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Reflexiones a treinta años de la gesta de Malvinas | |
En principio, y para fijar posiciones de entrada nomás, recalco el término Gesta cuando hablo de Malvinas, pues para los argentinos que sentimos la Patria en nuestras entrañas, eso es lo que fue Malvinas. Por el Ex Mayor Hugo Reinaldo Abete | |
Malvinas es mucho más que una Guerra, por el significado profundo que tuvo, tiene y tendrá para el futuro de la Argentina. Malvinas es la Gran Causa Nacional a partir de la cual los argentinos vamos a encontrar nuestra verdadera identidad y la unión nacional. El gran patriota y héroe de Malvinas que fue el coronel Mohamed Alí Seineldín y que tuve el honor de servir a sus órdenes en las luchas por la dignificación de las FF.AA., cuando hablaba de Malvinas, siempre hacía la comparación con un iceberg y, en tal sentido, exhortaba a los oyentes a no quedarse con lo que se ve en la superficie, sino que había que sumergirse hasta lo profundo para encontrar el verdadero valor que tiene Malvinas para los argentinos. A punto de cumplirse el 30 aniversario de la Gesta, un marcado espíritu Malvinero parece haberse apoderado de repente de políticos, medios de prensa, artistas, comunicadores sociales, representantes de la cultura y otros que jamás, desde 1982 a la fecha habían emitido opinión sobre el tema. Es decir, hoy todos opinan sobre Malvinas. Y esto, indudablemente, nos llama a reflexionar. ¿Está bien que hoy todos opinen sobre Malvinas? Y categóricamente afirmo que sí que está muy bien, el problema está en los fundamentos de las opiniones y en el espíritu patriótico que contengan. Y en tal sentido, la primera reflexión que a uno le surge es que hoy todos opinan porque en 1982 se libró una guerra que instaló a Malvinas en el corazón de los argentinos. Es la sangre de nuestros muertos la que selló ese sentimiento. De no haber existido la Guerra en 1982 eso no hubiera ocurrido y Malvinas sería la misma cosa difusa que fue durante 150 años para la mayoría de los argentinos. Tengo dicho y escrito que si algún día los argentinos recuperamos las Islas, sin dudas será por lo que se hizo en 1982. Desde aquella fecha al día de hoy no ha pasado un solo día que en los diarios o revistas no se mencionara la palabra Malvinas. Ahora bien, es innegable que el sentido heroico de la vida no es lo que caracteriza al mundo moderno, más bien toda una corriente pacifista, antimilitar y anticristiana es lo que predomina y desde hace ya tiempo se ha a instalado en las mentes de muchos compatriotas. Valiéndose de la ideología que colocan por encima del Patriotismo, quieren hoy reivindicar Malvinas desde lo político partidista, lo utilitario y lo material. Y ya lo dije, Malvinas está metida como nunca en el corazón de los argentinos. Nunca jamás se puede levantar una bandera que no tenga sus bases en la Verdad y, les guste o no a los representantes de la antipatria, Malvinas son sus héroes, son sus valientes soldados, Malvinas son sus oficiales y suboficiales del Ejército y la Armada, son sus intrépidos pilotos y somos los millones de argentinos que no pudimos estar en la primera línea en las islas pero apoyamos con todo nuestro corazón a nuestros hermanos. Otra reflexión que me surge a 30 años de la guerra, es la liviandad, ligereza o indiferencia con que los argentinos tomamos el rol artero que le cupo a Chile respecto de Argentina durante el conflicto. En tal sentido es bueno recordar que fue importantísimo el apoyo que Chile brindó a Gran Bretaña interfiriendo nuestras comunicaciones, informando a los ingleses sobre nuestras posiciones, facilitando su espacio aéreo y terrestre para incursiones de comandos británicos que buscaban destruir nuestras bases aéreas del continente, y otras felonías más. Cuesta creer que nunca le hayamos reclamado nada a ese país que le debe su libertad e independencia a nuestro general San Martín y a nuestros bravos Granaderos. Por el contrario, recuerdo como si fuese hoy cuando el codicioso y trepador general argentino Martín Balza, condecoró con la orden del Libertador General San Martín a Augusto Pinochet años después de la guerra… ¡cuánta confusión!. Nunca jamás los argentinos deberíamos olvidar el proceder de Chile por más que sepamos que actuó conforme a sus intereses y al sentimiento, mezcla de encono y envidia, que siempre tuvo para con nuestro país. Ese mismo sentimiento es el que está presente hoy, 30 años después, en los habitantes chilenos que habitan Malvinas y conforman una corriente de opinión importante contra los intereses argentinos. Y volviendo a la relación entre Argentina y Malvinas, podemos agregar que siempre hemos sostenido que existen dos Argentinas: la del 2 de Abril y la del 14 de junio. La Argentina del 2 de Abril es la Argentina de pie, la Argentina grande y soberana, la que asombró al mundo al enfrentarse a la potencias más poderosas del planeta a quienes desenmascaró. Es la Argentina valiente y viril que realizó una operación militar que fue ejemplo en el mundo al no provocar un solo herido enemigo y ofrendar la sangre del primer héroe nacional, el Capitán Pedro Edgardo Giachino. Es la Argentina líder de Latinoamérica que revaloriza a todo el subcontinente detrás de esta Causa. Es la Argentina de la unión nacional. Es la Argentina del rezo del Santo Rosario que penetra cada noche en las trincheras y alienta a nuestros combatientes. En síntesis la Argentina del 2 de Abril es la Patria misma. Por el otro lado está la Argentina del 14 de junio, la de lo peor de la guerra –no porque se haya perdido, pues hay derrotas que honran a los pueblos, ni tampoco por quienes debieron rendirse-. Es lo peor por la vergüenza que muchos argentinos sintieron por la derrota; vergüenza que hizo que escondieran a nuestros combatientes como leprosos y no honráramos a nuestros muertos. Es la Argentina de rodillas, en la que todo estuvo mal, la que desconoce a los héroes, a los muertos y a los soldados, la Argentina ideologizada, sin sentido heroico de la vida, la Argentina cipaya, la Argentina quejosa, llorona y lastimosa, la Argentina que el resto de los países no alcanza a comprender cómo no se da cuenta de la hazaña que hicieron sus hombres. En síntesis, la Argentina de la antipatria. Si bien la Historia de los pueblos abarca tanto lo bueno como lo malo, para construir el futuro es necesario educar sobre lo mejor y lo bueno sin olvidar lo malo. Al igual que en las familias, ¿quién no ha tenido entre sus antepasados algún sinvergüenza?, sin embargo a la hora de educar a las generaciones futuras, buscamos ejemplos en lo mejor de la familia y dejamos de lado lo peor porque con lo peor no se construye. Lo peor sólo cosecha odio y resentimiento. Y así debe ocurrir con Malvinas entre la Argentina de pie del 2 de Abril y la Argentina de la derrota del 14 de junio que nos quieren imponer. Es hora que los Argentinos tomen conciencia que la Patria está por encima de cualquier ideología y que una Causa Nacional como lo es Malvinas nos debe encontrar a todos unidos detrás de ella. Malvinas no es de izquierda ni de derecha, Malvinas es la Patria. Gloria y honor a todos los combatientes de Malvinas. ¡Por cada día un 2 de Abril! ¡Por Dios y por la Patria! |