La primera batalla de la Historia entre musulmanes y judíos
La enemistad entre judíos y musulmanes dirimida en el campo de batalla no comenzó en 1947 con la creación del Estado de Israel. La primera gran contienda de la que se tiene constancia histórica data del 627. Los historiadores la denominan La Batalla de la Trinchera, por el ingenioso método utilizado por Mahoma para vencer a un enemigo mucho mayor en número y medios de combate. Pero el aspecto más polémico tiene que ver con la conclusión de aquella campaña, la última y más decisiva para la creación del islam, y para entender su rápida difusión por todo el mundo conocido a golpe de espada. Por orden del profeta, casi 700 miembros varones de una tribu judía, la de los Qurayza, fueron decapitados, y sus mujeres y niños repartidos como esclavos.
Los historiadores coinciden en que la Batalla de la Trinchera en la ciudad de Medina fue el acto fundacional de la comunidad musulmana en la península Arábiga. La campaña previa pretendía ser el golpe definitivo a Mahoma y sus seguidores, que habían huido de La Meca y encontrado refugio en Medina. Una coalición de tribus politeístas mecanas, junto a unas pocas tribus nómadas judías, establecieron en La Kaaba un pacto militar para combatir a Mahoma. En vísperas de marzo de 627 se dirigieron a esa ciudad unos 10.000 hombres, con 600 caballos y camellos. Alertados, los mahometanos, que solo contaban con 3.000 soldados, decidieron recurrir a la construcción de un foso en torno a Medina para frenar a la caballería. El ingenio militar era conocido entre los persas, pero pilló por sorpresa a la coalición árabe .
El sitio de Medina duró varias semanas, pero pudo haberse decantado rápidamente en favor del bando agresor debido a una circunstancia: el pacto secreto de la coalición con una tribu judía que habitaba cerca de Medina, la de Banu Qurayza, que debía actuar como “quinta columna” en Medina para permitir la entrada del ejército invasor. Mahoma fue advertido y la conspiración se frustró. Finalmente -y como consecuencia de una “intervención divina” en forma de terribles tormentas, según la tradición musulmana- la coalición se desmoralizó y levantó el sitio.
Sin dar pausa al júbilo, Mahoma decidió marchar contra los Qurayza para hacerles pagar la traición, por la ruptura de una alianza anterior entre la tribu judía y la nueva comunidad musulmana. El sitio duró poco tiempo, y Banu Qurayza se rindió. Las historiadores musulmanes disputan en este punto, pero el más aceptado es que el profeta pidió consejo a uno de sus consejeros, Saad ibn Maad, quien concluyó que todos los judíos de la tribu debían ser pasados a espada. Mahoma asintió, y unos 700 hebreos fueron decapitados. El Corán recoge en varios de sus versículos tanto la conspiración de los Qurayza como la venganza contra ellos por orden de Alá.