domingo, noviembre 26, 2006

JUAN BAUTISTA THORNE.-4TA. ETAPA.

JUAN BAUTISTA THORNE.-4TA. ETAPA.

GUILERMO A. LOUSTEAU HEGUY.

( DESTINADO CON ECHAGÜE )

…y los marinos de la Confederación combaten en tierra, por falta de barcos. Destinado al ejército de Echagüe como artillero, el héroe de Martín García, interviene en Pago largo y Cagancha el 30 de mayo de 1839 y 7 de febrero de 1840, respectivamente.

Echagüe, terminada la guerra en el norte, refuerza el ejército que enfrentará a Barón de Astrada,en el litoral, infringiéndole la derrota de Pago Largo que le costará la vida al gobernador correntino . En ella tendrá principalísima actuación el marino que tiene al mando de la artillería y que destacara en Patagones. Juan Manuel de Rosas no oculta su satisfacción por el triunfo que le afirmaba su posición, sumándose a Yungay. En carta fechada en abril 19 de 1939, escribía a Echagüe, desde Buenos Aires : “…Ahora siento la mayor complacencia en reproducirle mis cordiales manifestaciones y en su personas a los jefes oficiales y tropa del benemérito ejército a su mando. He recibido el estandarte que tanto he apreciado, y por todo lo que repito los sentimientos más íntimos de mi sincera gratitud. Estoy ocupado de contestar su apreciable nota oficial de parte de tan gloriosa jornada y de un decreto de premios honorable a Ud. Y a ese virtuoso ejército “.

Cagancha vuelve a enfrentarlo con fuerzas navales, si bien debe combatir desde tierra. Rivera ascendía el Paraná con una flota de 11 embarcaciones, hasta atrincherarse en los campos de Cagancha, que se halla situado entre Virgen y San José, los dos afluentes del Río que iba a convertirse en escenario de las nuevas proezas de combatientes argentinos. Al disponer sus tropas, Echagüe coloca 3 o 4 piezas de artillería al mando de Thorne, que debían batirse contra 10 piezas de que disponía la fuerza unitaria, al mando del coronel Pirán.

Será éste quien revelará luego que la caballería federal enfrentada en los flancos con su rival con su rival, abrirá las brechas que pudieron conducir a la victoria. En esas brechas penetraron , la artillería de Thorne y la infantería de Garzón. Sólo faltaba reforzarlos con un ataque de caballería que Echagüe no pudo efectuar por un error táctico. La flotilla unitaria ha sido ya, en esos momentos , batida por el fuego feroz de un marino que combatía en tierra; el mismo que saltara en primer término al abordaje al “ Itarapica “, el segundo de la defensa de Martín García. Cagancha no fue victoria ni derrota para ningún bando. Echagüe perdió el campo, pero infringió a Rivera bajas que iban a ser importantes en el transcurso de la campaña. En ella habían tenido nuevamente parte decisiva los cañones, los pocos cañones que iban a darle a Thorne, paso a paso , el título de mejor artillero de la Confederación.

Echagüe pierde en Don Cristóbal la oportunidad de una definición a su favor. Sus viejos elementos ( la artillería de Thorne, la infantería de Garzón y la caballería de Lavalleja ) no fueron aprovechados como merecían. Los primeros momentos fueron favorables para los defensores de la autoridad nacional, pero su general en Jefe volvió a cometer errores de otras batallas, el error que se convertiría en hábito, en factor decisivo de todas sus luchas; todas sus fuerzas son comprometidas desde el principio. Un golpe de suerte, de esos que acostumbraba el temerario “ cóndor ciego “le dio la victoria. Thorne y Garzón han de mantener, no obstante , sus fuerzas intactas en las posiciones conseguidas a pecho descubierto; ello evitará el derrame total , y la derrota sólo será la pérdida de algunos elementos militares. No importa el triunfo, importa la causa que se defiende . El general Paz es claro : “El triunfo de Don Cristóbal se celebró en la más grande entusiasmo por los emigrados argentinos y los orientales llamados “ colorados “ que eran partidarios de Rivera . Se hizo para solemnizarlo una especie de procesión llevando las banderas francesas en casa del comandante y juez político don José Rodríguez ,donde se sirvió un refresco, se dirijieron muchos brindis y yo dediqué un himno a general Lavalle “ ¡ Triste triunfo de un bando argentino que se celebraba enarbolando banderas extranjeras !

Lavalle no comprende la situación, y permite a su vencido rehacerse en base a sus dos armas incólumes y que le aseguran la superioridad de Echagüe. Todo ello lleva inevitablemente a Sauce Grande , nuevo escenario de ese primer protagonista en que se está convirtiéndose Thorne. Los unitarios reciben los refuerzos de la escuadra francesa, rivales ya viejos del marino-artillero en su defensa de la soberanía de la cual Rosas era paladín.

La superioridad de los federales se ve afectada por la abundancia que significa la unión de los enemigos de la Confederación. La suerte de las armas será indecisa , pero la indecisión da ventaja a Echagüe.

Ese formidable estratega que era el General Paz , ha criticado duramente a los dos jefes de Sauce grande : “ Se me figuran que eran dos enfermos que se debaten, cuyos esfuerzos son contrariados por las distintas dolencias que los sujetan, El uno, un ético cuya debilidad le permite apenas mover las manos y ponerse en pie ; el otro, un febricitante , cuya exaltación traba y entorpece sus movimientos. El ejército de Echagüe se consumía de miseria y desaliento; el del general Lavalle no era más fuerte nadando en la abundancia y rebosando del bullicioso entusiasmo, porque el desorden lo enervaba e inutilizaba aquellas ventajas “

La posición de Echagüe- pese a los errores- fue considerada como una fortaleza, y el mismo Paz le reconoce ser buena y apropiada para la defensiva. Ello volvió a ser efecto de la artillería magníficamente emplazada.

Poco tiempo después, la escuadra federal esta armada. Bathurst, Toll, Craig y otros se incorporan a ella , Thorne lo hace a pedido de Brown, dejando el ejército de Echagüe, al que le ha rendido lo mejor que tenía de sí. Antes, sin embargo intervendrá en las batallas de Diamante y Caaguazú. En esta batalla, la artillería a su mando, colocada entre la infantería y las divisiones del general Gómez, de cara al río Corrientes , somete a un intenso y constante fuego al manco Paz. , quien diría, al relatar los acontecimientos:: “Mientras este,, los centros de ambas líneas no estaban ociosos ; según creo, el pensamiento de Echagüe era debilitar el mío, con su superior artillería, que estaba bien servida y regularmente mandada por un oficial extranjero, cuyo nombre no recuerdo…Cuando llegó la oportunidad, nuestros batallones hicieron un movimiento de frente, que no aguardó al enemigo, poniéndolo en retirada. La emprendió en orden, con su artillería, su parque, bagajes, infantería y los restos que quedaban de su derrotada caballería. Mas ya era su situación desesperada: atacados de frente, oprimidos por ambos flancos por numerosos escuadrones, su destino estaba irremediablemente fijado. La poca artillería que le restaba se desprendía en grupos para salvarse, en términos que antes de media legua ya no quedaban más que infantes y la artillería con el parque y bagajes “.

Ese oficial extranjero cuyo nombre no recuerda es Juan Bautista Thorne , cuya artillería apagó los fuegos de la de Paz, y le habría desmoralizado su infantería si ésta no hubiese iniciado un movimiento de frente, simultáneamente con las caballerías de Nuñez y Ramirez que decidieron la retirada de Echagüe. En la retirada cuando Paz se acercaba, Echagüe hacía alto, la artillería de Thorne recomenzaba sus fuegos y proseguía la retirada después de haberlo contenido. Ello concretará la posibilidad de la retirada en orden de que habla Paz, y el hecho de evitar la caída total de Echagüe. En cada alto del ejército vencido, su artillería contendrá a los perseguidores , impidiéndoles darles alcance. Y nuevamente, vuelve a ser Thorme factor preponderante de la lucha, ya no en la victoria que no llega, sino en hacer menos dura la derrota. El bando federal, la autoridad constituida, y la República vuelven a adquirir una deuda con quien todavía seguirá dando muestras de cariño a su patria adoptiva.. El precio de esa acción es una herida de lanza, que le traerá trastornos más tarde , debiendo desembarcar del “ Belgrano “- su próximo destino – para ser atendido.

Su inmediato en dicha embarcación, el coronel Mariano Maza, lo convertirá en su consejero técnico.. Así se desprende de cartas que Maza le dirige a Alzogaray , actualmente en el Archivo Nacional.

El resto de 1841, y los años siguientes hasta 1844 inclusive lo pasará en su elemento: la escuadra naval, donde a las órdenes del almirante Guillermo Brown , en pleno fulgor de su campaña, asistirá a loa suceso fundamentales para la República en pugna por su estabilización, contra los enemigos internos en estrecha alianza con potencias extranjeras. Los nombres se suceden con la velocidad vertiginosa.. Entre esos nombres adquiere trágico relieve el del comodoro Brett Purvis, llegado a Montevideo el 7 de julio de 1843, como nuevo comandante en jefe de las fuerzas navales británicas, y Thorne asistirá a los continuos atropellos de Purvis. Garibaldi aumenta la lista de personajes, contra quienes la lucha se transformará en un timbre de honor para Thorne.

A partir de agosto de 1843, se hará cargo del cuidado de la costa norte del Paraná. Hasta diciembre de 1844 se extenderá su vigilancia en la zona, llevará tropas o acompañará buques mercantes con provisiones. Su deber lo llevará a veces hasta Corrientes, en persecución de naves que corren en ayuda de Paz. En esta época vuelve a poner su calidad de artillero al servicio de su ex jefe, el general Echagüe, hasta que finalmente la escuadra federal de río, al mando de Thorne, se ve desmantelada por la necesidad de fortificar la costa- asediada por fuerzas enemigas- con su artillería.

( Aquí le toca actuar en la “ Vuelta de Obligado “ –que iniciaba este trabajo- pasaremos a la 5ta etapa , que titulé “revancha contra los franceses. El Director.)