La Caridad sin Verdad sería ciega, La Verdad sin Caridad sería como , “un címbalo que tintinea.” San Pablo 1 Cor.13.1
martes, noviembre 30, 2010
La traición de Cristina a Néstor
La traición de Cristina a Néstor
Carlos M. Reymundo Roberts
LA NACION
Algunos, para consolarme, me dicen que el destino ha querido ahorrarle este trago amargo. Yo pienso distinto: estoy seguro de que él hubiese encontrado la forma de zafar. Hubiese manoteado alguna caja (es cierto que ya no quedan muchas) para pagarle al contado al Club de París, lo cual evitaba el escarnio de ver llegar a Buenos Aires a estos desalmados con sus horribles recetas de hambre y marginación.
Pensé en Cristina. ¿Por qué se dejó torcer el brazo? Esto lo había querido hacer Boudou en octubre de 2009 -hasta lo informó públicamente- y Néstor lo obligó a dar marcha atrás. Bueno, obligar es mucha palabra tratándose de Amado. Cuando vio en su celular que lo estaba llamando Néstor, antes de atenderlo ya había convocado a una conferencia de prensa para desmentir lo que acababa de anunciar. Eso es lo bueno del ministro: es hombre de una sola palabra. La palabra de sus jefes.
Pero volvamos a Cristina. No me conforma la explicación de que actuó llevada por el pragmatismo, ante el riesgo inminente de que el país fuera sancionado por sus groseros incumplimientos de las normas que está obligado a respetar. Tampoco me consuela saber que intentó el recurso desesperado de decir por la cadena nacional que se iba a negociar con el Club de París sin la intervención del FMI, sabiendo que después iba a mandarlo a Amado a anunciar exactamente lo contrario.
Nada de eso me alcanza. Ella estaba obligada a mantener en alto las banderas de la soberanía política y económica. Y tenía otra obligación, más personal e innegociable: si Néstor mandó truchar las cifras del Indec, no debería haber sido ella la que trajera al FMI a auditar esas cifras. Que me disculpen, pero eso no está bien. Pensemos, por un instante, si la propuesta de convocar al Fondo para contarle las costillas al Indec hubiese sido de Cobos. O de Macri...
También me perturbó la situación de Boudou. Imagínenselo al pobre llegando al FMI para pedir asistencia técnica en la medición de la inflación. No me cabe ninguna duda de que uno de esos burócratas sin corazón, ni Dios, ni bandera lo debe de haber esperado con esta pregunta: "Pero cómo, ministro, si usted acaba de declarar que en la Argentina no hay inflación".
En cuanto a Héctor Timerman, que también estuvo negociando en Washington, apenas me lamenté por el hecho de que esa gestión seguramente le había quitado tiempo para twittear.
Por cierto, mis tribulaciones me hicieron reparar en Hebe de Bonafini, que se jugó el todo por el todo por esta causa y le responden así. La Plaza de Mayo, que ella hizo célebre en todo el mundo, probablemente va a ser pisada -está a metros del Ministerio de Economía- por esa misión infame de un organismo que es la quintaesencia del capitalismo salvaje, del imperialismo más atroz. Alguien tiene que apiadarse. Alguien tiene que decirle que en realidad se busca ganar tiempo (y las elecciones), que ni por asomo se va a hacer lo que esa misión proponga, que esto es para la gilada, que no se va a deshonrar la memoria de Néstor.
Finalmente pensé en la cadena oficial de diarios, revistas, agencias, radio y televisión. Tampoco a ellos se les puede pedir que informen sobre la llegada del FMI como si se tratara de una delegación de carmelitas descalzas. Ya que decir la verdad no es algo que les quite el sueño, podrían reinterpretar las siglas y publicar que visita el país el Fondo Mundial de Inversión.
En cuanto a mí, lo tengo decidido: el día que llegue la misión del FMI no pensaré en que es un mal necesario sino que estaré en Ezeiza esperando con pancartas inflamadas de odio y sarcasmo, por convicción y para reivindicar a Néstor. Y allí estarán conmigo Hebe, D'Elía, Moyano, los de Carta Abierta, los de La Cámpora... Seremos millones. Bueno, también puede ocurrir que esté yo solo. En ese caso, guardo las pancartas y me vuelvo.
© La Nacion
lunes, noviembre 22, 2010
Rectificación a "La razòn de una verguenza".
"Esta es la misma bandera a la que abrazó el Negro Falucho antes de verla atada al carro del enemigo.Es la misma por la que entregó su sangre el general Güemes.¡Mírenla bien!Porque es la misma bandera por la que varios soldados llevan grabadas en sus cuerpos las heridas recibidas peleando en Manchalá, contra el terrorismo apátrida que pretendía cambiarla por un trapo rojo".
La obra de María Valtorta: El poema de El Hombre Dios
Asesinatos documentados del Che
El "COMPA" QUE RECIBIO EL "CACHETAZO"
CARLOS KUNKEL JEFE DE LA COLUMNA SUR DE MONTONEROS.
Carlos Kunkel, Comandante de la Columna 21 de la Organización Montoneros que en los 70 actuaba desde el Puente Pueyrredón hasta la ciudad de La Plata, me persiguió con una Ford F100 en la que había montado una ametralladora con trípode tapada con lonas. Kunkel buscaba la eliminación directa de nuestro grupo…Hoy, él está en la Casa de Gobierno, y yo estoy detenido por una causa inventada, armada con testigos falsos, esperando hace más de dos años un juicio oral. Y encima, un General como Bendini, prohíbe en los actos oficiales mencionar la palabra terroristas o Montoneros, y los llama “Atacantes…”, dice Ex Cabo de la Policia Norberto Cozzani detenido por “represión en los años 70” .
Hoy Carlos Kunkel:
Carlos Kunkel: Un hombre corrupto
Contábamos en un artículo anterior que Carlos Kunkel, aparte de ser uno de los estrategas más importantes que rodea al presidente Néstor Kirchner –es ni más ni menos que el subsecretario de presidencia de la Nación-, es uno de los ideólogos de los continuos complots que denuncia el gobierno casi a diario.
Es sabido que Kunkel fue funcionario municipal en Florencio Varela, desde donde despegó para pasar a engrosar la novísima tropa kirchnerista.
Lo que pocos conocen es que, desde su cargo municipal, Kunkel hizo varios “negocios” en su propio provecho. Entre otros, hacer firmar un contrato a la municipalidad de Florencio Varela con una empresa de su propiedad -la constructora Podic- para hacer onerosas obras en la zona.
A pesar de que hoy en día trata de aparecer como una persona honesta, Kunkel no puede explicar cómo entre los años 1997 y 1998 –siendo funcionario- compró tantos campos en la localidad de Bragado, amén de una quinta en la calle Islas Orcadas de Florencio Varela y varias camionetas 4 x 4.
Más grave aún es que algunas de las propiedades que el funcionario compró en esa localidad fueron adquiridas de manera inmoral, ya que gracias a su cargo tomó conocimiento del trazado de la autopista Presidente Perón y con ese dato en la manga presionó a algunos vecinos para le que vendieran sus bienes a precio irrisorio.
Sin ir más lejos, en el Juzgado Nº 13 de los Tribunales de Lomas de Zamora Kunkel acaba de perder un juicio por la escrituración de uno de esos campos luego de haber intentado varias jugadas sucias, una de ellas la de presentar como testigos a sus propios empleados.
Otro de los reveses que sufrió el subsecretario de Kirchner en la causa se dio a la hora de pedir que declarara su antiguo jefe, el ex intendente de Florencio Varela, Julio Carpinetti.
Kunkel, confiado en la amistad que tenía con quien durante años lo había cobijado en su casa, no esperaba sufrir semejante despecho: Carpinetti confesó que Kunkel le había propuesto, sin demasiadas vueltas, el negocio de comprar en sociedad esos campos porque luego valdrían una fortuna. Un verdadero tiro por la culata.
Una de esas oscuras historias se dio en el paraje La capilla -altura Km.18 de Florencio Varela- hace varios años, cuando un hombre llamado Mario Santamaría compró unas tierras con el fin de instalar una tosquera camuflada como criadero de truchas.
Lo que nadie sabía es que Santamaría se había asociado con -el entonces funcionario- Kunkel y que, a cambio de una suma periódica de dinero, este le daría la protección que necesitaba para mover camiones de tosca sin que lo molestaran.
Un testigo de ese hecho aseguró oportunamente a quien escribe estas líneas que “en realidad la intención era vender la tosca a la gente que había ganado la licitación de la autopista pero como el tema no avanzó vendió la tosca en forma particular. Como a Kunkel se le terminó la cometa decidió no avanzar con el criadero de truchas”.
Agrega el testigo que “cuando Kunkel compró este campo en U$S 150.000.- libre de gastos, impuestos etc- estaba en cesación de pago”.
Más claro, echarle agua.
Kunkel y Kirchner
Carlos Kunkel, inventor de las denuncias más improbables de desestabilización contra el gobierno de Kirchner, conoció al Presidente en 1968, cuando los dos estudiaban en La Plata. Pero los roles, en aquella época, estaban invertidos: Kunkel era el líder de la agrupación universitaria en la que Kirchner empezaba su actividad política.
Dejaron de verse por muchos años, y recién se reencontraron hace ocho en el armado del Grupo Calafate, el embrión del actual kirchnerismo.
Hoy en día, Kunkel uno de los “operadores” más importantes del presidente y uno de los pocos que goza de su total confianza y la de su esposa, hasta tal punto, que ocupa una discreta oficina en el sector presidencial de la Rosada al lado de la de Cristina de Kirchner. Recordemos que Kunkel fue jefe político del matrimonio Kirchner en la Juventud Peronista de los setenta, cuando todos estudiaban Derecho en La Plata.
Actualmente y junto con Dante Gullo (ex montonero y ex ARI, devenido en exitoso empresario de la publicidad vial), Kunkel lidera el llamado Grupo Michelángelo, una especie de “tanque de pensamiento” de los proyectos que tiene en mente el personalista presidente K.
Asimismo, es uno de los que ofician de “contacto” entre la Casa Rosada y el sector de los “piqueteros oficialistas” liderado por Luis D’Elía, el mismo que en su momento lanzó la acusación de “autoatendado” contra las organizaciones que promovieron el acto del 20 de diciembre de 2003 y donde estalló una poderosa bomba.
Acerca de este episodio -según fuentes de Casa de Gobierno-, el que le “pasó letra” a D’elía para que dijera semejante disparate habría sido justamente el subsecretario Kunkel.
El papelón que se armó por las declaraciones de D’elía fue tal que el entorno íntimo de Kirchner comenzó a apuntar su improvisado dedo acusador contra la policía bonaerense y el aparato “duhaldista” de la provincia de Buenos Aires.
Más allá de las versiones, la verdad que arrojó la investigación de lo sucedido –y que sospechosamente no trascendió a la prensa-, es que los autores del atentado habían sido elementos policiales infiltrados en el ala piquetera de Raúl Castells, el más acérrimo enemigo del kirchnerismo.
Paradójicamente, dicha investigación salió de la mismísima secretaría general de la Presidencia, más precisamente del sector que comanda el propio Kunkel.
Concluyendo
Cuando recordamos las palabras de campaña del caprichoso presidente Kirchner acerca del combate a la corrupción y rememoramos la manera en que despidió a algunos de sus hombres de confianza por la mera sospecha de que no fueran probos para la función pública, no podemos dejar de sentirnos confundidos por designaciones como la del subsecretario Kunkel.
Podría ser casual, pero no lo es. Entre otros impresentables que el mandatario no puede justifica tenemos a:
-Alberto Fernández, jefe de gabinete: engranaje esencial de los negociados del grupo Bapro en era de Duhalde.
-Aníbal Fernández, ministro del Interior: vació las arcas de Quilmes siendo intendente y protege a un grupo de narcotraficantes de la zona.
-Horacio Rosatti, ministro de Justicia: hizo pingües negocios siendo intendente de Santa Fé.
-Julio De Vido, ministro de Planificación: es el cajero de Kirchner. En Santa Cruz manejó el dinero “negro” de la campaña presidencial.
Etcétera…
Cuando un gobierno –cualquier gobierno- mantiene a hombres corruptos en cargos tan delicados como los citados, uno comienza a creer que algún motivo de peso debe respaldar esa acción.
Y cuando hablamos de motivos de peso, hablamos de negocios sucios, nunca de política transparente.
Si no, no se entiende por qué Kirchner se arriesga a manchar su imagen pública acompañado por esta gente.
A menos que él sea parte de lo mismo…
CHRISTIAN SANZ
christiansanz@hotmail.com
Director / Jefe de redacción
Periódico Tribuna de periodistas
www.periodicotribuna.com.ar
EDITORIAL LNP
¡Puaj! |
|
Lo más triste del bochornoso espectáculo brindado en las últimas horas por nuestros parlamentarios es que, al fin de cuentas, casi todos sus protagonistas son dignos de él. El espectáculo y ellos se merecen uno al otro. El escándalo artero, los balbuceos intrascendentes, el aire distraído de la mendacidad, la incoherencia hipócrita de toda una vida de engañar a sus votantes, son cosas que les sientan como un traje a medida. Habría sido menos triste, aunque sorprendente hasta el pasmo, que semejantes esperpentos públicos emparentados cada día más con la desfachatez y el cinismo pudiesen regalarnos algo distinto: una actuación, digamos, decorosa y de cierto nivel intelectual. Son lo que son. Son eso: son nuestra dirigencia política y a su costado cientos de miles de ciudadanos que deberían indignarse, desconocerles y echarles en la próxima elección del Congreso, pero prefieren sonreír y decir para sus adentros: "¿Qué querés con este país?". La vergüenza del asunto vuelve anecdótico por contraste cualquiera de sus detalles: un agravio, un cachetazo, un ir y venir de declaraciones proferidas por pusilánimes que en media hora se contradicen cinco o seis veces, un aire viciado a componenda y a oscuras instrucciones, sin siquiera el soplo refrescante del maquiavelismo genuino, ¿qué importan a esta altura? Corruptos pero previsibles, mediocres hasta el papelón. |
El Papa no cambia la enseñanza de la Iglesia sobre el preservativo
|