jueves, diciembre 29, 2016

“Si la Navidad se desacraliza ya no existe, no significa nada”

aica.org  |  Especial  |  Magisterio de los obispos
Mons. Aguer: “Si la Navidad se desacraliza ya no existe, no significa nada”
Martes 27 Dic 2016 | 08:16 am
La Plata (Buenos Aires) (AICA): “No podemos festejar la Navidad si no pensamos en estas cosas que son verdades fundamentales de nuestra fe”, aseguró el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, y advirtió: “Si la Navidad se desacraliza ya no existe, no significa nada”. “Acá hay un punto clave en el proceso de evangelización que la Iglesia tiene que llevar adelante: la Navidad es uno de los polos fundamentales del año cristiano”, agregó.
El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, recordó que “Navidad es Jesús, y no se puede celebrar la Navidad si uno no piensa en Jesús, si uno no sabe para qué nace Jesús y quién es ese Niño”, y destacó que “eso significa una verdad teológica fundamental: que el Hijo de Dios, el Hijo Eterno de Dios, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, se hizo hombre para salvarnos”.

“No podemos festejar la Navidad si no pensamos en estas cosas que son verdades fundamentales de nuestra fe. Estas verdades tienen una proyección y extensión en la vida cotidiana y en la cultura de nuestro pueblo. No es lo mismo conocer a Cristo como verdadero Dios y verdadero Hombre, como Salvador del mundo, que ignorarlo. No es lo mismo. Hay gente que lo ignora y celebra la Navidad sin saber de qué se trata”, subrayó.

En su columna semanal por televisión, el prelado platense advirtió que “la propaganda consumista que se impone en estos días” intenta despojar de su valor religioso a Santa Claus y el árbol de Navidad.

“Nosotros no podemos permitir, sin más, esto. Por eso tenemos que hacer lo posible para que, por lo menos, en nuestro entorno se reconozca el carácter sagrado de la Navidad. Si la Navidad se desacraliza ya no existe, no significa nada”, aseveró, y agregó: “Acá hay un punto clave en el proceso de evangelización que la Iglesia tiene que llevar adelante: la Navidad es uno de los polos fundamentales del año cristiano”.

El arzobispo señaló que de la Navidad tiene cuatro misas: la de vigilia, la de medianoche o del gallo, la de la aurora y misa del día, y explicó que esto es así porque “la Iglesia se da cuenta de la importancia fundamental que tiene esta fiesta y quiere que nosotros la celebremos a pleno”.

Por último, monseñor Aguer pidió a quienes van a misa, pero también a los que no lo hacen, que siempre “se acuerden de Jesús, porque Navidad es Jesús”.+

lunes, diciembre 26, 2016

El misterioso pasadizo secreto del Vaticano


Desde hace más de 700 años, un curioso pasadizo secreto comunica el Vaticano con el Castillo de Sant’Angelo. Se lo conoce también como el Passetto. ¿Para qué se construyó? ¿Se utilizó alguna vez? Conozcamos la historia entorno al pasadizo secreto del Vaticano.
El misterioso pasadizo secreto del Vaticano
El Passetto o Passetto di Borgo es un pasadizo secreto que tiene unos 800 metros de longitud y lleva desde el Vaticano hasta una de las almenas del Castillo de Sant’Angelo. Visto desde el exterior parece un trozo de muralla o incluso una especie de acueducto, pero nunca pensarías que esconde un pasillo que conduce a un refugio seguro para que el Papa quede a resguardo en el fortificado Castillo de Sant’Angelo. Si has leído el libro de Dan Brown “Ángeles y Demonios” o has visto la película, ya sabes de que pasadizo hablamos, pues en él transcurre una de las escenas de la novela/película, también en “Misión Imposible 3”, se utiliza este camino para acceder al Vaticano.
El misterioso pasadizo del
Se construyó en el siglo VI a raíz de la invasión de los Ostrogodos y su función en un principio fue de muralla defensiva. Destruida en varias ocasiones, de esa construcción inicial no queda prácticamente nada. Una de las reconstrucciones más importantes fue la ordenada por León IV en el siglo IX tras el ataque de los Sarracenos y de esta reconstrucción ha permanecido en pie únicamente el Passetto. En el siglo XIII, con el Papa Nicolás III se habilitó definitivamente el pasadizo.
vaticano
Está documentado que al menos se ha utilizado en dos ocasiones para intentar salvar la vida del Papa que gobernaba la Iglesia en ese momento. En 1494, fue utilizado por Alejandro VI para huir Carlos VIII de Francia, que había invadido la ciudad y en 1527 el Papa Clemente VII lo cruzó perseguido por las tropas de Carlos I durante el saqueo de Roma y permaneció refugiado en el Castillo de Sant’Angelo durante 7 meses.
roma
El Passetto no fue incluido en los Pactos de Letrán y se fue deteriorando ya que no quedaba claro si pertenecía al Vaticano o al Estado Italiano. El Papa Juan Pablo II reconoció la titularidad del Estado Italiano sobre él y ahora, si quieres visitar el también llamado “corredor aéreo”, puedes hacerlo. Está restaurado y abre al público durante 2 meses en verano. Únicamente los 80 metros finales que lo unen al Vaticano no pueden transitarse y están custodiados por la Guardia Suiza.

Las sospechosas actividades del socio de Máximo

 

La Unidad de Investigación Financiera (UIF) detectó presuntas maniobras para lavar dinero en una empresa del socio de Máximo, que administra los hoteles de los Kirchner.
Osvaldo Sanfelice, socio de Máximo en la inmobiliaria de Santa Cruz, es dueño de la empresa llamada Idea S.A., que administra los hoteles K Alto Calafate, Las Dunas y La Aldea de El Chaltén.
De acuerdo a la UIF, la actividad detectada “no guardan relación con la actividad” de la empresa. En principio se descubrieron irregularidades por casi $4 millones entre octubre de 2015 y abril de 2016. Y es probable que este número aumente ya que se sospecha que aparecerán nuevas transferencias realizadas a los empresarios Lázaro Báez y Cristóbal López.
La empresa Idea S.A. se encarga de manejar los hoteles de Cristina desde agosto de 2013. Hasta ese momento los mismos estaban a cargo de Báez, pero la relación con la ex mandataria comenzó a enfriarse después de la muerte de Néstor por presuntos manejos del dinero.
Las empresas de Sanfelice ya se encuentran intervenidas por orden del juez federal Claudio Bonadio, en el marco de la investigación de Los Sauces SA, la inmobiliaria de los Kirchner. Ahora, la aparición del informe de la UIF podría complicar aún más la situación.
Concretamente, las operaciones sospechosos involucran un monto de $ 3.769.920 en sólo seis meses. La UIF descubrió la recepción de pagos dudosos, como 2 millones por parte de Aerolíneas Argentinas, $500.000 de Austral Construcciones y $ 500.000 de Diagonal Sur, dos empresas de Báez.
Por su parte, varias empresas de Cristóbal López (ex empleador de Sanfelice), realizaron los siguientes pagos: $ 660.000 de CPC , $362.000 de Grupo Indalo, $685.250 de Los Notros, $298.000 de Lakaut y $839.000 Ganadera Santa Elena. Por su parte, en concepto de la administración de sus hoteles, la familia Kirchner le pagó a Idea S.A. $ 3,2 millones, mediante la cuenta Sucesión Néstor Kirchner.
Así, en poco tiempo, la empresa del socio de Máximo creció abruptamente y se declararon ingresos entre $25 y $36 millones, todo en concepto de pagos por diferentes servicios, realizados por otros sospechados de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito.
Además, a la UIF le resulta sospechoso que una empresa dedicada al rubro de la administración hotelera (al menos ese es el declarado), realice transacciones con empresas constructoras o medios de comunicación. Por lo tanto, es probable que nuevas irregularidades sean detectadas conforme avance la investigación.

Odebrecht pagó coimas en la Argentina por US$ 35 millones entre 2007 y 2014

Corrupción
Lo reconoció la constructora brasileña en un acuerdo con la justicia de Brasil, Estados Unidos y Suiza. Fue para quedarse con contratos por 278 millones de dólares.


Cristina Kirchner, en diciembre de 2008, habló del soterramiento del Sarmiento, Dijo que
Cristina Kirchner, en diciembre de 2008, habló del soterramiento del Sarmiento, Dijo que "es la obra más importante en la historia de la Ciudad de Buenos Aires. Foto: Télam
La constructora brasileña Odebrecht reconoció haber pagado coimas por US$ 35 millones en la Argentina entre los años 2007 a 2014. En ese período se quedó con contratos de obra pública por la ampliación de gasoductos, la construcción de una planta de agua y de una refinería para YPF, además de, entre otros, el soterramiento del ferrocarril Sarmiento.
Odebrecht es una parte clave de la investigación del Lava Jato, que tiene en jaque a la clase política brasileña. El presidente de la constructora, Marcelo Odebrecht, lleva preso ya más de un año. Y su “delación premiada” es la que podría arrastrar a los funcionarios de los gobiernos de Lula Da Silva, Dilma Roussef y el propio presidente Michel Temer. En ese contexto, la compañía aceptó pagar una multa de US$ 3.500 millones en Brasil, Estados Unidos y Suiza. “Odebrecht S.A. anuncia la firma de acuerdo con el Ministerio Público Federal de Brasil, con el Departamento de Justicia de Estados Unidos y con la Procuraduría General de Suiza para resolución de la investigación sobre la participación de la empresa en la realización de actos ilícitos practicados en beneficio de las empresas pertenecientes al grupo económico”, señaló la compañía en un comunicado.
Según un documento del Departamento de Justicia de los Estados Unidos que trascendió ayer, la empresa reconoce haber pagado coimas sólo en Brasil por 349 millones de dólares a través de su constructora y otros US$ 250 millones con una filial, la petroquímica Braskem.
El mismo documento detalla luego los pagos hechos en otros países, incluyendo Angola, Argentina, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela. Con esas coimas, la compañía obtuvo contratos por 12.000 millones de dólares entre 2001 y 2016, señala la misma información.
La mayor coima pagada por la empresa fuera de Brasil fue en Venezuela: fueron “aproximadamente 98 millones de dólares en pagos corruptos para funcionarios de gobierno e intermediarios para obtener o mantener contratos de obras públicas”, señaló el Departamento de Justicia.
En el caso de la Argentina, el mismo infome dice que fueron 35 millones de dólares para obtener contratos por US$ 278 millones en el período 2007-2014, bajo la presidencia de Cristina Kirchner.Voceros de la empresa en Buenos Aires se negaron a hacer comentarios sobre el tema.
En esos años, Odebrecht realizó la ampliación de la capacidad de Transporte Firme de Gas a lo largo de 15 provincias. Construyó la planta de potabilización de agua de Paraná de las Palmas, para AySA, y una Planta de Reformado Catalítico en la refinería de YPF en Ensenada. El ministro de Planificación Julio De Vido y el secretario de Obras Públicas José López eran quienes verificaban esos contratos. Jorge "Corcho" Rodríguez, más conocido por haber sido novio de Susana Giménez, era el articulador de esos contactos políticos.
Los proyectos de más visibilidad de la empresa en esos años, sin embargo, fueron la construcción de una vía ferroviaria para la mina de Potasio de Río Colorado, Mendoza, de la brasileña Vale, y el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento.
La vía ferroviaria de la mina mendocina nunca se hizo, porque Vale canceló el proyecto por la caída del precio de los minerales. Eso provocó un escándalo en su momento por la cantidad de despidos que hubo, entre ellos los de la constructora.
El soterramiento del ferrocarril Sarmiento es una obra gigantesca, de más de 3.000 millones de dólares. Allí el contratista principal era IECSA, la constructora de Angelo Calcaterra, el primo de Mauricio Macri. Odebrecht tenía una parte menor del consorcio, pero al no conseguirse la financiación para llevar adelante el proyecto, la brasileña gestionó créditos en el banco estatal brasileño BNDS y se quedó con el proyecto. El primer anuncio de la obra corrió por cuenta de Cristina Kirchner, en agosto de 2008. El ex ministro de Transportes Florencio Randazzo se sacó numerosas fotos en las obras durante su gestión. En la actual gestión, Mauricio Macri cambió la forma de financiación de la obra, que ahora paga el Estado, y Calcaterra retomó el control del proyecto.

martes, diciembre 20, 2016

El doloroso caso de curas que abusan de menores

 

Aunque ya durante la semana pasada se refirió al tema del epígrafe y aclaró algunos aspectos relacionados con la arquidiócesis platense, monseñor Héctor Aguer insistió en hablar de este tema en su columna semanal del programa Claves para un mundo mejor, que se emitió por el Canal 9 de TV el sábado 17 de diciembre, en el que efectuó unas reflexiones dirigidas al gran público televisivo.

“Mis amigos -comenzó diciendo-, tengo que hablarles de un hecho muy penoso que me causa una gran tristeza y que, además, tiene, ha tenido y va a seguir teniendo una repercusión tremenda no sólo en la Iglesia sino en la sociedad toda. Es el caso de sacerdotes que abusan de menores”.

La Iglesia no mira para otro lado
“Tengo que decir claramente -continuó-, que se trata de un crimen horrendo, de un delito que la Iglesia, en su disciplina y aplicando los protocolos actualmente vigentes procesa y castiga como corresponde. La Iglesia no mira para otro lado como algunos piensan”.

“Es un asunto muy complejo este asunto. Si se trata de un sacerdote diocesano que tiene ese vicio el Obispo toma cartas en el asunto inmediatamente. A mí me ha tocado hacerlo alguna vez aquí, en La Plata. Pero si se trata de sacerdotes de una congregación religiosa son los superiores de esa congregación los que deciden los traslados. Si yo no tengo en mis archivos antecedentes contra esa persona, como obispo lo tengo que aceptar. A veces se trata de congregaciones de derecho pontificio y algunas muy antiguas. La cuestión es compleja”.

Gravísima injusticia contra el niño abusado
“Lo que tiene que quedar claro -señaló el arzobispo- es que ese delito cometido por un sacerdote afecta a la santidad de la Iglesia. No solamente esa persona está violando su promesa de virginidad, su promesa de celibato, sino que además está cometiendo un acto de gravísima injusticia contra el niño abusado, contra su familia, contra la sociedad”.

“Por otra parte me parece muy bien que la justicia penal del Estado haga su trabajo. Nosotros tenemos nuestra propia justicia en los tribunales diocesanos con el Derecho Canónico y con los protocolos que son severísimos”.

Se trata de algo espantoso
Monseñor Aguer se refirió luego a la repercusión que tuvieron los casos ocurridos en Mendoza, en los que dos de los sacerdotes que fueron hallados culpables estuvieron en La Plata. "Se trata -señaló el prelado platense- del Instituto Próvolo, que es una institución dedicada a la educación de niños sordos y yo digo que ahí la gravedad del delito es mayor aún porque esos chicos tienen dificultades en expresarse y, con mayor razón, de contar algo así. Si es verdad que fueron objeto de esos abusos se trata de algo espantoso”.

“Pues bien, en la medida en que corresponda, la justicia eclesiástica hará su trabajo también, pero hay una cierta confusión respecto de esto que afecta a la Iglesia y afecta también a la sociedad”.

Injusta acusación a "la Iglesia"
Continuando con su reflexión sobre un tema tan doloroso para la Iglesia y la sociedad, el arzobispo de La Plata abordó un triste aspecto derivado de los delitos cometidos por los clérigos. “Resulta que ahora -lamentó- todos los curas son abusadores", y agregó: "Dolorosamente cuando aparecen estos casos se dice 'la Iglesia', se trata de 'la Iglesia'. Pero está probado por las estadísticas, que la mayor parte de los abusos ocurren en el seno de las mismas familias, muchas veces son los padrastros de los chicos, las parejas de las madres o, lo que parece más horrendo todavía, es el papá mismo de la criatura. Cuando es un profesional, supongamos un médico o un abogado o un albañil el que comete ese delito no se dice 'los médicos, los abogados, los albañiles' pero cuando es un cura se dice es 'la Iglesia'. Por supuesto que en el caso de un sacerdote es más grave todavía porque no solamente viola sus propias promesas sino que enchastra la imagen de la Iglesia, salpica la santidad esencial de la Iglesia misma. Esto tiene que avergonzarnos y verdaderamente nos avergüenza”.

Vivimos en una sociedad hipersexualizada
“Otro factor que yo creo que influye hoy día -continuó el prelado- es la pornografía mediante la cual la pedofilia está al alcance de todo el mundo y lo sabemos muy bien ¿Eso no produce ningún efecto, no desencadena procesos en personas que están predispuestas a ello? También este elemento debe ser tenido en cuenta pues vivimos en una sociedad hipersexualizada y donde todos los límites ya han sido transgredidos. Y no digo esto a modo de disculpas ni mucho menos sino todo lo contrario pero son elementos que deben ser tenidos en cuenta”.

“Yo como Pastor de la Iglesia ofrecí mi disponibilidad a todos los que han sido víctimas de estos abusos por sacerdotes. Les dirijo una palabra de afecto, de compasión, de disculpas. No soy el culpable pero tengo que pedir disculpas, debo pedir perdón en nombre de todos ellos, pero no sea que algunos sectores que siempre tienden a hacer prevalecer sus intereses subalternos ahora empiecen una campaña orgánica contra la Iglesia tomando como base estos dolorosos casos”.

Rezar por la conversión de los curas degenerados
Ya en la última parte de su extensa reflexión, monseñor Aguer dijo: “Yo creo que hay que rezar mucho. Hay que rezar mucho por la conversión de estas personas descarriadas, de estos curas degenerados. Debo decir la palabra que corresponde, son curas degenerados y hay que rezar mucho por la conversión de ellos. Hay que rezar también, especialmente, por las víctimas. Sé el caso de personas que a causa de esos hechos han perdido la fe o que a lo largo de toda su vida tienen que arrastrar ese trauma. Esto es una verdadera tragedia que no hay que disimular, pero hay que proceder con mucha objetividad no sea cosa que se cree un clima de histeria, de paranoia acerca de este asunto. Hay que cuidar a los chicos y eso es evidente. Hay que cuidar a los chicos y los primeros responsables del cuidado de los chicos son los padres”.

“He insistido siempre, y ahora de modo especial, que si alguien conoce algún caso de abuso realizado aquí, en la arquidiócesis de La Plata, se acerque a nuestro tribunal eclesiástico, al vicario de Justicia, a hacer la denuncia correspondiente y entonces comenzará el proceso, según el Derecho Canónico, tal como la Iglesia lo establece”.

“Lamento -dijo por último el arzobispo de La Plata- haber tenido que detenerme hoy en este tema, pero es algo muy doloroso y les pido que lo compartamos los que somos miembros de la Iglesia. Que sintamos este sentimiento de agobio, de vergüenza, de culpabilidad y, al mismo tiempo, la necesidad de la súplica y de la esperanza en el Señor para poder superar este momento tan desagradable".+
INFOGRAFÍA DEL CONFLICTO MALVINAS



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martes, 8 de octubre de 2013

1968 "GRAN BRETAÑA DEVUELVE LAS MALVINAS" 

Año VII Buenos Aires, 3 al 9 de diciembre de 1968 Nº 310 

Acabaron de develarse, entonces, las verdaderas intenciones de la gira de Lord Chalfont a las Malvinas: el Gobierno de Londres ha resuelto deshacerse de las islas, reconocer la soberanía argentina. Naturalmente, Lord Chalfont debía ocultar a sus compatriotas que la Corona los abandonaba; con ese fin, nada más diplomático —ni más inglés— que hacerles creer lo contrario. En la quincena próxima, ambos países tratarán de firmar un acuerdo sobre esta centenaria querella: no obstante, y aun si se entorpecen o dilatan las negociaciones, el éxito argentino y la capitulación británica son un hecho real 


1968 "Gran Bretaña Devuelve Las Malvinas"

La Devolución De Las Islas Malvinas 

Tal vez le sentaron los 28 grados de calor, a él, que venía del frío austral. El sábado a la tarde, cuando se entrevistó con el Canciller Nicanor Costa Méndez, Lord Chalfont acababa de cumplir la más ardua misión de su carrera diplomática: advertir a los 2.000 habitantes de las Malvinas que el Gobierno de Su Majestad ha resuelto abandonarlos. 

La conferencia con el Ministro fue un mero gesto protocolar requerido por el Palacio San Martín: un miembro del Gabinete que visitó las islas reclamadas por la Argentina no debía volverse a Londres sin pisar Buenos Aires: hacerlo, entrañaba una descortesía. Pero también fue un gesto protocolar el viaje a las Malvinas de Lord Chalfont, legislador y Secretario de Estado para las Relaciones Exteriores: las autoridades británicas no tenían que consultar a los súbditos malvineros, porque su decisión ya estaba tomada de antemano. Consiste en devolver un archipiélago que retienen, ilegalmente, desde 1833. 

Un par de meses atrás, el Foreign Office envió a Costa Méndez el borrador de un documento que, una vez aceptado por ambos Gobiernos, serviría de epílogo a los casi tres años de negociaciones bilaterales entabladas por consejo de la UN. Se trata de un plan de acción para la futura transferencia de las Malvinas a la órbita argentina, y la Cancillería inglesa ansiaba que quedara suscripto antes del arribo de Lord Chalfont a Puerto Stanley. Una lógica brizna de cautela, y la necesidad de estudiar el texto a fondo, demoraron la firma. 

En verdad, las opiniones se dividieron dentro del Palacio San Martín entre quienes preconizaban el acuerdo inmediato y quienes —como el propio Ministro— deseaban aguardar los resultados de la visita de Lord Chalfont y evitar que un exceso de premura desbaratase lo que tanto costó obtener. No cabe duda de que la gira del Secretario por las islas ha sido un barómetro indispensable, pese a que sólo tuvieron acceso a las discusiones los líderes de las Malvinas, encabezados por el Gobernador, Sir Cosmo Haskard, y los cinco periodistas que acompañaron al legislador desde Montevideo, en el navío Endurance. 

El Palacio San Martín conoce la posición inglesa: no necesitaba, por lo tanto, prestar oídos a las andanzas de Lord Chalfont; sin embargo importaba saber cómo se entendería con los convidados de piedra: los malvineros. Un repaso de los extensos —y a veces iracundos— despachos remitidos a Londres por los corresponsales, amén de ciertas declaraciones públicas del Secretario, permiten reconstruir su método admirable. 

Lord Chalfont indujo a sus compatriotas a contemplar una próxima asociación con la Argentina como la salida más favorable: la economía de las islas —basada sobre la cría de ovejas y la venta de lana— no se sostendrá por mucho tiempo. Es vital modificarla y desarrollar el archipiélago, amén de dotarlo de comunicaciones y adelantos de los que ya no puede carecer. Gran Bretaña, hundida en su propia crisis financiera, no cooperará con las Malvinas. Por lo tanto, entregar la soberanía es un favor de la Corona a estos súbditos. 


malvinas 
Nicanor Costa Mendez

De paso, Lord Chalfont los amedrentó con la posibilidad de que, si no prosiguen las negociaciones con la Argentina, el Gobierno de Buenos Aires adopte una línea de acción más violenta. Conviene, entonces, no sólo aprobar las tratativas entre ambos países, sino alentarlas: su quiebra no dañará a Inglaterra sino a los moradores del archipiélago. Por otra parte, la Argentina se ha comprometido a preservar los intereses de los malvineros, su lengua y sus credos. 

The Guardian resumió así: "[Lord Chalfont] divulgó el mensaje de que el porvenir de las islas y el de sus habitantes está vinculado con el vecino continental y no con un ex imperio distante miles de kilómetros". Dicho de otro modo: la devolución de las Malvinas es un hecho. 

El Gobierno quiere que cualquier arreglo con Gran Bretaña admita dos esenciales premisas: el reconocimiento de la soberanía argentina, aunque no se fije la fecha de la transferencia; y la de respetar los intereses del pueblo, no su voluntad, pues tal cosa significaría proponer a los malvineros como última instancia. 

Se trata de un reparo justo: no sólo porque, según se verá luego, las Naciones Unidas establecieron el respeto a los intereses, sino porque el pleito debe dirimirse de Gobierno a Gobierno. Ahora bien: la primera exigencia está contemplada en el documento de Londres; en cuanto a la segunda, una hojarasca de retórica impide todavía la definición rotunda. 

Los funcionarios argentinos vinculados con las negociaciones estiman que Gran Bretaña se allanará a retirar una cláusula en la cual se estipula que el traspaso de la soberanía se realizará "si los habitantes de las Malvinas dan su acuerdo". Cómo es notorio, la reincorporación de las islas al territorio nacional se hará en dos partes: la etapa inicial (de cuatro a ocho años, quizá se reduzca a dos) servirá para el mutuo acostumbramiento y la apertura del diálogo entre el archipiélago y el país; la segunda fase prevé la posesión. 

Si al cabo de la primera parte se solicitara el pronunciamiento de los isleños, la cláusula obraría como una trampa; además, el mandato del Partido Laborista vence en 1970, y los conservadores, que acaso ganen entonces, se oponen con ferocidad a la devolución del antiguo botín. 

La Argentina se apresta a no ceder, aunque su negativa rompa las gestiones bilaterales o las estanque. Inglaterra, a su vez, parece dispuesta a que el documento (o posición de acuerdo) se firme en los próximos veinte días. Serán veinte días de suspenso, aunque no lograrán cambiar el clamoroso final de la obra: la transferencia de la soberanía. 


1982


ASÍ QUE PASEN CUATRO AÑOS 

"Alguna vez, cuando me retire, quizás escriba la historia de estas negociaciones —ha dicho a un par de amigos el Canciller Costa Méndez—. No fueron menos tensas y sutiles que las de Kennedy y Kruschev durante la crisis de los cohetes cubanos." En todo caso, si bien es cierto que las tratativas por las Malvinas no hicieron peligrar la paz del mundo, significan para la Argentina el camino hacia una reivindicación de primera magnitud, hacia algo más que un mero triunfo diplomático. 

A falta de esa, historia, sólo cabe rememorar sus hitos conocidos. El 9 de setiembre de 1964, José María Ruda, entonces consejero legal del Palacio San Martín, abre el fuego en las Naciones Unidas con un alegato de hora y media ante el subcomité III del Comité de Descolonización (O Comité de los 24, por el número de sus países miembros). Este cuerpo funcionaba desde 1961, pero la Argentina tardó, tres años en recurrir a él; según la leyenda, fue casi por azar que un funcionario descubrió las Malvinas en la lista de materias elaborada por el organismo: se ignora quién anotó allí las islas. 

El discurso de Ruda es un acopio dé evidencias abrumadoras. "Nuestro propósito —enuncia— es persuadir a la comunidad internacional de que las Malvinas son parte integrante del territorio argentino y que el deber jurídico y moral de Gran Bretaña es devolverlas a su verdadero dueño." Una vez más, el enviado de Buenos Aires recuerda que el 3 de enero de, 1833 —a seis décadas de su retiro voluntario de Puerto Egmont, en favor de la Corona española— los ingleses se apoderaron por la fuerza de Puerto Soledad, en la Malvina Occidental, arriaron el pabellón argentino y expulsaron a sus gentes. 

Ruda presenta el caso ante el subcomité III (formado por delegados del Uruguay, Irán, Bulgaria, Italia, Costa de Marfil, Madagascar y Venezuela); un emisario británico refuta sus argumentos. Sin embargo, la Argentina obtiene un espaldarazo: el 18 de setiembre, ,el organismo recomienda al Comité de Descolonización que invite a los Gobiernos de Londres y Buenos Aires a gestionar una solución para el pleito; de hecho, deja sentada la existencia del diferendo, otra victoria. 

No son éstas las únicas novedades. Nunca, antes, los ingleses habían utilizado argumentos jurídicos para desdeñar los reclamos argentinos; en 1834, el Vizconde Palmerston, en carta a Manuel Moreno, señaló que los títulos de posesión de las Malvinas provenían del descubrimiento y subsiguiente ocupación de las islas por parte de la Corona británica. En las sesiones de setiembre de 1964, se abandona esta tesis para esgrimir la de la prescripción. Argentina desecha el planteo ya que, desde 1834, los sucesivos Gobiernos exigieron la devolución de las Malvinas, interrumpiendo así el efecto de la prescripción. 

Sólo un año después del "alegato Ruda", el 17 de noviembre de 1965, el Comité de Descolonización hace suyo el veredicto del subcomité III y aconseja a los dos países que busquen un arreglo pacífico del conflicto, "teniendo en cuenta los intereses" de los malvineros. Ordena además, que en todas las comunicaciones y documentos se emplee la denominación de Malvinas, entre paréntesis, junto a la de Falkland. 

Otra larga espera es necesaria para que la idea de las conversaciones bilaterales cobre el máximo de solemnidad: el 16 de diciembre de 1965, con 94 votos a favor, ninguno en contra y 14 abstenciones (entre ellas, la de los Estados Unidos), la Asamblea General de la UN aprueba las negociaciones: tal, el contenido de la Resolución 2065. Al mes, en Buenos Aires, los Cancilleres Michael Stewart y Miguel Ángel Zavala Ortiz dan por iniciadas las tratativas en un comunicado conjunto. 

En la práctica, corresponde al Embajador Alejandro Lastra inaugurar los debates con funcionarios del Foreign Office (19-20 de julio de 1966). 

El cambio de Gobierno, en la Argentina, estanca las discusiones hasta el 28 de noviembre, día en que son reasumidas por el nuevo Embajador, Eduardo McLoughlin. 
Al comienzo, la actitud británica reviste una extrema dureza; la serenidad y la cautela argentinas se vieron melladas por dos imprudentes demagogias: el aterrizaje en las Malvinas del piloto Miguel Lower Fitzgerald, el 8 de setiembre de 1964 (poco antes de que Ruda leyera su mensaje en Nueva York); y la desinflada invasión que intentó un grupo de 17 hombres y una autora teatral el 28 de setiembre de 1966. 

En ambos casos, hoy es claro, hubo apoyo oficial; fue el Vicepresidente Carlos H. Perette quien bendijo la cruzada de Fitzgerald, que permaneció un cuarto de hora en Puerto Stanley para clavar una bandera argentina y entregar un manifiesto. El piloto tuvo que elegir entre asegurarse una dosis suficiente de combustible (un tanque auxiliar de 220 litros) o llevar un pasajero: Héctor García, propietario de Crónica y Así; optó por lo primero. En cuanto a la "Operación Cóndor", no caben dudas de la influencia y el respaldo financiero prestados por un par de sindicatos y empresas periodísticas, amén de la complacencia de ciertos generales del Ejército y funcionarios. 
Como es notorio, los 18 intrusos desviaron de su ruta a un avión de Aerolíneas Argentinas —en el que viajaban 35 pasajeros, uno de ellos, el editor García; otro, el Gobernador de Tierra del Fuego— y descendieron en Puerto Stanley empuñando armas automáticas; las rindieron a los dos días y hoy cumplen condenas diversas en el Sur. Como no hay dos sin tres, el miércoles último, cuando Lord Chalfont trataba de calmar la ira santa de sus compatriotas, García y Fitzgerald se descolgaban sobre Stanley. 


Argentina

En febrero de 1967, el Poder Ejecutivo autoriza el montaje de una Dirección General de las Malvinas, en la Subsecretaría de Relaciones Exteriores. Ya entonces, los argentinos conocían el diseño de un escudo para las islas, que era propuesto a la Casa Rosada. Los ingleses, entretanto, se mostraban irreductibles; el 22 de marzo, el Foreign Office dijo: "El Gobierno británico no ha tomado en absoluto la decisión de abandonar su soberanía sobre el archipiélago". Pero la renuencia habría de ablandarse: una violenta crisis se ensañaba entonces con el Reino Unido, cundía el cisma dentro del Partido Laborista, y los sindicatos estorbaban las crueles medidas económicas de Harold Wilson. 


1968

LA RESPUESTA BRITÁNICA 

Ninguna de las fuentes consultadas por Primera Plana quiso revelar en qué instante preciso los ingleses se avinieron a cancelar su altanería y admitir su absoluto desinterés —estratégico y financiero— por las islas; la transición pudo comenzar, tal vez, hacia fines de 1967, cuando fue devaluada la libra esterlina y Gran Bretaña recordó aún más su presupuesto de defensa; o en el trimestre inicial de 1968, cuando el tempestuoso George Brown dimitió la Cancillería —que desempeñaba desde agosto de 1966— y Wilson volvió a ponerla en manos del templado Michael Stewart. 

Con todo, es injusto achacar los progresos en la negociación sólo a los desastres de la política interna de Gran Bretaña. Equivaldría a olvidar el brillante trabajo de persuasión cometido por los diplomáticos argentinos a las órdenes del Ministro Costa Méndez: el Embajador Ruda (44 años, casado, cinco hijos), quien encabeza la Misión Argentina ante la un desde febrero de 1966 y a quien se debe el exitoso fallo de Río Encuentro (ver Nº 208); su colega ante la Corte de Saint James, el brigadier McLoughlin; y el Embajador Ezequiel Pereyra, afincado en el Palacio San Martín, colaborador directo de Costa Méndez. 

la eficacia de este equipo y los trastornos ingleses construyeron un horizonte más luminoso en 1968. Ya en marzo, un grupo de malvineros lanza la voz de alarma: en una carta que reproduce la prensa londinense, acusan al Primer Ministro Wilson de urdir el inminente traslado de las Malvinas al dominio argentino. El Gobierno se defiende con robustas tiradas patrióticas; el propio Lord Chalfont jura, en la Cámara alta, que el Gabinete "se guía por un acendrado respeto a los intereses del pueblo" de las islas. Toca a Stewart, no obstante, asestar un inusitado golpe de esclarecimiento en los Comunes, el 28 de marzo último. 

El Canciller anuncia a los legisladores estos tres apotegmas: 
• Gran Bretaña está convencida de su soberanía sobre las Malvinas, pero la custodia de ellas reside en el Gobierno, no en los habitantes. Moraleja: no habrá plebiscito, como ocurrió en Gibraltar (setiembre, 1967). 

• La Argentina también está convencida de sus derechos sobre las islas y este dato debe tenerse en cuenta si Inglaterra desea, en verdad, mantener buenas relaciones con ese Estado. (El cese de los envíos de carne, por un feroz brote de aftosa, habían enfriado notablemente las relaciones.) 

• "Si partimos del punto de vista de la necesidad de lograr un rnodus vivendi apropiado, este país debe prepararse a discutir el momento y las circunstancias en que, cumplidas ciertas ccndiciones, acordará ceder la soberanía [a la Argentina]." La cesión, según Stewart, debería formar "parte de un convenio que asegure una permanente y satisfactoria relación entre los isleños y la Argentina, en la cual no haya hostigamientos, ni vejaciones, ni inconvenientes; un convenio en el que se garanticen si la soberanía es transferida, la salvaguardia de los derechos especiales de los isleños, su descendencia, su lenguaje..." Ese convenio es el que ahora se debate. 

Que no se convocaría a un referéndum —como solicitaban los Diputados conservadores y las autoridades de las Malvinas— es un tema sobre el que insiste Wilson en abril, para después declarar que la Argentina conoce "la respuesta británica" a su larga lucha por la reconquista de las islas. Costa Méndez niega estar al tanto de respuesta alguna; es posible que la haya sabido, de labios de Stewart, durante las dos conferencias que mantuvo con él en Nueva York el 27 de setiembre y el 10 de octubre, mientras asistían a la Asamblea General de la UN. 


negociaciones

Toca al Daily Express, de Londres, informar que Gran Bretaña se dispone a transferir las Malvinas en un plazo de cinco a diez años; el Foreign Office desmiente, pero ahora es visible que el órgano conservador hace algo más que proselitismq. Faltaba, sin embargo, una evidencia inusual: la ofrece el viaje de Lord Chalfont. 

Otras evidencias florecieron en Buenos Aires, pero deben adjudicarse a razones comerciales; tres zambas dedicadas a las Malvinas inundaron de mal gusto las radios de la Capital, sobre todo las oficiales. 

Una de ellas ha sido escrita, en un módico rapto de inspiración, por el capitán Federico Eduardo Mittelbach, ex colaborador de Federico Frischknecht y de Raúl Puigbó; su última estrofa: "Apronta, niña adorable, / ponte prendas de domingo, / que tu coraje y mi sable / sobran para echar a un gringo". La música pertenece al joven Gabino Correa. 

José Adolfo Gaillardou (a) Indio Apachaca, unió su estro al compositor Mario Valdez para proferir la segunda zamba, que se halaga con estos ripios: "Son tus mapas insulares / que llaman clamando como manos, / son tus cielos y tus mares / que gritan todo el sur americano". Pero el record de audiencia y de venta fue para Zamba de las Malvinas, de Juan Pueblito y Roberto Casal, grabada hace dos años por Los Changos de Anta: "Una es la Gran Malvina / otra es la Soledad; / quien quiera cambiar su nombre / está faltando a la verdad , se inflama. 

Menos frívolo, 'El reto de las Malvinas', un estudio de Ronald Crosby (Editorial Plus Ultra, 72 páginas, 250 pesos), agolpa curiosos datos sobre el archipiélago. Por ejemplo: hay 30 estancias en el millón de hectáreas que suman las islas; la población registró su mayor abundancia en 1936, con 2.272 habitantes; en la actualidad hay 2.079, El sueldo más: bajo, en las estancias, es el de los peones generales: 386.400 pesos por año: el más alto, el de los capataces: 845.040 pesos. 

Sostiene Crosby que la incomunicación, el pésimo sistema de enseñanza, la falta de oportunidad en el trabajo, y de esparcimientos en la vida cotidiana son los principales factores que determinan la emigración de los malvineros, hacia otros sitios. Un Gobernador, ayudado por un Consejo Ejecutivo y un Consejo Legislativo, conduce los negocios públicos; un Consejo Municipal se ocupa de la administración de Puerto Stanley. Treinta infantes de Marina, renovados anualmente, protegen a los ciudadanos; una estación de radio sirve a 565 receptores, y un sistema alámbrico alimenta e 348 altavoces instalados en casas particulares. Hay un solo gremio, con 550 socios, y los servicios públicos calecen del personal necesario. Sobre este aislado territorio, de clima insoportable, reina la Falkland Island Company; fundada en 1851, controla el 46 por ciento de la tierra y ejerce un franco monopolio comercial: sólo cuatro estancias no liquidan su producción por medio de esta empresa. La FIC vende la mayor parte pe las provisiones que llegan a las islas (desde Montevideo, en los viajes mensuales del barco Darwin); a su vez, carga la lana y la transporta a Gran Bretaña, donde es subastada por la firma Jacombe-Hoare Company

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EL PRESENTE GRIEGO 

Lord Chalfont no cesó de recordar a sus compatriotas las amenazas que penden sobre la economía local: si bien los 627.000 ovinos originan un ingreso líquido anual de 800 millones de pesos (con 2.235.000 kilos de lana), la caída de los precios en el mercado mundial y el alza en los costos de la producción acabará con la única fuente de riquezas del archipiélago; entonces, la Corona deberá subsidiarlo. 

Pero el Gobierno de Londres —que se desprende de sus últimas posesiones— no puede brindar asistencia financiera, ni aun para intentar una diversificación de la economía; tampoco está en condiciones de ofrecer ayuda militar y ya no se interesa por las ventajas estratégicas de las islas. 

También señaló Lord Chalfont que la Corona "debe tener en cuenta los intereses británicos en la Argentina": en la decisión de Londres, el desdén por las islas corrió parejo con la voluntad de seguir cultivando las exportaciones hacia, la Argentina y el retorno de sus dividendos, así como la tranquilidad de las inversiones británicas en el país, que totalizan unos 1.500 millones de libras esterlinas. 

Si bien se mira, es un presente griego el que ha de recibir la Argentina cuando restituya las Malvinas a su patrimonio; comprometida a velar por los intereses de sus habitantes, y obligada a una segunda colonización argentina, necesita despeñar un verdadero alud de fondos y de coraje. 

De todos modos, parece sensato este juicio de un funcionario de Gobierno: "Cualquier gasto será pequeño con tal de obtener las islas y de convertirlas en otro pedazo de Argentina".No pensaba, en ese momento, en otra consecuencia atrayente: los réditos políticos que la devolución de las Malvinas dará al Gobierno que la consolide. 

«El corsario español Antonio Barceló machacó el nido de piratas de Argel sin tener apenas bajas»

Agustín R. Rodríguez González, flamante ganador del XIV Premio Algaba por su obra «Antonio Barceló» (Edaf, 2016) narra la historia de un hispano que pasó de navegar en un barco correo, a servir en la Armada Española
El jabeque de Barceló
El jabeque de Barceló
Un español valeroso que inició su carrera naval como corsario al servicio de la corona y que, gracias a sus méritos, acabó siendo Teniente General de la Real Armada. Este es el argumento en el que se centra el libro ganador del XIV Premio Algaba: «Antonio Barceló. Mucho más que un gran corsario» (Edaf, 2016).
Una obra que lleva por título el nombre de uno de los marinos más valerosos y olvidados de la historia de España y que ha sido alumbrada por Agustín R. Rodríguez González (Doctor en Historia y colaborador del diario ABC). Con todo, la semblanza de este héroe del Mediterráneo deja un sabor agridulce, pues Barceló fue denostado en el siglo XVII por muchos oficiales «de carrera» debido a sus orígenes humildes. «Lo que más le cuesta a un español desde siempre es reconocer el mérito ajeno», explica el autor a este diario.
Antonio Barceló y Pont de la Terra vino al mundo en Palma de Mallorca el día de Noche Vieja de 1716. Y, como buen bebé de su tiempo que era, fue bautizado en la jornada siguiente a toda prisa por el temor de sus padres a que la mortalidad infantil se lo llevase al otro mundo sin haber sido iniciado en la fe. Como explica Rodríguez, tuvo la suerte de nacer en el seno de una familia media que había logrado hacerse un hueco entre clase de bien de la región. Una fama que fue acuñada por su padre Onofre en julio de 1717 cuando se ofreció a participar en la expedición española enviada para tomar por las bravas la isla de Cerdeña.
Aquel acto en servicio de la corona le valió a Onofre, en noviembre de 1719, una patente de corso (en la práctica: la capacidad de apresar y saquear buques musulmanes en nombre de Su Majestad a cambio de entregar una parte de lo obtenido al Estado) y un acuerdo para prestar servicio de correo entre Mallorca y Barcelona.
«Era como un contrato dado por España. Un premio por sus servicios que le permitía ganar dinero», determina el autor. A partir de entonces, el padre de Barceló se dedicó a llevar cartas, mercancías y pasajeros de una región a otra en su jabeque, el «Santo Cristo de Santa Margarita». Un trabajo que, a los 18 años, heredó Antonio por orden real después de haber aprendido a la vera de su ya anciano progenitor.
Su capacidad militar como corsario y correo quedó patente a los 21 años, cuando fue reconocido por la monarquía como Alférez de Fragata tras poner en fuga a dos navíos enemigos con su jabeque. A efectos prácticos el título le sirvió de poco, pues no le permitía recibir ni una moneda de sueldo ni llevar el uniforme de la armada. No obstante, fue su carta de recomendación para su futuro empleo militar.
No en vano, en los años siguientes logró ascender poco a poco en el escalafón gracias a actos heroicos como el de 1.743: cuando llevó 2.300 cuartelones de trigo, 5.000 panes y 388 quintales de bizcocho blanco hasta Mallorca (cuyas gentes morían de hambre por las malas cosechas). Lo hizo a pesar de que él mismo no tenía forma de avituallar a su tripulación. «No hay una gota de agua en el buque, así que a ver si llegamos pronto», dijo.

Fracasos que fueron éxitos

Su pericia en el mar le hizo recibir multitud de misiones oficiales. Y en casi todas ellas salió victorioso. «Como correo se dedicó a apresar a los mismos corsarios musulmanes que querían apresarle a él. Hizo válida la frase de que “lo mejor para cazar a un ladrón, es otro ladrón”», destaca Rodríguez.
Al final, la hoja de servicios le hizo entrar en la armada oficialmente (sueldo mediante) y ser ascendido en 1762 a Capitán de Fragata al mando de los jabeques reales. Así continuó su labor hasta el año 1775, cuando participó como jefe de este tipo de navíos en la gigantesca operación de desembarco marítimo que Carlos III organizó contra el nido de piratas de Argel. Una ciudad cuyo gobernante se nutría recibiendo dinero de los corsarios musulmanes que robaban a España.
Antonio Barceló
Antonio Barceló- Wikimedia
«Aunque Lepanto frenó la expansión otomana, en el Mediterráneo los corsarios musulmanes siguieron practicando el “noble deporte” de atacar al enemigo en el mar. Y no solo eso, sino que también desembarcaban en la costa para raptar a gente de los pueblos y robar», añade Rodríguez. Por todo ello, el monarca (hasta el cetro de infieles) ordenó a Pedro Rodríguez de Castejón que tomase aquella región africana con casi 20.000 infantes, unos 1.000 jinetes y 800 artilleros.
Desde España se confiaba en la conquista rápida de la zona. Sin embargo, Barceló no era de la misma opinión, pues sabía que el enemigo se había hecho fuerte en la ciudad. «Él quería bombardear la zona antes del ataque, pero los oficiales se negaron. Los mandos eran cargos políticos y el solo un jefe inferior, así que no pudo hacer nada. Al final los españoles desembarcaron, pero no pasaron de la playa», añade el autor.
La operación fue un desastre total. Murieron más de 5.000 hombres y 10.000 fusiles fueron abandonados en la playa. El horror, con todo, fue paliado por Barceló. «Sin obedecer órdenes, Barceló se aproximó a la costa con sus jabeques y disparó a los enemigos para que el ejército pudiese reembarcar y retirarse», completa Rodríguez. Fue un héroe, y eso no gustó demasiado a sus superiores, a los que había dejado en ridículo. Con todo, no tardó en saberse que había combatido bien. Aunque los culpables del desastre no pudieron quejarse, pues la mayoría fueron ascendidos. «En España, cuanto peor lo haces, más recompensa tienes. Lo que vale son los contactos», señala Rodríguez.
Jabeques en combate
Jabeques en combate
Al final, su naso le hizo ser ascendido a jefe de escuadra y, en 1779, recibió el mando de las fuerzas navales encargadas de bloquear Gibraltar (ya en poder inglés). Su objetivo era lograr que los defensores se rindieran por hambre. En palabras del experto, no hizo un mal trabajo, pues apresó a una buena parte de los barcos que intentaban llevar alimentos a la zona (algo que trataban de hacer de forma recurrente para vender su mercancía a los británicos mucho más cara). Sin embargo, su pequeña escuadra no fue rival para tres grandes convoyes organizados por la «Royal Navy» en los meses posteriores. Con tan solo unos pocos buques bajo sus órdenes, tuvo que tirar la toalla y tratar de no plantar batalla.
En ese momento una buena parte de los oficiales de carrera se lanzaron contra él como buitres. «Mientras fue un corsario afortunado no molestó a nadie. Pero como jefe de escuadra creaba recelos. Además, se cargó contra él por ser sordo. Se decía que no podía mandar nada», completa Rodríguez. Al final, se trató de asediar Gibraltar mediante unos barcos brutalmente grandes y caros (las baterías flotantes, unas endebles plataformas de artillería) en septiembre de 1782. Todo ello, contra los consejos de Barceló. El ataque fue un desastre.

Su gran victoria

Podría parecer que el odio de sus compañeros acabó con él, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, su actuación en Gibraltar le llevó a ser ascendido a Teniente General. Tan solo un año después, en 1783, recibió el mando de la flota encargada de castigar el infame nido de piratas de Argel.
Agustín R. Rodríguez González
Agustín R. Rodríguez González- Edaf
Como señala el autor en su obra, la fuerza estaba compuesta por 4 navíos de línea, 4 fragatas, 4 balandras, 2 galeotas, 10 jabeques, 2 bergantines y 4 brulotes. Además, en este caso el ejército español contaba con un arma secreta: unos pequeños buques llamados «lanchas cañoneras» que habían sido inventadas por el propio Barceló. «Eran botes botes de remos con capacidad para 30 hombres que iban armados con el cañón de mayor calibre que hubiera», determina Rodríguez.
En palabras del autor, al ser tan pequeñas era casi imposible acertarlas desde la lejanía de la ciudad y se podían mover rápidamente para «cazar» al enemigo por sorpresa. A la batalla irían una sesentena de estas maravillas. En julio salió la expedición. Sin embargo, en este caso a los mandos estaba Barceló, quien ordenó llevar a cabo una táctica diferente: en lugar de desembarcar, bombardearín la ciudad hasta la saciedad.
El 1 de agosto comenzó el ataque, y desde entonces se lanzaron más de 7.500 proyectiles contra el lugar. «Fue un coste terrible para Argel, que tuvo que construir defensas y destinar hombres a ellas», determina el historiador. El plan fue todo un éxito, pues la región pidió la paz a España tras un duro castigo, cientos de bajas y edificios destruidos, y tan solo 30 muertos del bando hispano debido a la explosión repentina del cañón de una lancha. «Barceló machacó el nido de piratas de Argel sin tener apenas bajas. Casi gratis», completa Rodríguez. Barceló regresó como un héroe a España, donde murió en 1797.
POEMA: El Niño

Levántate y mira, la luz del Belén
En la noche obscura, te alumbra tu bien.

¿Oyes el sonido limpio de su voz?
Con boca de niño de llama tu amor.

¿No sientes el fuego de su caridad?
En forma de niño nació tu verdad.

Acércate un poco, no tengas temor,
Con manos de niño te busca el Señor.


Ponte de rodillas en la tierra fiel:
Con ojos de niño te mira tu Rey.


Háblale sin miedo, dile tu dolor:
Con alma de niño te escucha tu Dios( F L BERNARDEZ)

"Nos han birlado la Navidad"

 

El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, recordó que "antes todo el mundo sabía que en Navidad había nacido Jesucristo y que era eso lo que se festejaba y que el signo era el Pesebre, mientras que hoy nos han birlado la Navidad".



Lo afirmó en su reflexión semanal efectuada en el programa Claves para un mundo mejor, emitido el sábado 10 de diciembre por el Canal 9 de Televisión. "Acá se juega -expresó- algo que es importantísimo porque esta es una fiesta central del año cristiano así como la Semana Santa y sobre todo el Triduo Pascual que es el otro polo del año cristiano”.

“La cuestión -señaló- es cómo se celebra bien la Navidad. Una celebración no implica solamente la misa aunque ojalá todos los bautizados fueran a misa el día de Navidad, ojalá todos los bautizados, acá en la Argentina, supieran qué pasó en Navidad y por qué celebramos Navidad, por qué se brinda en la Nochebuena”.

“Notemos -continuó- que los cambios culturales han hecho evaporar la cultura cristiana de la Navidad. Antes todo el mundo sabía que en Navidad había nacido Jesucristo y que era eso lo que se festejaba y que el signo era el pesebre... Todo eso hoy día se ha perdido desgraciadamente”.

El prelado platense recordó que “antes en público aparecían figuras de la Navidad y eso también se ha perdido", y agregó: ¿Cuál es la figura cultural, hoy, de la Navidad? Es ese gordo vestido de colorado, barbudo, que parece que sale del invierno porque, efectivamente, viene de otros horizontes, de otro hemisferio. La Coca Cola nos ha birlado la Navidad porque este señor, el gordo Papá Noel, ha sido la imagen de esa gaseosa. Cuando decimos Papá Noel, si conocemos algo de francés, sabemos que Noel significa Navidad pero detrás está Santa Claus aunque ahora ya nadie lo llama Santa Claus que es San Nicolás y, en realidad, es verdad que es una tradición cristiana que viene de los países del norte de Europa pero pasó a Estados Unidos y lo agarró la Coca Cola y allí se acabó el pesebre, se acabó Jesús y queda Papá Noel”.

“Por otra parte, antes, los regalos, nosotros, los chicos, los esperábamos el 6 de enero. En la noche del 5 de enero poníamos los zapatos, hasta poníamos pastito y agua para los camellos. Todo eso desapareció. Los regalos, en todo caso, aparecen en Navidad, a fin del año y algunos en Reyes, aunque no tanto”.

“La cuestión es esta: nos han birlado la cultura de la Navidad. Y eso es algo que, con delicadeza pero con claridad tenemos que restaurar, tenemos que recordar y hacer recordar que en Navidad se celebra el Nacimiento de Jesús Nuestro Salvador, que nació en el parto virginal de la Virgen María, que lo concibió virginalmente por obra del Espíritu Santo”.

Continuando con su reflexión, monseñor Aguer recordó que “el Pesebre de Navidad está iluminado por la presencia del Niño Dios y de su Madre. Hay pinturas preciosas, de grandes autores de los siglos XVI y XVII, que han pintado la escena de la Navidad y lo que llama la atención es que la luz sale del Niño y de su Madre. Los bordes son oscuros pero el que ilumina es el Señor, la pequeña figura del Señor. Esa es la verdad y a través de estos signos es cómo vamos comprendiendo las cosas”.

“Por eso la cuestión que yo digo acerca de la Coca Cola y Papá Noel no hay que tomarla a la ligera porque van a ver ustedes que la propaganda es esa: un arbolito con globitos y el gordo muchas veces sin el trineo. Por eso lo importante es volver al Pesebre y mostrar que allí está figurada la escena central de la historia humana que es el Nacimiento del Redentor”.

“Esta es una dimensión importante de nuestra preparación para la Navidad. Por supuesto que esta preparación es sobre todo la interior. En lo posible vamos a hacer una buena confesión de Navidad, vamos a comulgar en la Misa de Nochebuena o en la Misa del Día de Navidad. Pero los aspectos exteriores, sobre todo para la gente sencilla y para aquellos que no son practicantes, son valiosos. Si tienen un pesebre en su casa y entra un vecino cualquiera ustedes pueden explicarle las verdades fundamentales de la fe cristiana. Y es así como la Iglesia conserva su vigencia en la cultura, de lo contrario nos recluimos en nosotros mismos y dejamos que el vasto campo del mundo quede para el Diablo, al cual Jesús llamaba el Príncipe de este mundo", concluyó.+