Condenaron a Cecilia Pando...
Una mujer menuda está
en el banquillo de los acusados. Está nerviosa. Hace muchos años, en 2009, un
funcionario de derechos humanos de la Ciudad de Buenos la denunció por pintar
crespones negros con la inscripción Víctimas del Terrorismo, en la Plaza de
Mayo.
Recuerdo aquellos
años. Fui testigo. Los martes Afyappa pintaba Víctimas del Terrorismo, y los
jueves las Madres de Plaza de Mayo le pintaban arriba un pañuelo
blanco.
Todos los alrededores
de la Pirámide de Mayo estaban repletos de pintadas: “Iglesia basura”. “Los
pibes del Casino presentes”.
Carlos Charly Pisoni,
por entonces funcionario de derechos humanos de la Legislatura, un militante de
la agrupación Hijos, hijo de dos miembros de la banda terrorista Montoneros y
ambos desaparecidos, hizo la denuncia que culminó con estas dos jornadas de
juicio oral.
En la primera
audiencia, la Fiscal admitió que por más que lo intentó, no había podido dar con
Pisoni. Raro, dado que es público que el militante kirchnerista trabaja de
“ehhhh, bueno, ehhhh, trabajo en el espacio de la memoria en la Ex Esma” según
lo que declaró hoy en la segunda jornada del
juicio.
En el juicio por
“PINTADAS”, desfilaron peritos de la Policía Federal, ingenieros especialista en
removedores de pinturas, asistente social y por fin el denunciante, que acudió
vestido para la ocasión: Con remera naranja de gran inscripción LOS PAÑUELOS NO
SE MANCHAN. NI OLVIDO NI PERDÓN… y un pañuelo de Madres de Plaza de Mayo al
cuello.
Pisoni no anda así
vestido por la vida, sino que se reserva el cotillón para ciertas
fiestas.
Pisoni
y la Fiscal
El juez, que unos
minutos antes recordó a los presentes que debía mantenerse el orden y el decoro
y evitar consignas, ni siquiera esbozó un pero. La voz del juez cambió del lunes
de la primera audiencia a este jueves de la condena a Cecilia Pando. La
presencia de Taty Almeyda quizás. Los varios exaltados que sin llegar a ser una
multitud se reunieron amenazantes y merodeaban los pasillos de las oficinas que
el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tiene en Avenida Coronel Díaz y Beruti.
Vaya uno a saber.
Pisoni dijo lo suyo,
y se reservó para el final una cita de ex presidente Néstor Kirchner que ni vale
la pena mencionar. Dijo que era evidente que la que aparecía pintando la vereda
era Cecilia Pando porque tenía unas zapatillas fucsia. Aclaró que nunca había
dicho que Cecilia había hecho pintadas sobre los pañuelos blancos que las Madres
de Plaza de Mayo tienen allí como Monumento
Histórico.
A Pisoni se le
preguntó si sabía quién había pintado de rojo las pintadas del grupo de Cecilia
Pando. Dijo que no tenía idea. ¿Podrían haber sido las Madres de Plaza de Mayo?,
preguntó el Dr. Vigliani, defensor de Cecilia Pando. Pisoni sonrió… y dijo: no
creo que señoras de 90 años como las que están hoy presentes aquí, puedan hacer
pintadas.
Vigliani se incorporó
y le mostró una foto de dos viejitas con pañuelo blanco en las cabezas pintando
de rojo las pintadas del grupo de Cecilia.
Silencio.
Madres
de Plaza de Mayo pintando un Monumento Histórico
Con el juicio, se
pretendió intimidar via persecución judicial la militancia de Cecilia
Pando.
Y el juicio dejó en
claro varias cosas. Los peritos de la Policía Federal aseguraron que NUNCA en 13
años de carrera habían tenido que cotejar fotos de un archivo de 80.000 imágenes
de delincuentes peligrosos por una causa de
PINTADAS.
En el juicio se probó
que NUNCA CECILIA Y SU GRUPO realizaron pintadas sobre los pañuelos de las
Madres de Plaza de Mayo.
Dejó en claro este
juicio que los medio de comunicación, TODOS, aun sabiendo la verdad, la
falsean.
En persona hablé con
un importante periodista de uno de los más importantes diarios de Argentina.
Cuando Cecilia Pando salió de la sala de audiencias para esperar el cuarto
intermedio, tuvieron que sacarla por una puerta trasera porque había mucha gente
“extraña en los pasillos en actitud sospechosa y violenta”. Entonces tomé el
teléfono y le conté al periodista lo que estaba
ocurriendo.
Es obvio que los
intereses pueden más que la verdad, Clarín
incluido.
La fiscal pidió 6
meses de prisión en suspenso para Cecilia Pando por dañar un Monumento Histórico
y pidió hacerla participar a Cecilia en un curso de Derechos Humanos del
gobierno de la ciudad. El juez casi que le pidió prestada la condena a la
Fiscal. Entre bueyes no hay cornadas decía mi
abuelita.
Poca gente en la
sala. Antes de comenzar, dos Madres de Plaza de Mayo entraron a la sala sin
siquiera un buenos días. Reconocí a Taty Almeida… ironías del destino, uno de
los hijos de Cecilia Pando cuando la vio entrar le cedió gentilmente su asiento…
sin decir gracias las Madres se sentaron justo detrás de Cecilia. “Estar acá con
ésta me revuelve las tripas” dijo Taty sin saber, o sabiendo, que estaba sentada
gracias al hijo de Cecilia.
En medio de la
audiencia, se levantaron y se fueron. El juez tuvo que detener la exposición de
la Fiscal. Tampoco reprochó nada el juez… y encima las “viejitas” se fueron como
vinieron… sin un: buenos días.
Y por fin alegó
Vigliani, defensor de Cecilia, que dijo lo que ni el juez ni la fiscal ni el
odio de los que odian y militan en la venganza les gusta
escuchar.
Y luego habló
Cecilia… con esa contundencia que nosotros le conocemos y que ellos temen. Con
la contundencia de la Verdad.
En una pequeña sala
de tres por tres estaban los jirones de una Argentina que el Kirchnerismo se ha
encargado de desgarrar. Emilio Nani con sus heridas visibles del combate de La
Tablada contra los terroristas que en el 89 atentaron contra la Democracia.
Algunos de esos terroristas hoy militan junto al denunciante Pisoni. Y estaban
las Madres de Plaza de Mayo con su dolor convertido en odio. Y estaba Carlos
Pisoni, Víctima de un violencia feroz, de la que sus padres Montoneros
desaparecidos, se encargaron de avivar en cierta
manera.
Y estaba Cecilia,
luchadora incansable y voz inclaudicable de los y de LAS que nunca se animaron y
que por lo visto, JAMÁS SE VAN A ANIMAR.
Cecilia Pando, más
sola que nunca, pagando las “pelotas” que los cobardes jamás
tendremos.
Y los hijos de
Cecilia, buena gente y sin resentimiento, pero sufriendo las heridas de una
Argentina que no vivieron pero que le hacen vivir a la
fuerza.
La asistente social
que el juzgado le envió a Cecilia a su casa comentó algunas cosas que cabe la
pena destacar. Cecilia es madre de 7 hijos, todos estudiantes. Vive en una
propiedad alquilada con ingresos modestos. Tiene un auto modelo
96.
A ésta mujer
condenaron por pintadas… y los medios no lo entienden y se suman cómplices a las
mentiras. Y la gente no lo entiende y se suma a la indiferencia del a mí qué me
importa… no entienden que mañana serán ellos. Que mañana será usted y seré
yo.
Salí hy del juicio en
que condenaron a Cecilia Pando con una certeza: Nos lo merecemos por cagones.
Nos merecemos estos gobiernos y ésta justicia y éstas
orgas.
Como decía un gran
maestro de lucha al que Cecilia quería mucho: “Cuando dejemos de ser cobardes…
ellos dejaran de hacerse los valientes”