AMIGOS DE LA LIBERTAD
- Quién quiera saber, en cuánto aumentó la "inseguridad" en la Argentina no tiene más que tomar el teléfono y llamar a las personas conocidas, que querían haber ido al acto de homenaje a los muertos por la subversión terrorista, para preguntarles por las razones de su ausencia el jueves 5 de octubre en la Plaza San Martín y podrán así obtener respuestas de primera mano que fue única y exclusivamente POR MIEDO a las bandas de bárbaros piqueteros que alentó el gobierno para neutralizar la exteriorización de la masa silenciosa.
- Aún así, unos cuantos miles de personas se dieron cita en la convocatoria patriótica y salvaron el prestigio de la defensa de la libertad, por parte de los hombres libres que desdeñan los peligros y las amenazas.
- Suponiendo que no hubiera habido amenazas de todo tipo y por todos los medios: ¿Cuánta gente hubiera ido?.
- Y a todo ésto, sin licencias ni permisos en los trabajos, ni asuetos en la administración pública, sín dádivas ni sobornos, sin transporte gratis ni choripanes ni tetrabrics que valgan. Villeros asalariados con la paga de la indignidad piensan diferente por razones de fuerza mayor, aunque suenen bombos y tambores o se enarbolen trapos rojos del comunismo criminal, o se deban acatar órdenes de capataces de la agitación y en amedrentamiento públicos.
- De cualquier manera la población alerta va incrementándose día a día y los actos son cada vez más numerosos. Internet nos une y hermana en esta vigilia triste que se alimenta con los odios que se generan desde las cumbres del poder y cuyos actos son una recarga de energía para sostener la esperanza de los que sí quieren a la Patria, mucho más que los que vienen por la paga.
gm
N//// Abajo dos notas de Ambito Financiero de hoy.
Viernes 6 de Octubre de 2006 - Edición N° 2167 | |
Informaciones de la Argentina y el Mundo |
Seccion: política
Pidieron amnistía en acto
por los militares caídos
No hubo incidentes entre las agrupaciones antagónicas
Las agrupaciones que ayer realizaron un acto de homenaje a víctimas del terrorismo de los años 70 reclamaron al gobierno la aparición de Jorge Julio López «con vida», pidieron una ley de amnistía y lanzaron críticas al gobierno.
En el acto, que fue convocado por la Comisión Permanente de Homenaje a Víctimas de la Subversión y la Asociación de Víctimas del Terrorismo y al que adhirieron otras organizaciones de militares retirados y en actividad, y sus adherentes, se leyeron unas palabras atribuidas al cardenal Jorge Bergoglio.
No hubo uniformados entre los participantes, quienes portaron carteles con las fotos en blanco y negro de los militares y civiles asesinados por grupos guerrilleros y aguardaron el inicio del acto mientras desde los altoparlantes se oía la canción de María Elena Walsh que repite «no tenemos miedo, no tendremos miedo nunca más», que lleva por título «Pronto venceremos».
Un fuerte operativo policial se desplegó en torno a la plaza San Martín, de la Ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Retiro, para custodiar el acto y evitar incidentes entre los manifestantes de una contramarcha que se realizó a metros del lugar (ver nota aparte) y generó un clima de tensión que retrasó el acto.
Antes de los únicos dos discursos que se pronunciaron, se leyeron numerosas adhesiones de organizaciones de militares retirados, incluso del Círculo Militar de Uruguay, y las palabras que atribuyeron a Bergoglio. Las leyó Arturo Larraburo. El escrito se refirió a que los «hechos del pasado» son «ocasión propicia para que los argentinos nos arrepintamos de nuestros errores» y que debe ser «el espíritu de reconciliación el que nos anime en el presente, alejándonos de rencores y resentimientos».
Discursos
Ana Lucioni, titular de la comisión organizadora, fue la primera en tomar la palabra. La joven, hija de un militar asesinado, se refirió al 31º aniversario que se cumplía ayer del intento de copamiento de un regimiento en Formosa, donde murieron 12 soldados, un policía y 16 militantes de Montoneros. Los organizadores del homenaje imponen la fecha como Día Nacional de los Muertos por el Terrorismo.
Lucioni dijo que «si no logramos revertir esta avalancha de odio y venganza, todo se nos volverá en contra». Dijo que «parece que sólo tienen derecho los familiares de desaparecidos» y pidió «memoria, justicia y verdad, sin omisiones».
Luego habló el titular de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, José Sacheri, cuyo padre, un profesor, fue asesinado en su presencia en los años 70. Sacheri dijo que «un gobierno que rompe la juridicidad para fomentar persecuciones políticas, odios, rencores, no ayuda a los argentinos». Expresó en su discurso que «nosotros queremos lograr la paz; queremos que nos dejen intentarlo y cauterizar las heridas». Sacheri consideró que «nosotros somos las víctimas, los únicos lastimados en esta guerra».
«Peticionamos al gobierno que en ejercicio de la virtud de la prudencia, conduzca efectivamente al Estado buscando un orden superior a la violencia, a la revancha y a la venganza y afirme la concordia», dijo Sacheri para proponer «a consideración del Congreso de la Nación y a una consulta popular, la más amplia ley de amnistía general y concordia que ponga fin a un ciclo trágico de la historia argentina».
López
Casi sobre el final, y como un agregado de último momento en su discurso, Sacheri expresó que «nos uniremos a todos los argentinos para que el señor López aparezca rápidamente y con vida».
Durante gran parte del acto retumbaban las consignas «devuelvan a López, asesinos, asesinos», que, a menos de cien metros del monumento a San Martín, que ofició de escenario, protagonizaban activistas de la contramarcha.
Entre los asistentes estuvo Cecilia Pando junto con familiares de militares muertos por la guerrilla, retirados de las Fuerzas Armadas y adherentes, que rondaron las seis mil personas.
En el acto, que fue convocado por la Comisión Permanente de Homenaje a Víctimas de la Subversión y la Asociación de Víctimas del Terrorismo y al que adhirieron otras organizaciones de militares retirados y en actividad, y sus adherentes, se leyeron unas palabras atribuidas al cardenal Jorge Bergoglio.
No hubo uniformados entre los participantes, quienes portaron carteles con las fotos en blanco y negro de los militares y civiles asesinados por grupos guerrilleros y aguardaron el inicio del acto mientras desde los altoparlantes se oía la canción de María Elena Walsh que repite «no tenemos miedo, no tendremos miedo nunca más», que lleva por título «Pronto venceremos».
Un fuerte operativo policial se desplegó en torno a la plaza San Martín, de la Ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Retiro, para custodiar el acto y evitar incidentes entre los manifestantes de una contramarcha que se realizó a metros del lugar (ver nota aparte) y generó un clima de tensión que retrasó el acto.
Antes de los únicos dos discursos que se pronunciaron, se leyeron numerosas adhesiones de organizaciones de militares retirados, incluso del Círculo Militar de Uruguay, y las palabras que atribuyeron a Bergoglio. Las leyó Arturo Larraburo. El escrito se refirió a que los «hechos del pasado» son «ocasión propicia para que los argentinos nos arrepintamos de nuestros errores» y que debe ser «el espíritu de reconciliación el que nos anime en el presente, alejándonos de rencores y resentimientos».
Discursos
Ana Lucioni, titular de la comisión organizadora, fue la primera en tomar la palabra. La joven, hija de un militar asesinado, se refirió al 31º aniversario que se cumplía ayer del intento de copamiento de un regimiento en Formosa, donde murieron 12 soldados, un policía y 16 militantes de Montoneros. Los organizadores del homenaje imponen la fecha como Día Nacional de los Muertos por el Terrorismo.
Lucioni dijo que «si no logramos revertir esta avalancha de odio y venganza, todo se nos volverá en contra». Dijo que «parece que sólo tienen derecho los familiares de desaparecidos» y pidió «memoria, justicia y verdad, sin omisiones».
Luego habló el titular de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, José Sacheri, cuyo padre, un profesor, fue asesinado en su presencia en los años 70. Sacheri dijo que «un gobierno que rompe la juridicidad para fomentar persecuciones políticas, odios, rencores, no ayuda a los argentinos». Expresó en su discurso que «nosotros queremos lograr la paz; queremos que nos dejen intentarlo y cauterizar las heridas». Sacheri consideró que «nosotros somos las víctimas, los únicos lastimados en esta guerra».
«Peticionamos al gobierno que en ejercicio de la virtud de la prudencia, conduzca efectivamente al Estado buscando un orden superior a la violencia, a la revancha y a la venganza y afirme la concordia», dijo Sacheri para proponer «a consideración del Congreso de la Nación y a una consulta popular, la más amplia ley de amnistía general y concordia que ponga fin a un ciclo trágico de la historia argentina».
López
Casi sobre el final, y como un agregado de último momento en su discurso, Sacheri expresó que «nos uniremos a todos los argentinos para que el señor López aparezca rápidamente y con vida».
Durante gran parte del acto retumbaban las consignas «devuelvan a López, asesinos, asesinos», que, a menos de cien metros del monumento a San Martín, que ofició de escenario, protagonizaban activistas de la contramarcha.
Entre los asistentes estuvo Cecilia Pando junto con familiares de militares muertos por la guerrilla, retirados de las Fuerzas Armadas y adherentes, que rondaron las seis mil personas.