El 20 de noviembre de 1845, en la batalla de Vuelta de Obligado, algo 
          más de un millar de argentinos con profundo amor por su patria 
          enfrentó a la armada más poderosa del mundo, en una gesta 
          histórica que permitió consolidar definitivamente nuestra 
          soberanía nacional.
A pedido del historiador José María Rosa y por medio 
          de la Ley Nº 20.770, se ha instaurado el 20 de noviembre como Día 
          de la Soberanía Nacional, en conmemoración de la batalla 
          de Vuelta de Obligado. Por las condiciones en que se dio esa batalla, 
          por la valentía de los argentinos que participaron en ella y 
          por sus consecuencias, es reconocida como modelo y ejemplo de sacrificio 
          en pos de nuestra soberanía.
Ocurrió en 1845, en un contexto político interno muy 
          complejo y con profundas divisiones, que propiciaron un nuevo intento 
          de dos potencias europeas (Francia e Inglaterra) por colonizar algunas 
          regiones de nuestro país.
Gobernaba Rosas, San Martín lo apoyaba desde su exilio y en 
          todo el país se oyó el deseo de seguir siendo una nación 
          libre y no una colonia extranjera, aun a costa del enorme sacrificio 
          que ello significaría. Si hasta el autor del Himno Nacional, 
          Vicente López y Planes, arengaba a nuestro pueblo ante el avance 
          de las fuerzas anglo-francesas por el Río de la Plata.