Una
Kirchner (Cristina, ex presidenta), le vendió una de sus casas más
grandes a otra Kirchner (Alicia, hoy gobernadora de Santa Cruz). Ésta
última le donó la propiedad a sus hijas. Una de ellas, Romina Mercado,
fue funcionaria y es un personaje central en el entramado de negocios K
bajo investigación judicial en casos de corrupción. La otra hija de la
Gobernadora, Natalia Estefanía Mercado, es la fiscal de El Calafate.
Las dos hermanas, sobrinas de Cristina, hijas de Alicia, primas de Máximo y Florencia Kirchner, decidieron en el 2009 vender el inmueble que le fue donado por su madre, y que antes había sido de su tía. Ese chalet fue comprado en el 2009 por quien fue socio de su familia en distintos emprendimientos, el constructor Lázaro Báez, hoy procesado con prisión preventiva en un expediente en el que se lo investiga por lavado de dinero.
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La documentación de la casa de Cristina que fue de Alicia, luego de sus hijas y más tarde de Báez, es un indicio que podría demoler parte de su defensa jurídica. Y que por ende puede perjudicarlos en la causa “Los Sauces”, en los que están imputados tanto la ex presidenta Fernández, como su sobrina Mercado (en su carácter de directiva de la inmobiliaria sospechosa de la familia). La misma situación procesal aqueja también al constructor K y a sus hijos, entre otros.
Báez declaró como imputado en el expedeinte “Los Sauces” el 3 de marzo ante el juz Claudio Bonadio: aseguró que su trato con Romina Mercado solo se dio en “momentos particulares”, como cuando se la cruzaba en el Mausoleo en los que se resguardan los restos del ex presidentes Kirchner. Su madre, la gobernadora Alicia, había dicho que “jamás” su familia había hecho negocios con el constructor kirchnerista.
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La historia de la casa con cinco dueños con vínculos familiares y societarios entre sí, sus documentos municipales, y notariales, sobre el “pasamanos” de esa propiedad, desmienten las versiones que dieron todos los protagonistas de esta trama ante la Justicia y ante la opinión pública.
Clarín pudo saber que la información documental sobre esa propiedad será aportada a la Justicia por Stolbizer y Martínez.
La casa de la polémica está ubicada en la calle Tierra del Fuego, en Río Gallegos, en Santa Cruz. En marzo del 2016, Alicia Kirchner, había negado públicamente las vinculaciones de su familia con Báez.
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Báez reaccionó como nunca antes, tal como consignó en su momento el portal Infobae. En su diario Prensa Libre, y ante diferentes medios, Báez dejó trascender que él le había comprado una casa a “Alicia”, a la que, además, le aconsejaba mantener “silencio”.
Lázaro había publicado en su periódico que le había comprado una casa a la gobernadora por pedido de Kirchner. La hoy gobernadora le había solicitado –siempre según su versión- que la ayude con “una inversión forzada”, es decir, que le compre su inmueble por un dinero quizás mayor al que le valía en el mercado (el inmobiliario, nada que ver con el apellido de sus hijas), para que pudiera usar el dinero para mudarse a Buenos Aires. Por esos días Alicia iba a asumir como ministra de Desarrollo Social.
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Según consta en los registros públicos de Santa Cruz, Cristina Fernández se la vendió en los años 80 a su cuñada, Alicia Margarita Kirchner, y a su esposo, Armando Edelmiro Mercado.
El matrimonio habría vivido en esa propiedad varios años junto a sus dos hijasSegún un acta del escribano Ricardo Albornoz, la gobernadora Alicia le donó luego la titularidad de ese inmueble a sus hijas, Natalia y Romina Mercado.
El 1 de octubre del 2009, ésta última decidió desprenderse de esa herencia anticipada.
En nombre de su hermana actuó en la venta del inmueble, que compró la empresa insignia de Lázaro Báez, Austral Construcciones.
La persona que realizó la operación en representación de esa constructora fue el hijo de Báez, Martín, quien tenía un poder general amplio de su padre Lázaro para manejar su compañía más grande como quisiera. Los Báez le pagaron a las Mercado 150 mil dólares por esa casa. La propiedad tenía un valor fiscal mucho más bajo: 56 mil pesos.
Según el acta notarial , el dinero fue pagado un día antes de que se libre el acta en ante un escribano. En efectivo.
Las dos hermanas, sobrinas de Cristina, hijas de Alicia, primas de Máximo y Florencia Kirchner, decidieron en el 2009 vender el inmueble que le fue donado por su madre, y que antes había sido de su tía. Ese chalet fue comprado en el 2009 por quien fue socio de su familia en distintos emprendimientos, el constructor Lázaro Báez, hoy procesado con prisión preventiva en un expediente en el que se lo investiga por lavado de dinero.
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Un festival de cheques complicó a los hijos de Báez y a Máximo Kirchner
Ante la Justicia o ante los medios, Cristina, Alicia, Mercado y Báez, negaron alguna vez ser socios. El empresario y la sobrina ex presidencial insistieron en esa versión cuando declararon la semana pasada en la causa judicial identificada con el nombre de una inmobiliaria de los Kirchner, “Los Sauces”, que es investigada por el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Rívolo como una posible empresa usada para “blaquear” dinero de la corrupción.La documentación de la casa de Cristina que fue de Alicia, luego de sus hijas y más tarde de Báez, es un indicio que podría demoler parte de su defensa jurídica. Y que por ende puede perjudicarlos en la causa “Los Sauces”, en los que están imputados tanto la ex presidenta Fernández, como su sobrina Mercado (en su carácter de directiva de la inmobiliaria sospechosa de la familia). La misma situación procesal aqueja también al constructor K y a sus hijos, entre otros.
Báez declaró como imputado en el expedeinte “Los Sauces” el 3 de marzo ante el juz Claudio Bonadio: aseguró que su trato con Romina Mercado solo se dio en “momentos particulares”, como cuando se la cruzaba en el Mausoleo en los que se resguardan los restos del ex presidentes Kirchner. Su madre, la gobernadora Alicia, había dicho que “jamás” su familia había hecho negocios con el constructor kirchnerista.
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Las denunciantes del caso “Los Sauces” fueron la diputada nacional Margarita Stolbizer (GEN), y su abogada, Silvina Martínez.La historia de la casa con cinco dueños con vínculos familiares y societarios entre sí, sus documentos municipales, y notariales, sobre el “pasamanos” de esa propiedad, desmienten las versiones que dieron todos los protagonistas de esta trama ante la Justicia y ante la opinión pública.
Clarín pudo saber que la información documental sobre esa propiedad será aportada a la Justicia por Stolbizer y Martínez.
La casa de la polémica está ubicada en la calle Tierra del Fuego, en Río Gallegos, en Santa Cruz. En marzo del 2016, Alicia Kirchner, había negado públicamente las vinculaciones de su familia con Báez.
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Su cuñada y su sobrino, la ex Presidenta Cristina Fernández y Máximo Kirchner, en ese entonces ya se habían peleado de modo definitivo con el empresario, su socio en los papeles.Báez reaccionó como nunca antes, tal como consignó en su momento el portal Infobae. En su diario Prensa Libre, y ante diferentes medios, Báez dejó trascender que él le había comprado una casa a “Alicia”, a la que, además, le aconsejaba mantener “silencio”.
Lázaro había publicado en su periódico que le había comprado una casa a la gobernadora por pedido de Kirchner. La hoy gobernadora le había solicitado –siempre según su versión- que la ayude con “una inversión forzada”, es decir, que le compre su inmueble por un dinero quizás mayor al que le valía en el mercado (el inmobiliario, nada que ver con el apellido de sus hijas), para que pudiera usar el dinero para mudarse a Buenos Aires. Por esos días Alicia iba a asumir como ministra de Desarrollo Social.
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Este diario accedió a la documentación sobre la cuádruple venta de la casa de la calle Tierra del Fuego.Según consta en los registros públicos de Santa Cruz, Cristina Fernández se la vendió en los años 80 a su cuñada, Alicia Margarita Kirchner, y a su esposo, Armando Edelmiro Mercado.
El matrimonio habría vivido en esa propiedad varios años junto a sus dos hijasSegún un acta del escribano Ricardo Albornoz, la gobernadora Alicia le donó luego la titularidad de ese inmueble a sus hijas, Natalia y Romina Mercado.
El 1 de octubre del 2009, ésta última decidió desprenderse de esa herencia anticipada.
En nombre de su hermana actuó en la venta del inmueble, que compró la empresa insignia de Lázaro Báez, Austral Construcciones.
La persona que realizó la operación en representación de esa constructora fue el hijo de Báez, Martín, quien tenía un poder general amplio de su padre Lázaro para manejar su compañía más grande como quisiera. Los Báez le pagaron a las Mercado 150 mil dólares por esa casa. La propiedad tenía un valor fiscal mucho más bajo: 56 mil pesos.
Según el acta notarial , el dinero fue pagado un día antes de que se libre el acta en ante un escribano. En efectivo.