Más de 10 mil personas recordaron a sus muertos asesinados por la subversión y pidieron pacificación y una amnistía que involucre a militares y ex terroristas subversivos.
- Una fuerte derrora a las "operaciones sucias como la efectuada a Karina Mujica" y a la acción Psicologica, a la campaña de desprestigios de los referentes ded esta marcha, desde algunos medios de prensa y sectores de los Servicios de Inteligencia estatales. Esto demuestra que la sociedad ha madurado, podrá estar o no de acuerdo, pero no se deja manipular burdamente. Ya pasó en la Marcha de Blumberg y volvieron a cometer el mismo error.
ACTO 5 DE OCTUBRE
HOMENAJE A LOS MUERTOS ASESINADOS POR LA SUBVERSION
“Todos hemos perdido un ser amado, todos sufrimos la ausencia de un padre, de un hijo, de un hermano, de un esposo o de un amigo. No obstante pareciera ser que sólo tienen derechos los familiares de los desaparecidos o los militantes de organizaciones terroristas”.
“Nosotros no somos enemigos de nadie, somos hijos, huérfanos, viudas, padres sin hijos e hijos sin padres”, dijo Ana Lucioni.
“En la contramarcha , se realizó en paz , con la presencia de dos grupos de no mas de 70 personas cada uno”.
Esto llevó al enojo de una de las agrupaciones que hoy no ocurrirá a la marcha para pedir por la aparición de Julio López, ya que dijeron en off, que el “gobierno no les dio apoyo”.
Sin dudas una comparación de 10 mil asistentes contra 140 a 200 siendo optimistas ,personas como máximo , con apariciones en todos los medios “ hablando de la contramarcha” es un rotundo fracaso para estas agrupaciones , como para sectores de la prensa y del gobierno que fogonearon la acción psicológica...
( Manifestación de Convergencia Socialista)
Ante más de 10 mil asistentes y con los discursos de Ana Lucioni, de Argentinos por la Memoria Completa, y José María Sacheri, Asociación de Víctimas del Terrorismo, los caídos por el terrorismo de la década del 70 tuvieron su homenaje a 31 años del sangriento intento de copamiento del regimiento de Formosa. Ademas se leyó una carta enviada especialmente para el acto por Monseñor Bergoglio, leído por Arturo Larrabure.
La masiva asistencia eclipsó la insignificante convocatoria de la izquierda, con apenas dos grupos de 50 personas de la ultraizquierda, de convergencia socialista, que se enojaron con el Gobierno porque no les dieron el apoyo necesario. En ese sentido, pudo saberse que hoy no irán a la macha.
Entre las consignas, los organizadores del acto solicitaron expresamente que el objetivo era lograr el reconocimiento de la Nación Argentina en su estatus de víctimas del terrorismo que asoló a nuestra patria.
“Los organizadores sólo vienen a reivindicar sus muertos y a ninguna otra persona o institución.
Asimismo quieren hacer notar que no hay vienen encapuchados ni munidos de palos, entiéndase que ponen la cara porque nada tienen que ocultar ni de qué avergonzarse y que sus intenciones finales son la pacificación de la República y lograr la amnistía a fin de poder encarar el futuro de la Nación dejando atrás en forma definitiva los odios y los daños que podamos habernos hecho mutuamente.
Por último los organizadores ruegan a todos los presentes no responder a insultos ni agresiones ya que cualquier reacción va en contra de los postulados propuestos por los organizadores.”
Se recibieron las siguientes adhesiones y agradecimientos:
-Arpana (Argentinos por la Pacificación Nacional), Agencia de Noticias El Tábano, Agencias de Noticias (Notiar), Argentina Megabaires, Argentinos por la Memoria Completa, Aunar, Asociación Unidad Argentina, Fundadora del Grupo de Escritores Rioplatenses
Círculo Militar General Artigas de la Republica Oriental del Uruguay
Comisión Permanente de Homenaje de Policias de Rosario, asesinados por organizaciones terroristas.
Foro de Almirantes Retirados
Fundación Felices los Niños
Jóvenes por Verdad
Movimiento Boinas Coloradas
Movimiento de Unidad Nacional
Movimiento Federalismo y Renovación
Movimiento por la Recuperación de la República
Partido Demócrata
Partido Popular de la Reconstrucción
Publicación electrónica La Década del 70
Revista V1, Vitamina para la Memoria
SEPRIN
Verdad Sin Rencor
Foro de Generales Retirados
Foro de Almirantes Retirados
Foro de Brigadieres Retirados
Unión de Promociones de la Armada, Fuerza Aérea y Ejército argentinos.
Personal retirado de Gendarmería Nacional
Prefectura Naval Argentina
Policía Federal Argentina
Policía de la Provincia de Buenos Aires
Servicio Penitenciario Federal y de la provincia de Buenos Aires
Consejero Escolar Gabriel Miras, de Beriso
Fundación Josefa Marsoa de Vázquez
Movimiento Nacional Carapintada
Notas de adhesión provenientes del exterior
Licenciado Jesus Armillan, desde Paraguay
“Estoy muy lejos de Buenos Aires y no puedo asistir en persona a la marcha en memoria de las víctimas y el odio que envolvió al país en la década del 70. Espiritual y moralmente estoy junto a ustedes. Lo único que puedo aportar es una misa que se realizará en la vicaría castrense de Asunción y cuya celebración estará a cargo del capellán de la Armada paraguaya, sacerdote y parroco. Entregué en sus manos una lista de todas las víctimas de esa infernal época que me hiciera llegar uno de ustedes, así no queda nadie fuera de las oraciones.
Tambien rogaremos porque se termine la persecución infame.
Y por que el odio desaparezca de la Nación argentina
Adhesión recibida del profesor Alejandro Torres Negra, del Uruguay
“Adherimos a vuestro acto recordatorio e inclinamos nuestras banderas. Estamos junto a ustedes y juntos a los mayorias silenciosas y silenciadas de ambas márgenes del Plata
Tributando un homenaje a la memoria de quienes cayeron victimas de la saña criminal de la subversión marxista. Los miembros de las organizaciones criminales marxistas y sus cómplices que en nuestras respectivas patrias asesinaron, secuestraron, atentaron, robaron. Aparecen hoy hipócritamente trasvestidos en defensores de los derechos humanos. (…)
Aunque hoy usen ropaje de periodistas, docentes, magistrados, poetas, siguen siendo criminales inescrupulosos que jamás se arrepintieron de sus repugnantes delitos (..).
Evocar a quienes fueron asesinados por la subversión terrorista debe convocarnos a redoblar esfuerzos en esta lucha ideológica cuyo campo de batralla actual es la opinión pública y en la que los medios de comunicación atacan el alma de las personas honestas de modo análogo a la metralla con la que la que atentaron contra nuestros caídos y contra la sociedad toda.
Que la defensa de valores y principios comunes siga acercándonos en nuestra lucha contra un adversario ideológico también común que pasó por encima de fronteras políticas y geográficas.
Hoy brindamos emocionados junto a ustedes al evocar el pasado. Desde allí nos afirmamos en el presente para proyectarnos hacia el futuro siempre en actitud abierta y resistiendo con toda la energía que Dios nos conceda. Reciban toda nuestra adhesión, nuestro apoyo fraternal y combativo.
También se recibió la adhesión del Círculo Militar General Artigas
Y de un mayor retirado del Ejército uruguayo. Luego se entonó el Himno Nacional
Tras un minuto de silencio en memoria de las víctimas del terror en la Republica Argentina, Arturo Larrabure leyó un mensaje del monseñor Bergoglio:
“Los señores obispos reunidos en la 143 Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina nos recordaban que estos hechos del pasado que nos hablan de enormes faltas contra la vida y la dignidad humana y del desprecio por la ley y las instituciones son una ocasión propicia para que los argentinos nos arrepintamos una vez más de nuestros errores y para asimilar en la construcción del presente el aprendizaje que nos brinda nuestra historia.
Debe ser este espíritu de reconciliación el que nos anime en el presente alejándonos tanto de la impunidad que debilita el valor de la justicia como de rencores y resentimientos que pueden dividirnos y enfrentarnos.” CARDENAL BERGOGLIO
A continuación hizo uso de la palabra Ana Lucioni, presidenta de la Comision de Homenaje Permanente por los Muertos por la Subversión
“Antes que nada quiero agradecer a todos los que nos han alentado y apoyado a llevar adelante esta difícil tarea de recordar a las víctimas del terrorismo subversivo. Destinadas a mantener vivo el recuerdo de aquellos que defendiendo la Nación toda murieron cumpliendo hasta las últimas consecuencias con su juramento de dar la vida por la Patria. Y nos hemos hecho el firme propósito de continuar con este ideario porque en esta guerra además de los miembros de las Fuerzas Armadas, de seguridad y policiales, también hicieron su aporte de sangre empresarios, estudiantes, trabajadores, dirigentes gremiales, niños, amas de casa a manos de manos de las organizaciones terroristas que atacaron a la sociedad argentina sin respetar reglas ni códigos vulnerando los más elementales derechos humanos de todos sus integrantes.
También saludamos a quienes nos acompañan en el interior de la República con actos similares.
Queremos agradecer a los medios de comunicación social presentes porque a través de ellos haremos llegar a toda la sociedad nuestro mensaje conciliador en la busqueda de la unión de todos los argentinos, camino único para lograr la paz social tan necesaria, para asegurar sólo la concordia de nuestra Nación sino como camino verdadero para el porvenir de la patria. A todos muchas gracias.
Estamos hoy acá reunidos con el Libertador como testigo con el único objeto de rendir homenaje a nuestros muertos. En este primer acto de conmemoración del Día de las Víctimas del Terrorismo Subversivo, habiendo instituido esta fecha, 5 de octubre, en homenaje a aquellos que 31 años atrás murieron defendiendo las instituciones, durante el brutal ataque perpetrado por la organización terrorista Montoneros.
“Acá no rinde nadie”, así les espetó en la cara el soldado Hermindo Luna a los integrantes del grupo de combate del ejército Montoneros que lo intimaron a deponer las armas. Segundos despues las balas asesinas terminaron con su vida.
( Ana Lucioni)
Pero para recordar las circunstancias del ataque y a los efectos de intentar lograr especialmente en los más jóvenes que entiendan y comprendan a qué fue lo que se enfrentó la sociedad argentina en la década del 70 y 80, no vamos a ahondar en publicaciones que pudieran considerarse parciales o tendenciosas, sino que lo vamos a hacer recurriendo al órgano de prensa y propaganda de Montoneros “Evita Montonera número 8”:
“El día 5 de octubre nuestra organización lleva adelante la acción militar más importante realizada en nuestra patria para lograr su definitiva liberación nacional y social. La misma consistía en la ocupación militar en la ciudad de Formosa del Ejército 29 de infantería de monte a los efectos de recuperar armamento y de lograr el pertrechamiento del ejército popular.
En este enfrentamiento perdemos once compañeros, entre muertos y heridos, siendo todos finalmente fusilados. A su vez, el enemigo, sufre unas 40 bajas todas por no acatar las intimidaciones de rendición que les impartía nuestra fuerza. Con esta acción nuestra organización comienza a desarrollar un ejército regular que junto al conjunto del accionar militar y paramilitar que ya se ha efectuado y que se seguirá haciendo, perfilan claramente las sólidas bases de un ejército que nutriéndose del pueblo segurira desarrolando prorgresivamente como una de las fuerzas decisivas que permitiran la toma del poder del pueblo en la patria”.
En la toma de la compañía de retén, los soldados desobedecen la orden de rendición y tiran desde donde se encontraban. En este ataque se ve la eficacia de las granadas de guerra suponemos que es aquí donde se tienen las mayores bajas de los soldados.
A los 10 minutos después de iniciado el ataque se suman oficiales y suboficiales de los barrios y por lo menos cinco soldados más.
El que quiera oír que oiga y el que quiera entender que entienda porque fue a esto a lo que se enfrentó la sociedad argentina.
En la acción participaron más de 200 cuadros de la organización terrorista, los cuales se distribuyeron en la ciudad para apoyar la tarea de quienes coparían el regimiento, habiendo previamente secuestrado un avión de línea.
A las cuatro de la tarde, hora en que el personal del regimiento descansaba, encabezado por un soldado entregador se inició el cruento ataque en el que fueron asesinados sin contemplación alguna, el subteniente Ricardo Masaferro, el sargento primero Zanabria y 10 soldados conscriptos algunos de los cuales dormían o se bañaban.
La heroica defensa del cuartel por parte del personal de guardia y la participación de aquellos que se encontraban en las inmediaciones junto con la decidida acción de la policía de Formosa posibilitó la rápida recuperación de la unidad evitando el robo del armamento. En el ataque murieron 16 de los atacantes, entre ellos el soldado entregador de la unidad.
Esta terrible acción, ejecutada durante el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, permitió comprobar una vez más que para lograr su objetivo de toma del poder la organización Montoneros no dudaría en ejecutar las acciones de violencia que creyeran convenientes, provocando el derramamiento de sangre que fuera necesario, sin importarle si la vida era la de jóvenes soldados conscriptos o la de los jóvenes captados y entrenados para matar y morir.
12 hombres del Ejército Argentino, uno de la policía de Formosa y 16 integrantes de la organización Montoneros cayeron para siempre ese día hace 31 años.
Los primeros perdieron la vida por nosotros, lo hicieron con su vocación por lo que la ley los convocaba a defender la patria y con su juramento de seguir constantemente la bandera argentina para defender a las instituciones y la libertad que hoy disfrutamos.
Los segundos, los Montoneros, que no luchaban ya contra una dictadura militar sino que lo hacían contra un gobierno constitucional, elegido libremente por el pueblo, murieron creyendo que ese era el camino para construir un mundo mejor en el que sin lugar a dudas nadie quiere vivir ni formar el hombre nuevo en el que nadie quiere convertirse.
No obstante todos tenían un común denominador: todos eran argentinos.
Hoy a 31 años seguimos sintiendo el mismo dolor por tanta sangre inútilmente derramada, por todos esos jóvenes que murieron como consecuencia de la intolerancia y aquellos que por no saber, no querer o no poder hallar un camino racional para debatir a la hora de imponer sus ideas no encuentra otro más que el de la violencia.
Consciente o inconscientemente fueron herramientas sangrientas de intereses que nada han tenido que ver con los de la patria.
Periodista Marcelo López : Una fuerte derrora a las "operaciones sucias como la efectuada a Karina Mujica" y a la acción Psicologica, a la campaña de desprestigios de los referentes ded esta marcha, desde algunos medios de prensa y sectores de los Servicios de Inteligencia estatales. Esto demuestra que la sociedad ha madurado, podrá estar o no de acuerdo, pero no se deja manipular burdamente. Ya pasó en la Marcha de Blumberg y volvieron a cometer el mismo error.
Y por ello hoy más que nunca debemos rezar por la reconciliación y la paz y la unión entre todos los argentinos. Y si no logramos revertirlo seremos presa de ello.
A esta altura se hace necesario destacar que a pesar de lo que se pretende instalar en la opinión pública ninguno de nosotros abriga rencor en sus corazones ni reinvindica la insensatez de los enfrentamientos entre compatriotas. Solamente los vencidos de espíritu pueden tener semejantes sentimientos en los corazones.
Todos hemos perdido un ser amado, todos sufrimos la ausencia de un padre, de un hijo, de un hermano, de un esposo o de un amigo. No obstante pareciera ser que sólo tienen derechos los familiares de los desaparecidos o los militantes de organizaciones terroristas.
En ese sentido se continúa alentando los odios y las divisiones. En lugar de unir se desune, en lugar de construir se destruye, en lugar de amar se odia, y en lugar de cimentar el futuro se nos pretende mantener aferrados al pasado.
Días atrás el obispo de Posadas habló de los años de la dictadura militar. Coincidiendo con ello me atrevo a decir que nadie tiene el derecho de arrogarse la propiedad exclusiva del sufrimiento, de la verdad absoluta, de la memoria o de la justicia, más aún cuando cuando la verdad es a medias y la justicia es parcial.
En esa guerra nadie fue ganador, todos perdimos porque la patria fue lacerada.
Es imposible construir un futuro para todos de la mano de gente que hace culpa de la deformación histórica y a la siembra del odio en nuestra juventud como metodología para lograr el enfrentamiento entre argentinos.
Para ello construyen a lo largo y ancho del país museos y parques de una memoria sectárea.
Y evocan aquellos hechos sangrientos protagonizados no por ellos sino por otros en una búsqueda de construirse un pasado combativo o heroico, cuando fueron actos vergonzosos y cobardes.
Poco tiempo después del ataque al cuartel de La Tablada, el 27 de abril de 1989, los más importantes combatientes montoneros suscribieron un documento cuyo titulo era “Compromiso
solemne por la participación y la reconciliación nacional”, sustentadas en la justicia social y la autocrítica nacional.
En él manifestaron que la participación nacional era un requisito indispensable para que existan las condiciones mínimas que permitan suturar las heridas del cuerpo nacional y popular y alcanzar la reconciliación, como camino único para poner fin a las falsas antinomias que dividieron y enfrentaron a sectores del pueblo de la nación argentina.
Lo triste de esta situación es que no hay nadie mayor de 50 años que sea inocente por estas consecuencias. Aquel triste pasado nos afectó a los que hoy estamos acá adelante.
Por acción u omisión todos somos responsables de lo sucedido. Hoy en lugar del convertir el pasado en presente lo que tenemos que hacer es aprender de él. Que la violencia nos arrastró a una lucha fratricida y que se recuperaron las instituciones a un costo muy alto.
En aquellos años se llevaron a cabo más de 22 mil atentados que de ninguna manera pueden seguir siendo escondidos o distorsionados porque provocaron la muerte de 321 civiles y 1098 miembros de las fuerzas armadas, seguridad y policiales. Los que a su vez pusieron en funcionamiento los anticuerpos del Estado y con eso se consiguió tener más muertes.
Quienes alienten el odio, el rencor y la revancha como modo de hacer política, sin dudas, desprecian o no les importan las consecuencias que traen aparejadas: la muerte de argentinos.
¿Y quién se beneficia con ello? Seguro que los argentinos no. Lamentablemente pareciera que todo marchara hacia la irracionalidad y a contramano de lo que la sociedad argentina reclama, la paz social y la unidad de los argentinos.
En mi discurso del 24 de mayo había dicho que quienes habíamos perdido un ser querido eramos conscientes de la necesidad del paso del tiempo para restañar nuestras heridas y encontrar el camino hacia una reconciliación sincera y definitiva y que para eso se requiere de memoria y justicia y verdad sin omisiones.
Hace pocos años atrás, quien fuera jefe del Estado Mayor del Ejército, Tte Gral Ricardo Brinsoni, cerraba sus palabras con otras de un hijo de la guerra civil española, al que le preguntaron cómo podía perdonar a los que mataron a su padre respondió:
“Porque ni a mi padre ni al pasado puedo yo salvarlos; yo sólo puedo salvar el futuro.”
Una vez más les digo: la sangre derramada no se negocia y ningún soldado pide perdón por haber defendido a su patria.
CAIDOS EL 5 DE OCTUBRE EN FORMOSA
Subteniente Ricardo Masaferro
Sargento Primero Víctor Zanabria
Soldados
Hermindo Luna
Edmundo Sosa
Alberto Millalva
Heriberto Avalos
Antonio Arrieta
Jose Coronel
Dante Salvatierra
Marcelino Torales
Ismael Sanchez
Los que conforman la larga lista de héroes y mártires de la patria porque no vacilaron en dar su vida por nosotros porque cuando el clarín de la patria llama hasta el gemir de la madre calla.
Por último les digo, nosotros no somos enemigos de nadie, somos hijos, huerfanos, viudas, padres sin hijos e hijos sin padres. Nada más”.
Discurso del doctor Jose Maria Sacheri. De la Asociación de Victimas del Terrorismo en la Argentina
Agradecemos especialmente a los víctimas del terrorismo que nos acompañan, algunas de las cuales han recorrido muchísimos kilómetros para estar presentes y decir que ellos y nosotros y todos los argentinos estamos por la paz y la concordia. Nos reunimos hoy para homenajear a nuestros seres queridos y todos aquellos que dieron sus vidas defendiendo a la Argentina o cuyas existencias fueron segadas por quienes tomaron las armas contra la Nación y desplegaron el terrorismo en la República. Recordamos a los civiles y soldados que fueron masacrados por organzaciones armadas que como medio y fin públicamente declarado hicieron la guerra revolucionaria para imponer el socialismo en el país imponiendo la violencia en lugar del sufragio, las armas en lugar de la participación cívica en paz. A todos ellos nuestro respeto y agradecimeinto. Venimos aquí a rendirles homenaje no tanto por nuestro pasado si no por el futuro de nuestra argentina, el de nuestros hijos y descendientes
Venimos a levantar la bandera de la concordia como argentinos y argentinas de buena voluntad y paz.
I. Nos reunimos hoy para recordar y homenajear a nuestros seres queridos y a todos los hombres y mujeres que dieron sus vidas defendiendo a la Argentina, o cuyas existencias fueron segadas por quienes tomaron las armas contra la Nación y desplegaron el terrorismo en la República.
Recordamos a los civiles y soldados que fueron masacrados arteramente por organizaciones armadas que, como medio y fin públicamente declarados, hicieron la guerra revolucionaria para imponer el socialismo revolucionario en nuestro país, empleando la violencia en lugar del sufragio, las armas en lugar de la participación cívica en paz.
A ellos, y a todas nuestras víctimas, nuestro respeto y agradecimiento.
II. Y venimos aquí hoy a rendirles homenaje no tanto por nuestro pasado, sino por nuestro futuro, el de nuestros hijos y demás descendientes, el futuro de la Argentina.
Venimos públicamente a levantar la bandera de la Concordia, para cerrar definitivamente el pasado trágico de Argentina, y sentar las bases del progreso en paz, sin discordias, sin violencia, sin rencores, odios ni revanchas.
Y para ello debemos, sin olvidar nuestro pasado, renunciar al odio, la venganza y la revancha. Para ello debemos mirar hacia delante, superar los desencuentros, consolidando la unión nacional.
No debemos legar a nuestros hijos un pasado de violencia, convirtiéndolos por herencia en partes de un conflicto al que fueron y son ajenos, y del que no deben ser sucesores vindicantes en perpetuidad inacabable.
III. Todos los que aquí estamos somos víctimas, los que participaron en la guerra de los 70 y los que no participaron. Porque toda la sociedad argentina fue víctima de un pasado de violencia que la afectó íntegramente, sin exclusiones, violencia originada en delirantes designios políticos, orientados desde dentro y fuera del poder institucional, y desde dentro y fuera de la Nación, designios que qusieron imponerse a sangre y fuego en la Argentina.
Pero las víctimas somos inocentes de cualquier error u horror que hayan cometido los diferentes gobiernos desde la segunda mitad del pasado siglo XX a la fecha, de jure o de facto.
Y queremos expresarnos y ser escuchados: no deseamos dejarle a nuestros hijos y nietos un país que siga convulsionado, después de una paz que se había ido dando en la Argentina, aún imperfecta, hasta este renacer de las confrontaciones del pasado, producto de decisiones políticas muy alejadas de la ecuanimidad e imparcialidad que todo gobierno republicano debe observar.
La Argentina necesita de la paz, no del renacer del odio. Y necesita de la paz urgentemente.
Necesita de la paz y de la concordia entre hermanos que se han peleado, y algunos quisieron hacernos seguir peleando, desde hace demasiado tiempo.
IV. Como víctimas, recordamos y homenajeamos a nuestros muertos, heridos, lacerados y dañados, en cuerpo, alma y espíritu. Pero no venimos a pedir revancha, sino a postular concordia, unión y exclusión de la violencia.
Las víctimas venimos a ser así, salvando las infinitas distancias, como el Cordero sacrificial, con que Cristo, aun para los no creyentes, se inmoló por la humanidad que lo sacrificaba en una cruz.
Nadie pretende ser, siquiera un átomo, de ese Sacrificio divino, pero análogamente podemos decir, sin temor a ser presuntuosos, que no somos culpables de nada y a la vez soportamos la mayor parte de los dolores de esta guerra fraticida que los argentinos empezamos a librar hace casi cincuenta años.
No somos las víctimas los únicos lastimados en esta guerra: la Nación toda lo ha sido, pero podemos afirmar que las víctimas somos los menos culpables de estas guerras del terror y los que peor parte recibimos de estas guerras a lo que queremos decir tranquila pero decididamente basta.
Basta a la guerra
Baste al conflicto
Basta al odio
Basta a la venganza
Y también decimos basta a los designios políticos del conflicto, revancha y venganza, basta a los designios politicos, contrarios a la Constitución Nacional y las leyes de la República, que sea bienvenida la paz, sea bienvenida la concordia y la unión nacional que encontraron en la constituciones de 1853 y 1860 el acuerdo con el que se forjó el futuro de grandeza de esa época.
Las víctimas que hoy decimos presentes queremos también a casi 200 años del nacimiento de la patria sumar nuestro esfuerzo al proyecto de progreso en paz que aquella constitución nos prometiera con los medios que la misma constitución instituyó para lograrlo.
Por la paz de nuestro país ofrecemos generosos y desinteresados la mano abierta que no esconde nada, y el compromiso de sumar nuestros esfuerzos para la grandeza y el progreso de nuestra nación. Un gobierno que no rompa la juridicidad para fomentar persecuciones políticas
Eso es lo que hoy necesita la Argentina.
V. Sin embargo hay quienes se benefician del rencor y del resentimiento, de modo que, manteniendo la división, pueden satisfacer sus oscuros intereses. Ellos representan un peligroso resabio de un terrorismo, del que uno de sus principales mentores, Jorge Masetti, en su libro “El furor y el delirio”, confesó:
”(…) La revolución ha sido un pretexto para cometer las peores atrocidades quitándoles todo vestigio de culpabilidad. No escudábamos en la meta de la búsqueda de hacer el bien a la humanidad, meta que era una falacia (…) Éramos una avanzada de la Revolución cubana, los niños mimados de Fidel Castro (…) éramos elegidos por no pertenecer a nada, sin religión ni bandera, con una capacidad de aventura muy desarrollada, y con un grado de cinismo importante (…) por suerte no obtuvimos la victoria, porque (…) hubiéramos ahogado el continente en una barbarie generalizada. (…) hubiéramos fusilado a los militares, después a los opositores, y luego a los compañeros que se opusieran a nuestro autoritarismo (…) durante esos años de lucha, destruíamos sin construir nada.”
Y el propio Jefe y fundador del Partido al que dicen pertenecer, Juan Domingo Perón –entonces presidente constitucional elegido por el 62% de los argentinos-, tras el ataque al Regimiento Azul, en 1974, en un mensaje al país, en cadena, vistiendo su uniforme castrense, declaraba:
”(…) ya no se trata sólo de grupos de delincuentes, sino de una organización que, actuando con objetivos y dirección foráneos, ataca al Estado y a sus instituciones (…); (…) pido asimismo, a todas las fuerzas políticas y al pueblo en general, que tomen partido activo en la defensa de la República, que es la afectada en las actuales circunstancias. Ya no se trata de contiendas políticas parciales, sino de poner coto a la acción disolvente y criminal que atenta contra la existencia misma de la patria y sus instituciones, que es preciso destruir antes de que nuestra debilidad produzca males que puedan llegar a ser irreparables (…), (…) el aniquilar cuanto antes ese terrorismo criminal es una tarea que compromete a todos los que anhelamos una Patria justa, libre y soberana.”
He ahí, pues, radiografiados en toda su desnudez, estos nuevos personeros de un viejo odio.
Sin embargo, nosotros queremos lograr la paz; queremos que nos dejen intentarlo y que podamos cauterizar las heridas, las propias y las otras; y mostrar a nuestros hijos el amanecer de una Patria digna fundada en el amor.
Y por eso nos unimos a todos los argentinos, exigiendo al Gobierno que el Sr. López aparezca rápidamente con vida.
Por eso hoy también peticionamos al Gobierno que en ejercicio de la virtud de la prudencia, conduzca efectivamente al Estado buscando un orden Superior a la violencia, a la revancha y a la venganza, y afirme la concordia elevando a la consideración del congreso de la Nación, y a consulta popular, la más amplia ley de amnistía general y concordia que ponga fin a un ciclo trágico de la historia argentina, para que nuestros hijos y la posteridad no se vean compelidos a a repetirlo.
Nosotros las victimas los que hemos sido bañados con la sangre tibia de nuestros padres y hemos llorado en silencio cada gota de agua en las lagrimas de sangre damos el primer paso.
Repito que ofrecemos nuestra mano abierta aún a aquellos que mataron y asesinaron a nuestros padres.
Que a todos los argentinos de buena voluntad que buscan la paz nacional nos ayuden y sigan nuestro modesto ejemplo.
Muchas gracias.
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