Acerca de personas gratas o no gratas...
Lo que molesta no son las personas que peregrinan ni las que hablan, sino, lisa y llanamente, la mención y profesión pública, y aún la realidad, del Reinado Social de Cristo. Allí se resume todo.
Habíamos optado en un primer momento, por ignorar con nuestro silencio –en honor de la tan mentada paz, si se quiere, o buscando tal vez seguir el sabio consejo de no responder a los necios- la cantidad de sandeces que hemos debido tolerar por parte de los diversos medios y grupúsculos que nos declararon –honrosamente, junto a Mons. Baseotto, y a nuestro amigo Antonio Caponnetto- “personas no gratas” (¿no gratas a quién?) en la ciudad de Luján. Admitiendo sin embargo que “el número de los necios es infinito”, creemos que, llegados a este punto, la Verdad merece especialmente ser honrada y para advertencia de algún confundido, es que sobre todo esbozaremos una respuesta a los periodistas –bastante desocupados por cierto en cumplir con las funciones que les serían propias, para estar pergeñando infamias en sus ratos de ocio- y demás personajes que los secundan.
Desde hace más de 10 años, quienes integramos el Círculo de Formación San Bernardo de Claraval nos proponemos a través de los Encuentros de Formación Católica de Buenos Aires contribuir a la formación de los católicos de nuestra patria abordando diversas temáticas culturales, desde la perspectiva, por supuesto, de la Iglesia, y de la Tradición, como católicos que somos, y con todo derecho. En un tiempo en que tanto se cacarea sobre las “identidades”, nosotros queremos ser fieles a la identidad católica, y esto no sólo por una cuestión personal, es decir, en lo que atañe a nuestro credo, sino en atención a la identidad católica de nuestra patria, aunque a algunos señores, esto les moleste. Luján es Luján, no precisamente por azarosa elección política, sino por sencillísima decisión de su Reina, quien es también la Madre y Generala (declarada formalmente así por San Martín y Belgrano) de nuestra Argentina. Y ya que estos personajes mencionan una identidad necesitada de fortalecerse en la “ética y los derechos fundamentales del hombre”, les recordamos el elemental derecho a la Verdad y a la libre profesión religiosa. Reafirmamos pues el dato de que la raíz de nuestra Patria es católica, hispánica, y mariana. Puede cada uno en conciencia adherir a tal o cual credo, y rechazar la gracia en virtud del libre albedrío, y puede voluntariamente salvarse o condenarse, pero no puede por capricho pretender que la historia y los hechos concretos desaparezcan de un “plumazo”.
No son los “progresistas” quienes tienen que llamarnos a nosotros anacrónicos (medievales, ultramontanos, etc.), sino que más bien son ellos, anclados a las novedades pasajeras, quienes pasarán como el viento, en tanto quienes permanecen fieles a Pedro y a la Tradición siempre viva de la Iglesia, están a salvo de la caducidad temporal. La Verdad es perenne contra todas las tempestades, incluso la de las mayorías democráticas, y está por encima de todo “consenso”.
Resulta entre indignante y cómico, pues, que los presuntos defensores de los derechos humanos no tengan en cuenta como “humanos” a ningún sujeto que esté ausente de las filas del marxismo revolucionario (en cuyo juego no tenemos ningún interés en participar), o que le sea de utilidad a éste. Allí estamos, por supuesto, los católicos y los bebés no nacidos, por ejemplo. Y aunque se hagan los tontos, desparramando por doquier barbaridades que sólo aceptan acríticamente los ignorantes (me refiero a la tergiversación de la cita evangélica de Monseñor), lo que no le perdonan a Monseñor Baseotto es su decidida militancia a favor de los no nacidos, siendo ésta una llamativa omisión, a veces, en estos tiempos de tanta prédica en favor de los “excluidos”.
Quede claro de paso aquí, que los Encuentros de Formación Católica de Buenos Aires no son “encabezados” ni organizados por Monseñor, sino que tras una trayectoria de más de diez años, lo convocamos –y nos sentimos realmente honrados y agradecidos por su reiterada presencia, respuesta y solicitud- en calidad de padre y pastor, con el derecho y libertad que asiste a todo fiel frente a sus obispos. Que su mera presencia sea sentida por algunos como un “desafío” que “pone en riesgo al sistema democrático” nos parece de un absurdo tal, que llama a sospechar, en todo caso, de las endebles bases de dicho sistema.
Ahora bien: ante el “documento” en que esta gente nos declara personas no gratas, y ante los trascendidos sobre el particular (que, dicho sea de paso, sorprenden por la cantidad: ¿tanto les preocupamos, o es un juego más para la distracción del público?) cabe responder algunos pormenores.
Que se llame “activistas fundamentalistas” a un grupo de católicos, que en una nación católica, en la ciudad-santuario nacional, peregrinan unas 6 o 7 cuadras a llevarle sus necesidades y honrar a su Madre, es verdaderamente inadmisible. Que este hecho se tome como “prepotencia agraviante” o actitud “soberbia y altanera”, cuando se avanza rezando, es inaudito. ¿O es que tendremos que pasar por la “censura” de los defensores de la libre expresión, para poder proclamar en paz nuestra fe?...¿creen por ventura que estamos en un estado de Medio Oriente, para buscar amedrentarnos de este modo?; ¿qué se han creído, realmente, estos señores?...Se lee entre líneas, entonces, y es registrado inconscientemente por los pusilánimes: “cuidado con las manifestaciones de fe de los católicos; quedémonos en el templo; no es necesario salir a “ostentar” nuestra fe; a ver ai alguno se ofende…”, etc. Y así funciona: el marxista, más astuto, arroja el guante, el liberal más tonto lo recoge, cimentando en su egoísmo que evade todo riesgo, la apostasía paulatina, cediendo espacios, y especialmente renegando, en la práctica, del dogma del Reinado Social de Cristo, como comentábamos al comienzo de estas líneas. Y digamos entonces que hay también ahora “oraciones políticamente correctas”: la Oración a Cristo Rey por la Patria, que debe tener más de 50 años, y figura en más de un libro de piedad tradicional, hoy les parece escandalosa, y a nosotros hoy nos parece más necesaria que nunca. Como a muchos les "incomoda" el relato de la Pasión, o ciertos pasajes del Evangelio, o incluso algunos tramos de la Misa. ¿pretenden que sigamos recortando y adaptando a lo que al mundo le plazca, y en vez de tratar de ser sal, como nos mandó Jesucristo, digamos que hay que ser “la miel de la tierra”?... Más de uno lo vería con agrado.
Sostienen que los hemos “ofendido”. ¿Y si a nosotros nos ofenden los trapos rojos, enarbolados en grandes manifestaciones y considero que con ellos se ofende la memoria de tantos MILLONES de masacrados en todo el mundo por las hordas comunistas? Ah…entonces nos dirán que seamos tolerantes e invocarán el diálogo. Señores: es elemental que sólo se puede dialogar cuando se habla el mismo idioma. En nuestro caso, hacemos propia su cínica frase (al fin de su documento), llamándolos a la reflexión y conversión incluso, rezando por uds., sinceramente. Si comparten alguna de nuestras aspiraciones, acérquense, y si no, por favor dejen de gastar tanta tinta en nosotros buscando fantasmas!...
Se nos llama “personeros de la discordia, del separatismo, la segregación y discriminación”, pero sin embargo realizamos anualmente nuestros Encuentros anunciándolos públicamente, con meses de anticipación, la inscripción es libre, y si algo anima nuestro sentir es la Unidad, según el sentir de Ntro. Señor Jesucristo: “un solo rebaño, bajo un solo Pastor”. Pedimos por eso, a Cristo Rey, que “aparte de nosotros el terror comunista, y a la siniestra masonería; aniquilen tus Arcángeles a las sectas invasoras, y guarden a nuestra juventud de la corrupción mental y moral..” Si desean comprender el sentido de “Que tu Madre, Reina Nuestra, Conductora y vencedora en la lucha Final, aplaste la cabeza del enemigo que avanza extendiendo su Poder internacional”, entérense del Mensaje de Ntra. Sra. De Fátima, antes de sacar conclusiones equivocadas. Es inevitable, si buscamos el bien común, especialmente sobrenatural, deseemos desterrar lo que aparta a los hombres de él. Por el contrario, las supuestas “víctimas” de nuestra sola presencia, hacen gala en su documento de una discordia social sin parangón, atacándonos con mentiras, discriminándonos y buscando segregarnos no sólo de la sociedad, a quien el “hospitalario” intendente insta a repudiarnos, sino incluso dentro de la propia comunidad católica, relativizando nuestra absoluta pertenencia a ella, buscando ridículos enfrentamientos con la banda que nos acompañó (¿no les bastó la sanción a las autoridades de la Banda de Gendarmería Nacional el año pasado, dejando a personas decentes sin trabajo gracias a sus insidias?), o con la propia familia Marista.
Queda, por fin, lo más vergonzoso, y es la falsa acusación de “amenazas y persecución” (¡!) a los “trabajadores de prensa”, basados en alguna foto que un participante del Encuentro tomó de ellos, tal como ellos tomaron gran cantidad de nosotros y de la procesión. ¿Y les hemos dicho que nos persiguen?....Sí deberíamos en cambio decir que nos amenazan, buscando intimidarnos, cuando nos dicen reiteradamente que el año próximo “nos van a estar esperando”, sin aclarar a qué se refieren con ello.
Nos preguntamos, pues, con el periodista Emilio Nazar, si hemos llegado al punto de que un grupo de agitadores políticos pretenda impedir que se siga realizando un evento católico que goza ya de renombre internacional, con la presencia de familias y jóvenes de todo nuestro país, y la ciudad de nuestra Madre siembre el escándalo de expulsar a los católicos, en vez de convocarlos…
Ciertamente en el país de Cambalache, todo es posible…Porque en definitiva, el accionar de este tipo de grupos es la consecuencia última del estado lamentable en que el Liberalismo sumió a la Argentina a partir de Caseros, y el marxismo no es sino la consecuencia de aquél.
Pedimos, pues, a María Reina, nos alcance fortaleza y fidelidad para comprender lo que será, Dios mediante, el tema de nuestro próximo Encuentro: El Liberalismo es pecado.
24 de septiembre de 2007
M. Virginia O. de Gristelli
Presidente del C.F. San Bernardo de Claraval Jorge E.Gristelli