráneo.-Enrique VIII de InglaterraEl
Tudor jerció de cerrajero y árbitros en las contiendas entre Francisco I
y Carlos V en Europa. El inglés, casado con la tía de Carlos, Catalina
de Aragón, fue un valioso aliado del Imperio español hasta que sus líos
de faldas echaron al traste la alianza. A esto se sumaba que el monarca
inglés y el francés en sus escasos encuentros no terminaron de congeniar
a nivel personal. Se cuenta como anécdota que el inglés agarró al
francés del cuello y le pidió que lucharan juntos en su primer
encuentro. Tras dos intentos de tirar a tierra al corpulento francés,
los consejeros de Enrique le disuadieron de que siguiera con el juego.
Solo el divorcio y posterior muerte de Catalina agrietaron la alianza e
incluso acercaron a Enrique a Francia.-Solimán I del Imperio otomano.Desesperado
por sus derrotas, Francia inició tras la batalla de Pavía un
acercamiento diplomático hacia el Imperio otomano que tenía al Imperio
español como su enemigo principal. Tras destruir al país que más
problemas le había causado en la zona balcánica, Hungría, la furia de
Solimán estuvo cerca de conquistar Viena, en 1529, tras una fulgurante
ofensiva a cargo de 120.000 hombres. Solo tres años después, el sultán
volvió a marchar sobre Viena, aunque esta vez el propio Carlos V acudió
al frente de un ejército levantado a contrarreloj, en parte con el
dinero del rescate de los hijos de Francisco. Solimán se retiró antes de
la llegada de las fuerzas imperiales, privando al mundo de lo que
hubiera sido el combate del siglo: los dos emperadores del planeta,
frente a frente.-León X.Este
Papa procedente de la familia Médici mantuvo una dura batalla para
evitar la invasión francesa de Italia, de la que a largo plazo salió
triunfante gracias a la ayuda de Carlos V. No obstante, este pontífice,
hedonista y amante de los placeres de la música, de la literatura, de la
pintura, es recordado porque durante su papado se alzó la voz de
Lutero. La construcción de la Basílica de San Pedro emprendida por León X
derivó en la venta de indulgencias. Esta cuestión fue el principal
detonante para que Martín Lutero iniciara en 1517 una reforma
eclesiástica que habría de escindir la comunidad cristiana. León X
condenó las tesis luteranas en 1520 mediante la bula Exsurge Domine y,
al no retractarse, el Papa pronunció la excomunión de Lutero y la de sus
partidarios en 1521.-Martín Lutero.Nacido
en la ciudad burguesa de Mansfeld (Alemania), Lutero dejó sus estudios
universitarios para ingresar en un monasterio agustino de Erfurt cuando,
en 1505, un rayo estuvo a punto de alcanzarle de camino a la casa de
sus padres. Aterrado, el joven gritó: «¡Ayuda Santa Ana! ¡Me haré
monje!». Lutero entró así en el clero empujado «por el terror y la
angustia de una muerte repentina, y a través de esta obsesión moral dio
lugar a unos escritos donde exhortaba, entre otras cuestiones, a
reestructurar la Iglesia y a regresar a las enseñanzas originales de la
Biblia. En las 95 tesis, un texto clavado en las puertas de la Iglesia
del Palacio de Wittenberg en 1517, el agustino cargó contra la doctrina
papal. León X contestó excomulgando al fraile e instando a Carlos a
tomar medidas. En Worms, el popular fraile y el imberbe Emperador
tuvieron su primera confrontación teológica.* Cabe
advertir que «Here I Stand» no es un juego para principiantes en el
género, ya que hay que dedicar bastantes horas a estudiar el reglamento,
y no se encuentra traducido al castellano. En la versión a la que hemos
tenido acceso en ABC Historia, comprada en Atlántica Juegos (Calle de la Luna, 6, 28004 Madrid),
contábamos con fotocopias de las cartas y un libro del juego traducidos
al castellano. Hay que asegurarse de que la tienda donde se compre
incluya estas facilidades.
El juego, no obstante, cuenta con una segunda parte, «Virgin Queen», que se ambienta en la siguiente generación de líderes europeos, tomando en esta ocasión el enfrentamiento entre Felipe II e Isabel Tudor como el epicentro de la acción.