Sobre las doctrinas modernistas.
5.Agnosticismo este que no es sino el aspecto negativo de la doctrina de los progresistas, el positivo está constituido por la llamada inmanencia total.
El tránsito de uno a otro, es como sigue: natural o sobrenatural, la religión, como todo hecho, exige una explicación. Pues bien :una vez repudiada la teología natural y cerrado, en consecuencia, todo acceso a la revelación al desechar los motivos de la credibilidad ; más aún, abolida por completo toda revelación externa, resulta claro que no puede buscarse fuera del hombre la explicación apetecida, y debe hallarse en lo interior del hombre ; pero como la religión es una forma de vida, la explicación debe hallarse exclusivamente en la vida misma del hombre. Por tal procedimiento se llega a establecer el principio de la inmanencia religiosa. En efecto todo fenómeno vital- y ya queda dicho que tal es la religión- reconoce como primer estimulante cierto impulso o indigencia, y por primera manifestación, ese moviento del corazón que llamamos sentimiento. Por esta razón , siendo Dios el objeto de la religión , síguese de lo expuesto que la fe, principio y fundamento de toda religión, reside en un sentimiento único engendrado por una indigencia de lo divino.. Por otra parte, como esa indigencia de lo divino no se siente sino en conjuntos determinados y favorables, no puede pertenecer de suyo a la esfera de la conciencia; al principio yace sepultada bajo la conciencia o, para emplear un vocablo tomado de la filosofía moderna, en la subconciencia, donde también su raíz permanece escondida e inaccesible.
¿ Quiere saberse en que forma esa indigencia de lo divino, cuando el hombre llegue a sentirla, logra por fin convertirse en religión ?.Responden los modernistas: la ciencia y la historia están encerradas entre dos límites: uno exterior, el mundo visible ; otro interior, la conciencia.
Llegadas a uno de éstos, imposible que pasen delante la ciencia y la historia, más allá está lo incognoscible. Frente ya a este incognoscible ,tanto el que está fuera del hombre, más allá de la naturaleza visible, como al que está en el hombre mismo, en las profundidades de la subconsciencia , la indigencia de los divino, sin juicio alguno previo ( lo cual es puro fideísmo ) suscita en el alma, naturalmente inclinada a la religión, cierto sentimiento especial, que tiene por distintivo el envolver a sí mismo la propia realidad de Dios, bajo el doble concepto de objeto y causa íntima del sentimiento, y al unir en cierta manera al hombre con Dios . A este sentimiento llaman fe los modernistas : tal es para ellos el principio de religión.
6.Pero no se detiene aquí la filosofía o, por mejor decir, el delirio progresista. Pues en ese sentimiento los modernistas no sólo encuentran fe y en la misma fe, según ellos la entienden, afirman que se verifica la revelación. Y, en efecto, ¿ qué más puede pedirse para la revelación ?. ¿ No es ya una revelación, o al menos un principio de ella, ese sentimiento que aparece en la conciencia, y Dios mismo, que en ese preciso sentimiento religioso se manifiesta el alma aunque todavía de un modo confuso ?. Pero, añaden más aún : desde el momento en que Dios es a un tiempo causa y efecto de la fe, tenemos ya que aquella revelación versa sobre Dios y procede de Dios ; luego tiene a Dios como revelador y como revelado .De aquí, venerables hermanos, aquella afirmación tan absurda de los modernistas de que toda religión es a la vez natural y sobrenatural, según los distintos puntos de vista. De aquí la indistinta significación de conciencia y revelación. De aquí, por fin, la ley que erige la conciencia religiosa en regla universal, totalmente igual a la revelación, a la que todos deben someterse, hasta la autoridad suprema de la Iglesia, ya la doctrinal, ya la preceptiva en lo sagrado y en lo disciplinar
( Continuaremos :3ra. Parte.: “ en el sentir de los modernitas…”El Director)