Praxis mal intencionada – Por Humberto Bonanata
-Alfonso de Prat Gay
Mentir hasta el final, ésa es la consigna.
Parece ser el mecanismo del régimen al “galtierizar” la sentencia incumplida por la Argentina ante la confirmación del fallo del juez Thomas Griesa por sus dos instancias superiores: la Cámara y la Corte Suprema de Justicia de Nueva York.
Las impopulares críticas opositoras en demérito del crecimiento de un 5% en la imagen positiva presidencial ante su raid anti-imperialista tuvieron su voz más fuerte en la diputada de UNEN, Elisa Carrió, quien insistió en sus críticas al jefe del Palacio de Hacienda al puntualizar: “Kicillof dice nosotros pagamos, pero no es así”. “No pagaron porque cuando uno libra un cheque y yo voy a cobrar en ventanilla y me dicen que no le puedo pagar porque hay una medida cautelar de un juez, hasta que no hay recepción del acreedor o disponibilidad plena del acreedor, por eso hay default”, explicó. (La Nación 31/7/14).
La negación de la realidad oficialoide no logró vencer la lógica que implica la neurosis colectiva.
El “default selectivo” que disparó Standars & Poors ese miércoles 31 de julio no quiso ser interpretado por el régimen.
Como tampoco evidenciaron que los principales grandes perjudicados serían los bancos, automotrices, la provincia de Buenos Aires, Córdoba y la Capital Federal, estas tres últimas ante la imposibilidad de concretar sus créditos fronteras afuera, en dólares y con intereses razonables dentro del mercado internacional.
Al igual que las expectativas de consumo mediato que se retrajeron –y lo seguirán haciendo- en alimento a la reces-flación (recesión mas inflación) que marcarán los cinco meses restantes al inicio de 2015.
A menor importación de autopiezas, menor cantidad de automóviles fabricados y mayor suspensión de empleados en la industria automotriz.
A menor consumo inmediato, menos apertura de minimercados como Carrefour que inundaban los centros urbanos.
A mayor gasto (pesos 200.000 millones para cinco meses), mayor distribución presupuestaria en subsidios (22,5%) para Y.P.F. y Aerolíneas Argentinas.
Debemos conocer la cruda realidad.
Las 16 series de bonos en default podrían “acelerarse” en los instrumentos de deuda cuyo vencimiento habíamos pactado con los acreedores para los años 2033 y 2038 y hacerse exigibles ipso-facto.
Ello implicaría lisa y llanamente “gatillar” U$S 29.000 millones hasta ahora no exigibles y pasar del default técnico a la quiebra real.
Más aún cuando ante el “evento crediticio” según la Unión de Bancos Suizos que produjimos como “patria soberana” se habilitó el mecanismo de pagos de los contratos de seguros “credit default swaps” por más de U$S 1.000 millones.
La triste mentira de la “dékada ultrajada” continúa manifestándose.
Todos nosotros -lamentablemente- conformamos este colectivo imaginario.
Sólo de nosotros depende saber elegir hacia dónde viajaremos en 2015.
Fuente: http://www.notiar.com.ar/