RESPUESTA A UN PERIODISTA
Cuando el pasado martes 25 por la mañana lo escuché por radio LT15 opinar en forma tan ligera e irresponsable sobre la cuestión del aborto a la joven discapacitada en Mar del Plata, me vino a la mente el pasaje de los Evangelios que monseñor Baseotto le recordó no hace mucho al Ministro de Salud Ginés González García: “Mas quien escandalizare a uno de estos pequeñuelos que creen en mí, mejor le sería que le colgasen del cuello una de esas piedras de molino que mueve un asno, y así fuese sumergido en el profundo del mar” (Mateo, 18, 6). Y como hay que estar preparado para dar respuesta a los cretinos, y refutarlos, es que me decidí a escribir estas líneas. Al parecer muy molesto por la condena de la Iglesia, Usted mezcló todo, como de costumbre. Mencionó por ejemplo que la Iglesia nada dijo de la violación a la joven. Yo le pregunto, señor sabelotodo: ¿entiende Usted que esto era un justificativo para asesinar a la criatura, tal cual sucedió? ¿Qué culpa tenía ella de encontrarse en el vientre de esa madre? ¿Acaso está Usted a favor del peor de los crímenes, cual es el de matar criaturas inocentes e indefensas en el vientre de la madre? Así como no tiene empacho en opinar de lo que sea, sería bueno que se animara a responder estas preguntas por si o por no, ya que es una cuestión que no admite posiciones intermedias: o se está a favor o se está en contra.
También parece que le produjeron algún escozor las acusaciones al INADI, cuya titular, María José Lubertino, es una abortera confesa y militante. Sería bueno que se informe sobre las actividades de esta persona a favor de la legalización del aborto, sus relaciones con ONGs transnacionales que promueven el control de la natalidad en los países subdesarrollados y su financiamiento por algunas de las llamadas fundaciones exentas de impuestas. Seguramente tampoco pudo entender la actitud valiente de los médicos del Hospital San Roque de Paraná, que se negaron a practicar el aborto autorizado por la “justicia”.
Lengua suelta como es, no conforme con esto siguió en su arremetida, diciendo que la Iglesia nada dijo del caso Von Wernich. Aunque en esta ocasión no venía al caso una opinión al respecto, estamos en esto de acuerdo en parte. A uno como católico le duele el silencio cómplice de la Jerarquía y del clero en general, que dejó solo al cura sometido a una parodia de juicio. Usted, por el contrario, lo que no tolera es que no haya sido condenado de antemano, aunque algunas voces de curitas mediáticos ya se alzaron tibiamente en ese sentido. Debería informarse mejor de las serias irregularidades que rodean a ese juicio, para después opinar con fundamento e informar de manera responsable. Por otro lado, al estar en la dirección de los vientos que soplan y en perfecta sintonía con funcionarios que aprobaron el crimen –como Ginés González García, Felipe Solá y la legisladora provincial Lucía Grimalt–, a uno le surgen otros interrogantes; como por ejemplo: ¿tiene Usted libertad de opinar libremente o alguien le baja línea desde arriba? Su programa Comprometidos, ya que la referencia es obviamente a Usted, Rodrigo Domínguez, ¿comprometido con qué o con quiénes está?
Profesor Lorenzo Guidobono