HUNDIMIENTO DEL DESTRUCTOR SHEFFIELD Y DAÑOS EN EL PORTAAVIONES HERMES
El 4 de mayo de 1982 dos aviones Súper Etendard de la Armada
Argentina con base en Río Grande (Tierra del Fuego) armados con un misil
Exocet cada uno y orientados por un avión explorador Neptune de la
misma fuerza, atacan tres navíos británicos impactando en la fragata HMS
Sheffield provocando un incontrolable incendio. El ataque (según
los ingleses) causa la muerte de 22 tripulantes, un elevado número de
heridos y obliga a abandonar la nave al resto de la tripulación. El otro
Exocet impactó en el portaaviones Hermes (ataque nunca
reconocido por Inglaterra) obligando a evacuar el estado mayor de la
Task Force. Si el portaaviones no fue atacado ¿por qué se trasladaron
todos al portaaviones Invencible? También un Sea Harrier es derribado por la defensa argentina en Pradera del Ganso (Goose Green). Los piratas se estaban dando cuenta que no sería un paseo combatir a los argentinos.
Detección del enemigo
Un avión Neptune, comandado por el Capitán de Corbeta Ernesto Proni
Leston, despegó a las 04.00 del 4 de mayo y se internó en el mar, con un
arrumbamiento que lo llevaba inicialmente por el sur de Malvinas, antes
de rodearlas totalmente. Poseía un elemental sistema MAE (Medida de
Apoyo Electrónico) que podía proveerle un pobre aviso de haber sido
iluminado por un radar enemigo. En otras palabras, al no ser muy
confiable este sensor, podía darse el caso de volar, casi ciego, hacia
un buque equipado con misiles. El tiempo era malo, con nubes bajas, lo
que si bien por un lado dificultaba el vuelo, por otro le daba cobertura
visual contra el enemigo. La forma de operar era la clásica. Se volaba
bajo y cuando había que hacer una emisión radar para investigar se
ascendía con rapidez hasta unos 1.000 metros, se hacía el barrido
descendiendo luego rápidamente con un sensible cambio de rumbo para
dificultar la posible detección o el seguimiento por radar del enemigo,
si era descubierto.
El avión Neptune y parte de la tripulación que descubrió al Sheffield y otros buques enemigos el 4 de mayo de 1982. |
La emisión radar propia de las 08.45 trajo otra sorpresa. La
pantalla presentaba tres ecos; al anterior se había sumado uno grande y
otro mediano, todos a 60 millas de distancia. Se captaron un blanco grande, seguramente un portaaviones y tres blancos medianos. El
explorador continuó con sus maniobras evasivas, alejándose hacia el
sur. En ese período, al hacer nuevas pruebas de radar volvieron a
quemarse sus cristales. Su Comando estaba en conocimiento de este
inconveniente por lo que se le pidió que informara la posición de los
buques a las 10.30 —cosa que se cumplió—; el Neptune presumía, con
razón, que estos datos contribuirían a una misión de Súper Etendard en
desarrollo. En su último ascenso para utilizar el radar dio la posición
de los blancos, retomó su vuelo rasante y se alejó de la zona, para
aterrizar, luego de siete horas de vuelo total, en conocimiento ahora de
que los Súper Etendard estaban en camino.
El ataque de los aviones de la Armada Argentina
Con la ubicación inicial del enemigo a unas 100 millas al sur de
Puerto Argentino y aproximadamente a 380 millas de la Base Aeronaval Río
Grande, el Comando de la Aviación Naval ordenó el despegue de los Súper
Etendard, a las 09.45. El binomio encargado de la misión estaba
constituido por el capitán de corbeta Augusto Bedacarratz, Segundo Comandante de la Escuadrilla y el teniente de fragata Armando Mayora,
quienes luego del despegue ascendieron rápidamente hasta los 4.500
metros, proa al punto de encuentro con el avión tanque KC-130 de la
Fuerza Aérea al mando del Vice Comodoro Pessana. La operación
recibía el apoyo aéreo de dos escuadrillas de Dagger situadas a 20.000
pies, armados con misiles aire - aire y un Lear Jet del Escuadrón Fénix
actuaba, como siempre, en misión de diversión. Tanto el vuelo como
la maniobra de transferencia de combustible se realizaron, como es
disciplina de esa Unidad Aeronaval en el más estricto silencio. Entre
ambos aviones de ataque sólo existían comunicaciones por señas, y a
veces el entendimiento entre ambos pilotos era tal que podían prescindir
de ellas.
Dos Súper Etendard cargando combustible de un avión Hércules C-130. |
Armando Mayora recuerda esa misión: "Veníamos volando
muy, muy bajo, y muy, muy rápido. Era un día horrible, de chubascos,
lluvias, de muy baja visibilidad, lo cual era perfecto para nosotros
porque de esa manera podíamos entrar sin que nos detectaran", cuenta.
El tiempo era decididamente malo, con chubascos y bancos de niebla
que disminuían la visibilidad a 1.000 metros, mientras que un colchón de
nubes les daba un techo de 150 metros. A las 10.30, como se ha dicho,
el avión explorador les dio su informe final sobre los blancos que tenía
en su pantalla, y cerró su mensaje con una última palabra no
contemplada en el severo léxico naval para estas comunicaciones
operativas: "Aries, aquí Mercurio: confirmo duende grande y dos medianos en 52° 33' 5" Sur y 57º 40' 5" Oeste; otro mediano en 52º 48' 5" Sur y 57º 31' 5" Oeste... Suerte".
En 1982, el misil Exocet era una de las armas más formidables con las que contaba la Argentina en la lucha contra el colonialismo británico. |
La aproximación había sido tan sigilosa como indetectable y el éxito del
ataque era casi seguro y sin establecer contacto visual con el enemigo.
Sin embargo, recién es confirmado varias horas más tarde (a las 17 horas) al admitir el Ministerio de Defensa británico bajas en un destructor tipo 42, uno de los más modernos de su flota.
El HMS Sheffield tenía 287 tripulantes y armamento nuclear. |
El misil Exocet MM-39, de fabricación francesa, era y sigue
siendo una de las armas más formidables del arsenal no nuclear. Así
llamado por el nombre del pez volador Exocoetus, que se desliza rozando
la superficie de las olas.
Mayora recuerda que tras el ataque: "Todo el mundo estaba feliz. Yo no,
porque el objetivo era el portaaviones. La única manera de poder haber
cambiado el curso de la guerra era hundirles un portaaviones. Eso fue lo
que sentí: que podríamos haber generado un cambio. Hundir al Sheffield fue un tema que les pegó, pero que no fue crucial. Si hundíamos un portaaviones, la cosa hubiese sido diferente", sostiene.
A pesar de ese sentimiento, Mayora reconoce que la escuadrilla hizo su trabajo a la perfección. "El ataque del Sheffield fue el único que pudimos hacer como dice el libro. Salió perfecto", reconoce.
El ataque al Sheffield, una fragata tipo 42 que estaba a
la vanguardia de la flota inglesa, supuso un duro revés para las fuerzas
británicas durante el conflicto de 1982. Además, fue el primer barco que perdieron desde la Segunda Guerra Mundial. Eran la tercera potencia del mundo con el apoyo de la primera.
Comienzan las mentiras británicas
Los ingleses declararon, más tarde, que “había sido atacado el HMS Sheffield con un Exocet y que otro misil había pasado de largo frente a la fragata Yarmouth”. Ambos misiles fueron apuntados al blanco grande, es decir tenían las mismas coordenadas. El
Exocet, entre sus muchas habilidades, tiene la posibilidad de cambiar
de blanco si no encuentra su objetivo en la ruta especificada, pero
tiene también espoletas de proximidad que lo hacen detonar si pasa muy
cerca del buque sin llegar a impactar en él. Estas y otras características más del misil, permiten concluir que es sumamente difícil que un misil impacte en un buque y el restante pase de largo frente a esa u otra nave, sin haber cambiado de dirección al no encontrar nada en su ruta inicial o explotar por sus espoletas de proximidad.
Son varios los especialistas que sostienen que el blanco grande fue impactado y que se trataba del portaaviones Hermes, el buque insignia de la flota hasta ese momento. Sin duda algo grave sucedió a bordo relacionado con la escasa actividad de éste luego del 4 de mayo.
En todos los casos, se habló siempre de tres blancos medianos y uno
grande. Tanto el Neptune como los Súper Etendard, confirmaron ecos de
ese tipo en sus pantallas. La declaración oficial británica indicaba que
se había impactado al HMS Sheffield, pero si eso fuese correcto y efectivamente el buque “grande” impactado era el Sheffield, entonces los otros tres ecos medianos deberían tener un tamaño aproximado a la mitad del eco grande. Como el destructor Sheffield tenía
aproximadamente 120 metros de eslora (largo), la única posibilidad de
que ése fuese el blanco grande sería que los otros tres buques no
superasen los 50-60 metros, pero lo interesante del caso es que la flota
no poseía en la zona del conflicto buques de 50 metros de eslora.
Teniendo en cuenta que un portaaviones del tipo Hermes tiene
una eslora de aproximadamente 200 metros y que los destructores y
fragatas oscilan entre 120 y 100 m, es mucho más razonable suponer que
un blanco grande (200 m) sea escoltado por dos blancos medianos (100 a
120 m). Se sabe que ambos Exocet se dispararon al blanco grande. Es muy posible que un misil impactara en el portaaviones Hermes y otro en el destructor Sheffield. Las
sospechas se acrecientan cuando Gran Bretaña demoró seis horas en
informar del ataque que había sufrido y declaró que hubo 22 muertos y 24
heridos.
Otra posibilidad es que el Sheffield habría sido uno de
los navíos de combate atacados y averiados por la Fuerza Aérea Argentina
el 1º de mayo. El 1º de mayo tres aviones Mirage Dagger argentinos,
atacaron a una flotilla de buques británicos que cañoneaban las
adyacencias del aeropuerto de Puerto Argentino. Fuentes británicas
reconocieron ese día que dos de esas embarcaciones resultaron dañadas,
una de escasa consideración posiblemente la fragata Arrow mientras que nada se informó de la otra.
Fuentes militares argentinas, por su parte, que observaron
perfectamente la acción desde la península de Freycinet y del cabo San
Felipe, no dudaron en identificar a esa segunda nave dañada como una
fragata tipo 42, la que recibió los impactos directos de dos bombas de
500 libras que explotaron en su interior y provocaron un incendio
incontrolable. Todo indica que ese segundo buque era el Sheffield y el gobierno británico lo intentaba ocultar.
Al ser impactado el portaaviones Hermes el día 4 de mayo, se blanqueó la destrucción del Sheffield
y se ocultó la avería del portaaviones, que representaba un revés muy
serio para la flota. La marina británica se consideraba invulnerable...
¿cómo entonces un portaaviones era seriamente averiado?
Tal vez no basten dos Exocet para hundir a un portaaviones, pero seguramente los daños producidos en su "obra muerta" por dos misiles de estas características deben ser de consideración.
Tal vez no basten dos Exocet para hundir a un portaaviones, pero seguramente los daños producidos en su "obra muerta" por dos misiles de estas características deben ser de consideración.
Para la supuesta invulnerabilidad de la flota pirata era inadmisible que se reconociera lo ocurrido, además de que una
noticia de esas características sería causal más que suficiente para
que la OTAN exigiera a la Primer Ministro el regreso de la flota, y así
evitar desguarnecer a los países europeos frente a la amenaza soviética. Por algún motivo, el Gobierno Británico ha impuesto el Secreto de Guerra sobre todo lo ocurrido en Malvinas hasta el año 2072, y seguramente en ese secreto figura el ataque al portaaviones Hermes. Muy probablemente porque en este caso y en otros que sucedieron después (como el ataque al portaaviones Invencible), sería catastrófico evidenciar que la flota británica no presentaba la fortaleza que se creía, además de perjudicar muy severamente los intereses políticos de Margaret Thatcher.
El misil Exocet cuenta con un sistema de guía electrónica programable de
blancos desde el avión lanzador contando a su vez con la capacidad de
detectar y seleccionar blancos alternativos en forma autónoma en la fase
final del vuelo en caso de no interceptar al blanco principal. Todo indica a sospechar que al menos un misil Exocet impactó el 4 de mayo de 1982 al portaaviones Hermes.
El día 3 de mayo, un contacto por radar por un seguimiento de los Harriers, reveló la existencia de un blanco grande a 73 millas de Puerto Argentino a rumbo 140.
El día 4 de mayo, se vuelve a detectar el mismo blanco en igual posición, constatándose que se trataba del Hermes. A partir de las 11.30 del 4 de mayo el portaaviones Hermes comenzó a dar señales de tener varias dificultades.
Evacuación del portaaviones Hermes
Simultáneamente al ataque al Sheffield, se produce el traslado del Almirante Woodward del Hermes hacia el portaaviones HMS Invincible,
que a partir de ese momento pasa a ser la nueva nave insignia,
difundiéndose además, contradictorias noticias de las fuentes
británicas. La información también expresa que desde ese momento se
reduce notablemente el número de aviones Sea Harrier que se mantienen en
vuelo, como si uno de los dos portaaviones hubiese dejado de operar.
El gobierno de Margaret Thatcher venía ocultando desde el 1º de mayo
los resultados de los exitosos ataques de aviones Navales y de la Fuerza
Aérea Argentina a la flota británica, lo que determinó el hundimiento
del Sheffield y las serias averías del Hermes.
El blanco de los Súper Etendard habría sido el portaaviones Hermes y el Sheffield, ya dañado. Pero las centrales de acción psicológica lanzan la información del destructor señalando que el impacto fue en la central de operaciones, mientras el Comandante dramatiza en sus declaraciones sobre el hundimiento, consolidando el frente interno británico.
Posteriormente, se advierte que si el Sheffield hubiese
recibido el impacto en donde se indicó, el comandante y varios jefes
oficiales antiguos que trabajan allí en forma permanente, hubiesen
muerto.
El día 4 de mayo,Londres informó que el Exocet no detonó al impactar
con el casco de la nave, pero que al penetrar en su interior provocó un
incendio debido al combustible sin quemar de su motor cohete, incendio
que no pudo ser controlado y obligó a la tripulación del Sheffield, que en la acción sufrió la baja de más de 20 muertos y numerosos heridos, a abandonar la nave.
Técnicos productores del misil descartaron, casi de manera definitiva,
la alternativa planteada por el informe inglés y señalaron el poco
crédito que merecía la información que un incendio producido por el
combustible sin quemar del cohete que no debía ser mucho hubiera causado
un número tan importante de víctimas.
Un periodista a bordo del Hermes revela un secreto
El ataque al portaaviones Hermes fue ocultado por el Reino Unido,
el navío muy averiado se alejó del T.O.A.S. para ser reparado. Un
agente perteneciente a los servicios de informaciones del ejército
argentino, que se hizo pasar por un periodista uruguayo trabó amistad en
las islas con el periodista británico John Witherow, de quien
obtuvo valiosa información, en particular acerca de la suerte ocurrida
por los dos portaaviones de la Task Force, fue este colega quién le
relató que el día 4 de mayo, hallándose con otros periodistas en el bar del Hermes
a la hora del ataque, sintieron una fuerte explosión que estremeció al
buque. Cuando inquirieron acerca de lo ocurrido, un oficial británico
les informó que se había producido un accidente de un Harrier en la
cubierta de la nave, nunca pudieron completar la nota o verificar lo
ocurrido, ya que inmediatamente fueron trasladados al portaaviones Invincible, no regresando más a la nave insignia de la Task Force.
La fuerte explosión proviene del golpe de un misil que no explotó en la
chapa de acero del portaaviones. Es lógico, que si pesa casi 670
kilogramos volando a 1100 kms. por hora, el golpe es formidable, como
una explosión. Pero lo que no se cree de este testimonio es que el
periodista abandonó el Hermes y no vio nada.
Le comentó también el periodista británico, que hasta el día 30 de mayo, fecha en que fue atacado el otro portaaviones, el Invincible, transmitían la información obtenida en tierra firme a Londres mediante la estación de comunicaciones satelital a bordo del Invincible. A
partir de esa fecha, ya no lo pudieron hacerlo más. ¿Sería otra extraña
coincidencia? Muy extraña, ciertamente, ya que simultáneamente ese
mismo día se observó que las interferencias electrónicas del enemigo
cesaron. Pues el ataque había afectado la estación de comunicaciones del portaaviones,
y recién se reasumieron cuando se llevaron a San Carlos otros equipos
para continuar con esta tarea, poco antes de la finalización del
conflicto.
Aunque no pudo ser confirmado oficialmente, el hecho de que los aviones que operaban desde el Hermes hayan dejado de hacerlo desde el momento del ataque, ofrece claros indicios de que pudo haber sido dañado y fue ocultado.