EL MODERNISMO Y LA “ REVOLUCIÓN CULTURAL “ EN LA Iglesia.
Por el P. Dr. Alfredo Sáenz
Edit.Gladius Nº 70.-2da parte.
“ II. UNA TEOLOGÍA ANTROPOLÓGICA. “
Fue el P.Cornelio Fabro quien ha tratado, en varias de sus obras, de lo que llama “ inversión antropológica “ que se esta llevando a cabo, como una nueva derivación de la herejía denunciada en PASCENDI. Lo ha expuesto especialmente en su libro La aventura de la teología progresista . En el mundo católico, señala en dicho libro, se ha ido desarrollando una visón horizontalista de la teología, un cristianismo horizontal en lugar de vertical, en la misma línea del modernismo .La fórmula sería : si queremos hacer a Cristo y al cristianismo creíble o accesibles al hombre de hoy, debemos y vivir sus verdades exigencias desde el interior del pensamiento y de las instancias del mundo de hoy.. Es , nuevamente, el triunfo del relativismo, también, en el ámbito de la teología : veritas filia temporis , la verdad hija del tiempo. La filiación modernista de dicha tesitura es clara : el hombre extrae el significado de los textos revelados de su propia subjetividad, pero también del desarrollo de la civilización y de la realidad cultural de la humanidad histórica. El hombre va pasando a ser el centro a expensas de Dios. Este proceso es característico de nuestro tiempo. Antes se daba, pero fuera de la Iglesia. Ahora se ha introducido en sus propias entrañas.
El hombre tiende a ocupar el centro. Todo, incluso Dios, se lo ve desde el punto de vista del hombre. Es cierto que la Iglesia siempre ha expuesto una concepción del hombre, de la antropología. Pero lo que aquí se trata es la reducción de la teología de la antropología .El centro no es más Dios, sino el hombre. Ya no se emprende una antropología teológica, o sea ,fundada en la Revelación ,sino una teología antropológica, basada en el raciocinio de las ciencias humanas. Aquélla que se fundaba en la trascendencia metafísica de Dios, y en la realidad sobrenatural de la redención de Cristo ; ésta, por lo contrario se funda en el principio moderno de la inmanencia ( espíritu del mundo .El Director ). No es sino una expresión de la exaltación orgullosa del hombre moderno.. La “ divinización “ del hombre resuelta ser el fruto de la “des-divinización “ de Dios. Fabro llama a esto una “ revolución copernicana “. Los dos quicios de la teología tradicional : la trascendencia de Dios y la sobrenaturalidad de la fe y de los misterios del cristianismo, han sido variados en aras del hombre. Ya no es el hombre que existe para Dios sino Dios el que existe para el hombre, Dios subordinado al hombre, al servicio del hombre. La antropología tradicional entendía que el hombre existía por obra de Dios y para gloria de Dios. Esta nueva manera de teologizar parece ser para tales teólogos la única manera posible para poder seguir hablando de Dios en nuestra sociedad secularizada.
También esta transposición de teología en antropología ha de ser relacionada con cierta infiltración del protestantismo en la Iglesia.
Para la Reforma, Dios interesa en el grado que salva al hombre. No se preocupa, como lo hizo el catolicismo, de saber lo que es Dios en sí, sino tan sólo de lo que es para el hombre. Dios sólo interesa en cuanto salva al hombre en Jesucristo.
Propicio Fabro la vuelta a la “ sacralidad “ de la teología tradicional. La clave y la fuente de la verdad teológica no están en la tierra sino el cielo, en la ciencia de Dios y de los bienaventurados, de la cual ella es ciencia subalterna.. A la sacralidad de origen corresponde y se añade la sacralidad del contenido en cuanto que Dios mismo, directa o indirectamente, es el objeto de la teología. “ En doctrina Sagrada- declara Santo Tomás –todo se trata desde el punto de vista de Dios, bien porque es el mismo Dios, o porque está ordenado a Dios como principio y fin, de lo que sigue que el sujeto de esta ciencia es Dios.-Summa Theologica I,I,7.- “
En esta tarea suya no hay duda de que la teología recurre también a la razón natural, es decir a los auxilios de la historia, la filosofía, la ciencia, que es el plano en que se encuentra el adversario no creyente. Pero el recurso de razón es siempre subsidiario. “ La doctrina sagrada . afirma Santo Tomás – utiliza también la razón humana, no ciertamente para demostrar el dogma, lo cual suprimiría el mérito de la fe, sino para esclarecer otras cosas que esta doctrina enseña. Pues como la gracia no anula la naturaleza, sino la perfecciona, conviene que la razón natural esté al servicio de la fe, lo mismo que la natural inclinación de la voluntad sirve a la caridad”-ibib.,ad 2.-
Pareciera que los nuevos teólogos, afirma Fabro, están convencidos de que el mismo Magisterio ha renunciado de hecho a la función de guía y de juicio inapelable para los creyentes. Bastó que se suprimiera el Index y se abrogasen o mitigasen algunas censuras para que los nuevos teólogos se sintiesen autorizados a presentarse como único intérpretes y árbitros de la fe y de la Palabra de Dios. Más aún, no sólo se han comportado en sus escritos y en su actuación “ como si “ el Magisterio no existiese, sino que no han vacilado en impugnar abiertamente varios actos formales del Magisterio , como el Syllbus de PIO IX, la PASCENDI de PIO X, la HUMANI generis de PIO XII, la HUMANAE vitae y el CREDO de PABLO VI.
III. EVANESCENCIA DE LA SAGRADA ESCRITURA.
También Escritura quedó herida la inteligencia de la Sagrada Escritura, como lo enseña el Papa en su encíclica : “ Si se encuentra algo que consta de dos elementos, uno divino y otro humano […] del tal modo se ha de dividir y separar, que lo humano vaya a la historia y lo divino a la fe.
De ahí la conocida división que hacen los modernistas del Cristo histórico y el Cristo de la fe “.-Pascendi. nº 7, p.843-
Esta dicotomía propiciada por los modernistas de aquel tiempo, es fácilmente perceptible hoy en la exégesis progresista. Para algunos de sus exponentes poco sabemos de la historicidad de Cristo. Sólo nos hemos de contentar con “ creer “ en Él, aún cuando carezcamos de fundamentos en la historia. Limitémonos a un solo ejemplo. Que toca la centralidad de nuestra fe, el misterio de la resurrección de Cristo. Si Cristo no hubiera resucitado, afirma San Pablo, nuestra fe carecería de sentido ( cf.1 Cor 15,17 ). Pues bien, como señala el Papa en el decreto LAMENTABILI , para los “ modernistas “ la resurrección del Salvador no es propiamente un hecho de orden histórico sino un hecho de orden meramente sobrenatural, ni demostrado ni demostrable, que la conciencia cristiana derivó poco a poco a otros hechos […].La fe de la resurrección de Cristo, en su origen, no tanto versó acerca del hecho mismo de la resurrección cuanto acerca de la vida inmortal de Cristo como Dios.-nº 36-36- Como si se dijera que no interesa la historicidad del hecho, sino tal sólo en “ creer “ que Cristo sigue viviendo en el corazón de sus fieles, en el recuerdo, en la subjetividad.
Varios exégetas modernos han seguido el surco abierto por los modernistas en este respecto. Pongamos un hecho muy reciente , el de una obra de A. Torres Queiruga, pensador español de Santiago de Compostela : La resurrezione senza miracolo –Ed. La Meridiana, Molfetta (Ba) 2006- síntesis de una obra mayor del mismo autor : Repensar la resurrección. La diferencia cristiana en la continuidad de las religiones y la cultura- Trotta,Madrid,2003- El autor parece aceptar que la resurrección surge de la idealización póstuma de Jesús muerto. No solamente la resurrección no es un milagro ,sino que ni siquiera es un acontecimiento empírico. Pero ello poco interesa, ya que la fe en la resurrección no depende del hecho de que se acepte o rechace la realidad histórica del sepulcro vacío. A su juicio, la resurrección física nunca podría llegar a ser algo aceptable para el hombre moderno ; su fe cristiana se volvería incomprensible. La resurrección no es, pues, un hecho real, sino un “ símbolo “. Cristo “ aparece “ como el resucitado en la fe. Fuera de la fe hay sólo el misterio de la tumba vacía, problema que, por lo demás , no interesa a la fe. A ella sólo le interesa el Cristo ideal, el divino. Para nuestro autor, las adquisiciones “ irreversibles “ de la exégesis - (Explicación, interpretación de los libros de las Sagradas Escrituras. El Director ) - y de la cultura actual hacen que ya no se puedan concebir la “ presencia activa de Dios como una injerencia puntual , es decir física y comprensible para los sentidos, en la trama del mundo.-La risurrrzione senza miracolo, p.8.- Torres Queiruga lo afirma sin trepidar : la resurrección no sólo no es un milagro, sino que ni siquiera es un acontecimiento “histórico “. Porque “ si el Resucitado fuera tangible o comiera, necesariamente estaría limitado por las leyes del espacio, es decir, no sería resucitado. Y lo mismo sucedería si fuera visible “ – Ibid., p.42- Así, pues, “ los discípulos no vieron con ojos al resucitado ni lo tocaron con sus manos, porque esto era imposible estando él fuera de sus sentidos “- Ibib.,pp. 46-47-. Lo que ellos “ vieron “ no tiene ninguna relación material con un cuerpo espacio-temporal- Cf. Ibid., p. 49.- Su “ visión “ se funda en la experiencia interior, en un esquema “ imaginativo “ de la resurrección , “ como una especie de vuelta a la vida “.-Ibid,p.41. Más adelante explicita lo dicho : “ La resurrección tiene lugar en la misma cruz “- Ibib.p.53.- Cristo, el muerto vuelve a la vida en la fe. En esto sigue literalmente a Rudolf Bultmann. Lo que se llama “ resurrección “ , lejos de aludir a un acontecimiento real que sigue a la muerte de Jesús en la cruz, sólo significa la transfiguración ideal de Cristo inducida por la experiencia trágica de su fin. Es una apreciación paradójica : la ausencia produce presencia, el vacío da lugar a la plenitud.
El autor, que se remite varias veces a KANT y a HEGEL , recuerda claramente los errores condenados en la PASCENDI. El cristianismo concierne a la ontología ( Metafísica que trata del ser y sus propiedades trascendentales. El Director ) , afirma, no a la historia .Se interesa por lo que está presente desde siempre, aunque velado, en la interioridad del yo ; es una relación inmanente ( espíritu del mundo. El Director.), no inducida desde fuera. La revelación no es que Dios se “ revela “, Dios que en un determinado momento “ entra “ en el, mundo , puesto que siempre lo esta haciendo, sino el descubrimiento humano “ que constituye revelación en el sentido estricto “ – Ibid.,p.37 –Cristo resucita en la idea, en la fe de la comunidad. Por lo demás, no fue sino la comunidad de los creyentes la que divinizó a Jesús , quien de por sí nunca se concibió como Dios. Esta alusión a la “ comunidad primitiva “, verdadera forjadora de los textos evangélicos, resultó ya profetizada por PIO X cuando enseña que según los modernitas “ las parábolas del Evangelio fueron forjadas con arte por los evangelistas mismos y por los cristianos de la segunda y tercera generación con fin de explicar los exiguos frutos de la predicación de Cristo entre los judíos “- Lament., nº 13.- Y también : “ Los evangelios fueron aumentados con ediciones y correcciones hasta llegar a un canon fijo y definitivamente constituido, y en ellos , por tanto, no queda en pie sino vestigios tenue e incierto de la doctrina de Cristo “- Ibid., nº 15.-
TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN
La crisis modernista de comienzos del siglo XX no llegó a su fin. No lo ha demostrado, a modo de ejemplo, lo que acabamos de decir de la exégesis. Continuó, asimismo, en la denominada nouvelle théologie , y ahora se prologa en lo que se ha dado en llamar “ progresismo “.
Sin embargo, dicha corriente no se expresa de la misma manera. El progresismo de los teólogos europeos permanece más en el campo teórico- especulativo de la teología, reuniendo en un haz el inmanentismo (espíritu del mundo .El Director ) moderno, el rechazo de la filosofía aristotélico- tomista y el criticismo bultmaniano. En Iberoamérica, en cambio, con menor tradición especulativa, se orienta prevalentemente hacia el plano de la praxis ( obrar ,ejecutar, acción .El Director ) socio-política, concretándose por ejemplo, en lo que se autodenominó “ teología de la liberación “. Resumimos acá, con algunos agregados, lo que expusimos en el Primer Congreso Mundial de Filosofía Cristiana celebrado en Córdoba en 1979 , que se publicó en las actas de dicho Congreso bajo el título de Modernismo y teología de la liberación ( p.449-500) Numerosos han sido sus cultores. Pero a nuestro juicio son dos quienes han expuesto con mayor claridad. El primero de ellos es Hugo Assmannn, sobre todo en su obra Teología desde la praxis de la liberación (Sígueme, Salamanca 1973) y Gustavo Gutiérrez, de manera más enjundiosa, en su Teología de la liberación ( Sígueme,Salamanca 1972 ) .Este último no deja de ser especialmente esclarecedor al enumerar los autores que juzga precursores de dicha nueva manera de teologizar, entre otros Descartes , Kant, Hegel, Marx, Freíd , Marcase , Teilhard de Chardin, Maritain , Metz , y Freire.
Continuaremos con la 3ra.parte. “1. Praxis y teoría “. El Director )