FRANCISCO A LA
CURIA: LAS 15 TENTACIONES QUE ES NECESARIO COMBATIR
El Santo Padre
invitó en este tiempo de Adviento, a crecer en santidad para realizar
plenamente la propia misión. Se reunió este lunes por la mañana en el
Vaticano, con los dirigentes y miembros de los diversos dicasterios,
consejos, oficinas, tribunales y comisiones que la componen la Curia
Romana y la invitó "a ser un cuerpo que intenta día tras día ser más vivo,
más sano y armonioso y más unido entre sí y con Cristo''. Y para ello el
Santo Padre, con franqueza paternal señaló las tentaciones que es
necesario combatir.
CIUDAD DEL VATICANO, 22 DE DICIEMBRE DE 2014 (ZENIT.ORG)
El papa Francisco
se reunió este lunes por la mañana en el Vaticano, con los dirigentes y
miembros de los diversos dicasterios, consejos, oficinas, tribunales y
comisiones que la componen la Curia Romana y la invitó "a ser un cuerpo
que intenta día tras día ser más vivo, más sano y armonioso y más unido
entre sí y con Cristo''. Y para ello el Santo Padre, con franqueza
paternal señaló las tentaciones que es necesario combatir.
''La Curia está siempre
llamada a mejorar y crecer en comunión, santidad y sabiduría para realizar
plenamente su misión. Y sin embargo, como cada cuerpo, también está
expuesta a las enfermedades... Me gustaría mencionar algunas de las más
frecuentes en nuestras vidas de curia.
Son enfermedades y tentaciones
que debilitan nuestro servicio al Señor'', prosiguió el Pontífice y
después de invitar a todos a un examen de conciencia en este
tiempo de Adviento, y en preparación de la Navidad, enumeró las
'enfermedades' curiales:
1
- 'La enfermedad de sentirse inmortal, inmune o
incluso indispensable, dejando de lado los controles necesarios y
normales. Una Curia que no es autocrítica, que no se actualiza, que no
intenta mejorarse es un cuerpo enfermo... Es la enfermedad del rico
insensato que pensaba vivir eternamente y también de aquellos que se
convierten en amos y se sienten superiores a todos y no al servicio de
todos''.
2-
La enfermedad de "martalismo" (Marta), de la excesiva operosidad:
es decir, de aquellos que están inmersos en el trabajo, dejando de lado,
inevitablemente,''la mejor parte": Sentarse a los pies de Jesús. Por eso,
Jesús invitó a sus discípulos a "descansar'' porque descuidar el necesario
reposo conduce al estrés y la agitación. El tiempo del reposo para
aquellos que han completado su misión, es necesario, es debido y debe
tomarse en serio: pasar un "tiempo de calidad ''con la familia y respetar
las vacaciones como un tiempo para recargarse espiritual y físicamente;
hay que aprender lo que enseña el Eclesiastés que 'hay un tiempo para
todo'.
3- La enfermedad del
endurecimiento mental y espiritual: "Es la de los que, a lo
largo del camino, pierden la serenidad interior, la vivacidad y la audacia
y se esconden bajo los papeles convirtiéndose en 'máquinas de trabajo' y
no en "hombres de Dios"... "Es peligroso perder la sensibilidad humana
necesaria para hacernos llorar con los que lloran y se regocijan con los
que gozan. Es la enfermedad de los que pierden 'los sentimientos de
Jesús".
4
- Planificar como contador. "La enfermedad de la
planificación excesiva y el funcionalismo: Es cuando el apóstol planifica
todo minuciosamente y cree que haciendo así, las cosas efectivamente
progresan, convirtiéndose en un contador o contable...Se cae en esta
enfermedad porque siempre es más fácil y cómodo quedarse en la propia
posición estática e inmutable. De hecho, la Iglesia se muestra fiel al
Espíritu Santo en la medida en que no pretende regularlo ni domesticarlo
... Él es la frescura, la fantasía, la innovación".
5
- La no cooperación. "La enfermedad de la mala
coordinación: Sucede cuando los miembros pierden la comunión entre sí y el
cuerpo pierde la funcionalidad armoniosa y la templanza convirtiéndose en
una orquesta que hace ruido porque sus miembros no cooperan y no viven el
espíritu de comunión y equipo".
6
- "La enfermedad de Alzheimer espiritual: Es decir, la de olvidar la
'historia de la salvación' la historia personal con el Señor, el 'primer
amor'. Es una disminución progresiva de las facultades espirituales... Lo
vemos en los que han perdido el recuerdo de su encuentro con el Señor...en
los que construyen muros alrededor de sí mismos y se convierten cada vez
más. en esclavos de las costumbres y de los ídolos que han esculpido con
sus propias manos".
7
- "La enfermedad de la rivalidad y la vanagloria: Pasa cuando la apariencia,
los colores de las ropas y las insignias de honor se convierten en el
principal objetivo de la vida... Es la enfermedad que nos lleva a ser
hombres y mujeres falsos y a vivir una mística falsa y un falso
quietismo.
8
- "La enfermedad de la esquizofrenia
existencial: Es la enfermedad de los que
viven una doble vida, fruto de la hipocresía típica de los mediocres y del
progresivo vacío espiritual que ni grados ni títulos académicos pueden
llenar. Se crean así su propio mundo paralelo, donde dejan a un lado todo
lo que enseñan con severidad a los demás y empiezan a vivir una vida
oculta y, a menudo, disoluta''.
9
- ''La enfermedad de las habladurías, de la murmuración, del
cotilleo: Es una enfermedad grave que comienza con facilidad, tal vez sólo
para charlar, pero que se apodera de la persona convirtiéndola en
sembradora de cizaña (como Satanás), y en muchos casos en asesino a sangre
fría' de la fama de sus colegas y hermanos. Es la enfermedad de las
personas cobardes que por no tener valor de hablar a la cara, hablan a las
espaldas.
10
- "La enfermedad de divinizar a los jefes: Es la enfermedad de los que
cortejan a los superiores, con la esperanza de conseguir su benevolencia.
Son víctimas del arribismo y del oportunismo, honran a las personas y no a
Dios. Son personas que viven el servicio pensando sólo en lo que tienen
que conseguir y no en lo que tienen que dar. Personas mezquinas, infelices
e inspiradas sólo por su egoísmo fatal".
11
- "La enfermedad de la indiferencia hacia los
demás:
Es cuando todo el mundo piensa sólo en sí mismo y pierde la sinceridad y
la calidez de las relaciones humanas. Cuando los más expertos no ponen sus
conocimientos al servicio de los colegas con menos experiencia. Cuando,
por celos.. se siente alegría al ver que otros caen en lugar de
levantarlos y animarlos".
12
- La enfermedad de la cara de funeral: Es decir, la de las personas
rudas y sombrías, que consideren que para ser serios hace falta pintarse
la cara de melancolía, de severidad y tratar a los demás --especialmente a
aquellos considerados inferiores-- con rigidez, dureza y arrogancia. En
realidad, la severidad teatral y el pesimismo estéril son a menudo los
síntomas del miedo y la inseguridad en sí mismo".
13
- "La enfermedad de la acumulación: Cuando el apóstol busca
llenar un vacío existencial en su corazón acumulando bienes materiales, no
por necesidad, sino simplemente para sentirse seguro... La acumulación
solamente pesa y ralentiza el camino inexorablemente".
14
- "La enfermedad de los círculos cerrados: Donde la pertenencia al
grupo se vuelve más fuerte que la del Cuerpo y, en algunas situaciones que
la de a Cristo mismo. También esta enfermedad comienza siempre con buenas
intenciones, pero con el paso del tiempo esclaviza a los miembros
convirtiéndose en "un cáncer" que amenaza la armonía del cuerpo y puede
causar tanto daño -escándalos- especialmente a nuestros hermanos más
pequeños".
15
- "La enfermedad de la ganancia mundana, del lucimiento: Cuando el
apóstol transforma su servicio en poder, y su poder en mercancía para
conseguir beneficios mundanos o más poderes. Es la enfermedad de la gente
que busca insaciablemente multiplicar su poder y para ello son capaces de
calumniar, difamar y desacreditar a los demás, incluso en periódicos y
revistas. Naturalmente para lucirse y demostrarse más capaces que los
otros".
''Por lo tanto -señaló
Francisco, después de explicar el catálogo de las enfermedades- estamos
llamados - en este tiempo de Navidad y todo el tiempo de nuestro servicio
y de nuestra existencia - a vivir "según la verdad en el amor, intentando
crecer en todo hacia aquel que es la cabeza, Cristo, de quien todo el
cuerpo, bien concertado, mediante la colaboración de todas las coyunturas,
según la energía propia de cada miembro, recibe fuerza para crecer de
manera de edificarse a sí mismo en la caridad''.
''Una vez leí -concluyó- que
"los sacerdotes son como los aviones, son noticia sólo cuando se caen,
pero hay tantos que vuelan. Muchos los critican y pocos rezan por ellos''.
Es una frase muy simpática, pero también muy cierta, ya que describe la
importancia y la delicadeza de nuestro servicio sacerdotal y cuanto daño
puede causar un sacerdote que "cae" a todo el cuerpo de la
Iglesia''.