Como ya hizo antes de publicar las dos primeras encíclicas, Benedicto XVI ha vuelto a adelantar las claves de lectura de la tercera, «Caritas in Veritate» (Caridad en la Verdad), explicándolas directamente a los fieles durante el Ángelus del pasado domingo. El documento, que será presentado el martes, «aborda de nuevo los temas sociales de la «Populorum progressio» de Pablo VI en 1967 e intenta profundizar en algunos aspectos del desarrollo integral en nuestra época a la luz de la caridad en la verdad».
La primera encíclica social de Benedicto XVI ha levantado gran expectación pues la crisis financiera mundial ha sacado a la luz la tremenda falta de fundamentos éticos en el sistema económico. El mundo sufre hoy las consecuencias de un sistema en que, junto a estafadores privados, hay grandes instituciones que viven de la estafa.
La mentira, poder del mal
El Papa descenderá a detalles en todos los aspectos del mercado, la propiedad, los beneficios, los sueldos, el trabajo y el desequilibrio internacional, analizándolos desde una óptica ética y teológica.
El punto de partida lo adelantó el pasado domingo. En la clausura del Año Paulino, Benedicto XVI afirmó que «el poder del mal es la mentira, mientras que el poder de la fe, el poder de Dios es la verdad. Mirando a Jesucristo descubrimos que la verdad y la caridad son inseparables».
Siguiendo el hilo de su primera encíclica «Dios es amor», el Papa añadió que «en Dios, la verdad y la caridad son indivisiblemente una sola cosa: esto es precisamente la esencia de Dios. Por eso, para los cristianos, verdad y caridad van juntas. La caridad es la prueba de la verdad. Siempre se nos medirá según este baremo: que la verdad se haga caridad y que la caridad nos haga veraces».
Retraso por la crisis
Pero la nueva encíclica es también un análisis de la realidad actual. El 17 de marzo, durante el vuelo hacia Camerún, el Papa anunciaba que el documento «se ha retrasado un poco, pues estaba casi lista para publicar cuando surgió la crisis financiera y tuvimos que volver a trabajar en el texto para darle respuestas adecuadas». En febrero, Benedicto XVI comentó que «en estos temas económicos es necesario aportar razonamientos serios y competentes». aunque la raíz de los problemas sea siempre la misma: el egoísmo y la avaricia que provienen del pecado original.