El cardenal Andrea Cordero Lanza di Montezémolo, arcipreste de la basílica papal de San Pablo Extramuros y el profesor Ulderico Santamaria, director del Laboratorio Científico de los Museos Vaticanos, hablaron esta mañana sobre el sarcófago de San Pablo, durante un encuentro con periodistas en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
El cardenal Cordero explicó que hace un par de años propuso al Papa la realización de un examen sobre la tumba de San Pablo y Benedicto XVI aceptó la propuesta, pero quiso esperar a anunciar el resultado una vez que se clausurase el Año Paulino, de modo que hubo que mantener el secreto durante un tiempo.
El profesor Santamaría, refiriéndose a los aspectos técnicos, señaló que se practicó un pequeño agujero en el sarcófago, por el que se introdujo una sonda, y del análisis científico de los elementos orgánicos de tejidos de lino de color púrpura laminado en oro y de color azul, de granos de incienso rojo y de fragmentos óseos -que fueron sometidos al procedimiento del Carbono 14- se puede concluir que son de una persona que vivió entre los siglos I y II. "Este hecho parece confirmar -dijo el Papa el pasado 28 de junio, en la ceremonia de clausura del Año Paulino- la tradición de que se trata de los restos mortales del apóstol Pablo, lo que llena nuestro ánimo de una emoción profunda".
El purpurado indicó que el Papa no excluye que se pueda realizar un ulterior análisis más detallado del sarcófago del Apóstol. El Santo Padre, dijo, no quiso que se realizase durante el Año Paulino porque para abrir el sarcófago será necesario desmontar el altar papal y el baldaquino de Arnolfo di Cambio, lo cual supone un trabajo muy duro y difícil.+