domingo 7 de octubre de 2007
El 5 de Octubre el pueblo argentino le dijo PRESENTE a las Víctimas del terrorismo
Por fin llegó el día tan esperado. El 05 de octubre a las 18:30 hs la Plaza  San Martín se vistió de fiesta para rendir un merecido homenaje a las Víctimas  del Terrorismo en nuestra querida patria. Mucho se había trabajado. A puro  pulmón, con la entrega y el sacrificio que requieren esas grandes causas, que  están más allá de las mezquindades personales. El tiempo parecía jugarnos una mala pasada. En un primer momento,  el pesimismo se notaba en todos los que habíamos tenido algo que ver con la  organización del acto. A medida que se acercaba la hora de inicio, la lluvia se  hacía sentir con más fuerza. Todo presagiaba un fracaso en la convocatoria.  También surgieron problemas técnicos. El agua no ayudaba y los imponderables  hacían de las suyas.
El tiempo parecía jugarnos una mala pasada. En un primer momento,  el pesimismo se notaba en todos los que habíamos tenido algo que ver con la  organización del acto. A medida que se acercaba la hora de inicio, la lluvia se  hacía sentir con más fuerza. Todo presagiaba un fracaso en la convocatoria.  También surgieron problemas técnicos. El agua no ayudaba y los imponderables  hacían de las suyas.
Aquellos que teníamos FE, implorábamos al cielo que  nos ayudara. Que dejara de llover, o por lo menos que aminorase un poco. Pero  parecía que nuestras oraciones no llegaban a destino. A cada ruego, el cielo  parecía responder con un incremento del caudal de agua.
Pero como sucede  siempre en la vida, no siempre los planes de Dios coinciden con la corta visión  de los hombres. Nuestro Padre había decidido que el mal tiempo era el marco más  apropiado para acompañar a SUS víctimas. Y no se equivocó. Cuatro mil personas,  imperturbables a las inclemencias del tiempo, permanecieron “de pie, como el  quebracho”, dando una imagen imposible de registrar por las cámaras y las  fotografías.
Una mirada un poco más profunda y poética de las cosas, nos  hacía pensar que las gotas que caían representaban las lágrimas de las víctimas  que, como dice la tapa de la última Revista B1, todavía no descansan en paz,  porque sus victimarios se presentan hoy como adalides y portavoces de los  derechos humanos.
Poco a poco el pueblo comenzó a llenar la plaza.  Ninguna palabra mejor que pueblo para representar el tipo de público que asistía  al acto. Y este fue para mí el mayor reconocimiento a las víctimas. Al lado de  los tradicionales trajes y unidos en un mismo espíritu, sectores populares, con  bombo e indumentaria de trabajadores, ocupaba su espacio entre el  público.
Una anécdota pinta de cuerpo entero lo que estoy afirmando.  Minutos antes del inicio, un policía me pregunta si conocía a un grupo de  recicladores de residuos que quería participar del evento. Resulta que, para  prevenir incidentes, la policía, con un impecable trabajo de seguridad, había  impedido el pasaje a un grupo de personas, que en apariencia, no respondían a  los estándares acostumbrados en Plaza San Martín. “Sra Pando, como le  prometimos, acá estamos presentes, para acompañar a las víctimas del  terrorismo”.
Su presencia me emocionaba, especialmente cuando  recordaba una conversación mantenida con ellos días atrás. En su momento, cuando  los representantes de este grupo nos hicieran llegar su intención de participar  en el acto, les había ofrecido algún tipo de “ayuda” para que pudieran  desplazarse hasta el centro. Y frente a tantos asalariados de la política, estas  personas me respondieron: “Sra, no nos ofenda. Nosotros queremos  acompañarlos por convicción, no vamos por el choripán”. ¡Qué ejemplo de  dignidad!.
Y el acto dio comienzo. Como presentadores, participaron el  Consejero Escolar Gabriel Miraz y Gabriela Caponetto, quienes hicieron una  síntesis de la Guerra Revolucionaria sufrida en el país en la década del 70. Se  completó este relato con la identificación de los principales funcionarios del  presente, que en aquellos años habían apelado al terror para construir la patria  socialista. La indignación del público se hizo evidente en este momento del  acto, cuando los abucheos y los gritos de ASESINOS, resurgían en todos los  sectores de la plaza.
Después del Himno Nacional y una breve invocación  religiosa, la Señora Silvia Ibarzábal ocupó el centro del escenario. ¡Qué  momento increíble! Los que tenemos la dicha de conocerla en la intimidad de su  casa, no podíamos creer como se agigantaba la imagen de esta pequeña gran  mujer.
“Los alambres que ataron a mi padre... la bomba que destrozó  el comedor del Departamento de Policía Federal y a 24 de sus miembros... la bala  que a sus tres años, asesinó a María Cristina Viola. El terrible calvario  sufrido por el Tte. Cnl. Larrabure, las cárceles del pueblo, verdaderos centros  de detención y tortura… la ametralladora que destrozó el cuerpo de Rucci... El  ataque a La Tablada… ¿ACASO no existieron? ¿Fueron sólo aventuras de jóvenes  idealistas?
…Quienes tenemos memoria de verdad y quienes vivimos y  compartimos el sufrimiento y sacrificio de nuestros seres queridos, NO estamos  dispuestos a permitir que se tergiverse la historia, y se mancille la honra y  memoria de nuestros caídos. …QUE LE QUEDE BIEN CLARO AL GOBIERNO Y A AQUELLOS CUYA AFINIDAD  IDEOLÓGICA LES NUBLA LA VISIÓN OBJETIVA DE LOS HECHOS. Tendimos una mano  abierta, y nos contestaron con odio y burlas. Si no quieren dar vuelta una  página de la historia y mirar para adelante, entonces “también tenemos derecho”  a hurgar en el pasado. No pedimos olvido; no perseguimos ventajas legales, ni  buscamos esquilmar el tesoro de la Nación con indemnizaciones. Nosotros queremos  TODA LA VERDAD, y la justicia necesaria e imprescindible para aquellos que se  levantaron en armas contra la Nación Argentina, desde la clandestinidad y el  vandalismo…
…QUE LE QUEDE BIEN CLARO AL GOBIERNO Y A AQUELLOS CUYA AFINIDAD  IDEOLÓGICA LES NUBLA LA VISIÓN OBJETIVA DE LOS HECHOS. Tendimos una mano  abierta, y nos contestaron con odio y burlas. Si no quieren dar vuelta una  página de la historia y mirar para adelante, entonces “también tenemos derecho”  a hurgar en el pasado. No pedimos olvido; no perseguimos ventajas legales, ni  buscamos esquilmar el tesoro de la Nación con indemnizaciones. Nosotros queremos  TODA LA VERDAD, y la justicia necesaria e imprescindible para aquellos que se  levantaron en armas contra la Nación Argentina, desde la clandestinidad y el  vandalismo…
Sólo exigimos una Justicia igual para todos, con Magistrados  de verdad, probos e independientes, QUE NO SE DOBLEN ante la presión del Poder  Ejecutivo ni de las sedicentes organizaciones de derechos humanos hemipléjicas.-  Justicia que sea esclava de la ley y que también alcance a aquellos jóvenes  idealistas, muchos de ellos hoy encumbrados miembros del gobierno, que, habiendo  integrado bandas terroristas se encargaron de iniciar ese accionar destructor,  llevándolo a niveles de saña y crueldad nunca vistas en la historia argentina.  Esos mismos que, beneficiados por una impunidad sin precedentes, hoy se  adjudican el derecho de levantar el dedo acusador de su SELECTIVA política de  derechos humanos.
…Sepan los terroristas de entonces, hoy cubiertos por  la sombra del poder... que los damnificados directos de tanta maldad, no nos  quedaremos callados y nos presentaremos ante el Poder Judicial reclamando la  igualdad ante la ley que sabiamente pregona nuestra Constitución  Nacional”.
Gracias, Silvia, por tu testimonio, por tu coraje, por tu  fuerza.
Al término de este discurso, que llenaba los corazones de  indignación e impotencia, se pasó un video que mostraba imágenes estremecedoras  de la violencia demencial desatada por el terrorismo en los 70. Terminaba esta  presentación con una acusación a los montoneros de haber participado directa o  indirectamente en crímenes de lesa humanidad, que exigía la intervención de la  justicia.
Las fotografías de Firmenich, Verbitsky, Luis Duhalde, Bonasso,  Kunkel, Taiana, Miriam Lewin, Susana Sanz, Bettini y Urien, al lado de cuerpos  destrozados por la soberbia montonera, ponían de manifiesto la responsabilidad  de todos los miembros de esa organización por los crímenes cometidos por sus  integrantes.
Después de unas breves palabras de Ana Lucioni, una de las  organizadoras del evento, llegó el momento más emotivo de la jornada, con las  palabras de la Sra Maby Picón, quien sufriera como nadie las atrocidades  cometidas por el terrorismo. En efecto, estando embarazada de su tercera hija,  los guerrilleros asesinaron a su marido, el capitán Humberto Viola, a su pequeña  hija Cristina de tan sólo 3 años de edad, y dejaron gravemente herida a su  pequeña Fernanda, que contaba en ese momento con 5 añitos.
Mientras las  lágrimas del cielo se mezclaban con el llanto en la plaza, la voz de Maby Picón  llegaba al corazón de los argentinos:
“Ya he sido presentada, soy  Maby una ciudadana común a la que le tocó vivir hace casi treinta y tres años lo  que estoy convencida no perderá vigencia. Algunos conocen mi historia, para  aquellos que la ignoran les contaré que: el 1ro de Diciembre de 1974, bajo un  ardiente sol en mi Tucumán natal, presencié el episodio más desdichado de mi  vida.
Todo mi ser se sacudió ante un hecho cruel, espantosamente  doloroso. Atentaron contra mi familia en un ataque inesperado y artero,  terroristas del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) asesinaron a mi extinto  esposo Capitán Humberto Antonio Viola y a mi hija Maria Cristina de tres años.  María Fernanda, de solo 5 años, victima también de esas armas que mi gritos no  lograban acallar, quedó tendida con un balazo en su cabeza, mientras yo,  aterrorizada no atinaba a nada. En mi vientre con un embarazo de cinco meses,  Luciana sufría tanto como su mamá.
En el año 2003 cuando creía que las  heridas empezaban a cerrarse y que los argentinos caminábamos hacia un futuro en  común sin odios ni rencores; el gobierno nacional nos enfrentó con  acontecimientos que me produjeron un profundo disgusto.
…veo que la  sociedad se ha vuelto a dividir arengada por un gobierno con las mismas  ideologías de aquellos que atacaron a mi familia.
Hoy siento que quien  comanda el nuevo ejército prefiere claudicar el honor y la dignidad de su  investidura, antes que acompañarnos y aceptar la alternativa de verse integrando  una lista de desocupados. “General Bendini, ¿Dónde se encontraba usted cuando la  cruenta guerra de los años 70?… Hoy duele ver jóvenes oficiales cumplir órdenes  que nada tienen que ver con su sentir. Es inexplicable que por presiones de sus  superiores no puedan expresarse, no puedan acompañarnos a rendir homenaje a sus  camaradas vistiendo sus uniformes.
…Me pregunto_ ¿Los asesinatos de  Humberto y Cristina no se consideran de lesa humanidad? Todas las madres debemos  tener los mismos derechos. Hemos sufrido por igual y vivido el mismo dolor.  Debemos tener las mismas consideraciones, ser dignas de respeto por parte de  quienes nos gobiernan. Las madres de las victimas de la subversión somos  DISCRIMINADAS. Para el dolor y el sufrimiento no existen  ideologías.
…Quiera el Señor que llegue el momento de poder caminar todos  juntos. Seguro que esto sucederá cuando desde el gobierno terminen de alimentar  el odio, el rencor y los resentimientos y se cuente por fin la historia completa  ya que cuando no es total es doble mentira”…
Fue en este momento,  cuando recibí el segundo signo de esperanza de la tarde. Como parte del pueblo,  un joven de pelo corto, que se encontraba a mi lado, con una mirada que  trasuntaba indignación me dijo: “Señora, yo soy un oficial del Ejército  Argentino en actividad. Soy Teniente Primero. Le pido que por favor le haga  llegar a la señora del capitán Viola que por las venas del ejército sigue  corriendo la misma sangre que la de su ex marido. La opinión de algunos  generales no es la opinión de la institución”. En ese momento le pregunté  si no les habían prohibido concurrir al homenaje. Y con una sonrisa de  complicidad, me dijo con orgullo, “el general Balza nos enseñó que las  órdenes inmorales no se deben cumplir”. Lógica pura., ¿verdad,  embajador?.
Minutos más tarde, mi esposo, mayor retirado de la misma  institución, me contaba con alegría que había saludado a no menos de 20  oficiales en actividad y que había podido observar la presencia de muchos más  que no se acercaron. Ya no cabía ninguna duda. Podrán reemplazar a los soldados  traidores del pasado por los generales Bendini o Estévez del presente. Pero la  estrella del soldado Luna seguirá marcando a fuego el corazón de las jóvenes  generaciones del Ejército Argentino. Fracasaron con el Operativo Dorrego en el  73 y fracasará Nilda Garré en el presente.
Terminado el discurso de la  señora Picón, llegó el momento de los agradecimientos y de la despedida, con un  video que mostraba los rostros y los nombres de todas las víctimas del  terrorismo vivido durante la Guerra Revolucionaria de los 70. Con lágrimas en  los ojos y una fuerte convicción en el corazón, los que estuvimos en la plaza  salimos fortalecidos.
En nombre de AFyAPPA, quiero agradecerles muy  especialmente a la Asociación de Víctimas del Terrorismo en Argentina y a la  Comisión de Homenaje Permanente a los Muertos por la Subversión (organizadores  del evento) por los momentos vividos el pasado 5 de octubre en Plaza San Martín.  Hago extensivo este agradecimiento a todas las entidades, asociaciones y  personas, que humildemente, colaboraron directa o indirectamente para que todo  saliera bien. A los que estuvieron presentes y a los que nos acompañaron a la  distancia. A los medios que cubrieron el acto con objetividad y también a  aquellos que intentaron ignorarnos. A las representaciones del interior del  país… a todos, muchas gracias, por haber contribuido a concretar un justo  homenaje a las víctimas del terrorismo en nuestra patria. Los que allí  estuvimos, pasamos un momento inolvidable. A los que lo hicieron realidad…  Muchas Gracias…
María Cecilia Pando