miércoles, octubre 31, 2007

LUIS ALBERTO BARNADA

LUIS ALBERTO BARNADA

Hugo Esteva

“En todo diligencia y en nada prisa,

Si quieres que en tí rija la inteligencia.

Y en lo que ya has actuado con negligencia

Prefiere, a lo apurado, las consecuencias.”

Estos versos, que titulara “Normas para la diaria labor”, caracterizan de manera absoluta el pensamiento profundo, realista y lleno de alta ironía de Luis Alberto Barnada, que acaba de terminar una vida plena en Concordia, su ciudad natal. Con gracia las firmó como “abogado, filósofo, poeta y célebre conversador del siglo XX, de quien sólo se conserva este texto”. Porque, en efecto, su rasgo prototípico fue el de gran animador de entrañables tertulias entrerrianas, porteñas y, si acaso se diera, universales. Escrito en la plenitud de su vida, el poema ha contado con cierto don profético. Porque, en realidad, la patria y su provincia en particular distaron mucho de darle el sitio que su capacidad y su nobleza hubieran requerido, aunque no van a impedir que tantos como hemos disfrutado de su enseñanza y su consejo lo recordemos siempre como a un hombre ejemplar.

Estudiante de Derecho en Buenos Aires, supo enseguida encontrar las más fructíferas fuentes de lo intelectual de su tiempo en el Nacionalismo. Católico íntegro, pero poco amigo de lo clerical, tuvo la más clara y natural síntesis de la verdad siempre a mano. Lector, polemista pero, sobre todo, hombre capaz de entender a los demás hombres desde los vericuetos de lo cotidiano, poseía esa capacidad de simplificar propia de las inteligencias superiores. “¿Pero qué otra cosa quieren que nos pase, si en la Segunda Guerra Mundial ganó lo viejo?”, nos dijo una tarde de verano, en momentos en que la patria se arrastraba por la traicionera y traicionada década del setenta.

Porque él, como el padre Leonardo Castellani –mentor a quien se refería con invariable afecto- fue de los nacionalistas que no se equivocaron: de aquellos que supieron entender y transmitir que el verdadero enemigo de la patria y las almas era el liberalismo, más que el comunismo. Y que lo sigue siendo bajo sus mil formas amebiásicas, bajo todos sus disfraces, mientras el comunismo desploma su naturaleza efímera.

De ahí que tuviera clarísimo que 1945 había sido el momento de la derrota de la única síntesis superadora de la falsa antinomia materialista, de la síntesis liberadora de lo mejor de los espíritus ordenados en el deber hacia el prójimo y la tierra natal, la síntesis vertebrada por los Estados nacionalistas. Y que 1945 era el retorno a lo peor que había anidado el oscuro siglo XIX.

Vuelto -ya abogado- a su provincia para cumplir deberes de familia, se volcó a la docencia secundaria y luego universitaria. Por supuesto, apenas tuvieron oportunidad, los liberales de la “libertadura” lo dejaron sin cátedra. Y, sin embargo, tiempo después la Universidad de Entre Ríos (UNER) le debió su supervivencia.

En efecto, cuando su amigo de juventud Juan Llerena Amadeo fue ministro de Educación con el Proceso, la UNER –acantonada en Paraná y viciosa de carreras superpuestas con las de la Universidad del Litoral, río de por medio- estaba sentenciada. Consultado Barnada, tuvo la lucidez de sugerir el traslado del rectorado a la costa del río Uruguay y la elegancia de no afincarlo en Concordia, de crear carreras de verdadera necesidad y de trazar un plano de integración geopolítica con la República Oriental del Uruguay, que sigue y seguirá vigente más allá de ningún desacierto “pastero”.

Naturalmente, otra vez los tolerantes liberales de la democracia alfonsinista lo obligaron a renunciar y arrancaron con él la imagen de la Virgen a quien había encomendado el corazón y la inteligencia de la Universidad. Desde entonces anochece la mediocre burocracia lo que pudo haber sido un foco que superara los límites de la provincia.

Como abogado, Barnada fue mucho más constructor de acuerdos que amigo del pleito. Y, además, generoso asesor de mil necesitados con favores que –me consta- callaba con celo. Pero, por sobre todo, era el prototipo del abogado que se constituye en arquitecto de su sociedad, allanando conflictos, aclarando intereses, encontrando la medida justa. Así lo recuerda, por ejemplo, la Asociación Médica de Concordia, a la que asesoró en los confusos días del pretendido Sistema Nacional Integrado de Salud, manotazo de ahogados ideólogos sanitarios de los setenta.

Finalmente, fue poeta finísimo y ejemplar cabeza de familia. Pero, sobre todo, fue nacionalista fundador del Nacionalismo de su ciudad y su provincia, y católico sin desvíos ni desmayos. Todos los consejos le fueron pedidos, a todos respondió con la serenidad propia de su formación.

Como la vida -a la que quería alegremente- se le fue alargando, supo encontrar una fórmula de virtud: mano amplia para regalar las mejores lecturas a tantos allegados y un corazón puro de amor a la Virgen.

martes, octubre 30, 2007

Artículos de mi viejo viejo arcón(35)La revolución-1ªparte

Artículos de mi viejo arcón…(35).El Director.

Tema que desarrollé en mi Instituto de Profesorado .Cdia., en

Curso de Doctrina Social Cristiana.1ª Parte.

REVOLUCIÓN.

1.-El hecho de la Revolución.

Dice Jesús: “ La verdad os hará libres “ ( Juan, 8,32.);y

San Pío X: “ La mayor parte de los males del mundo provienen de la falta de conocimiento de Dios y de Su Verdad “.-

San Pío X ( Carta sobre “ Le Sillon “ ). “ No, es necesario decirlos de nuevo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social o intelectual en los que cada uno se erige en doctor y legislador…,no se levantará la ciudad sino como Dios loa ha levantado; no se edificara la sociedad si la Iglesia no pone cimientos y dirige sus trabajos. No, la civilización no está para inventar, ni la ciudad nueva para construir en las nubes. Ha existido, existe ; es la civilización cristiana, es la CIUDAD CATÓLICA. No se trata nada más que instaurarla y restaurarla sobre sus naturales y divinos fundamentos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía nociva, de la rebeldía de la impiedad : OMNIA INSTARARE IN CHRISTO “.-

Pío XII ( Alocución a la J.C. Italiana-20-4-46).” El blanco contra quien se dirige el adversario, su asalto abierto o encubierto, ya no es, como era corriente en el pasado, uno u otro punto concreto de la doctrina o de la disciplina de la Iglesia, sino más bien todo el conjunto de la fe y de la moral cristiana hasta en sus últimas consecuencias. Se trata, en otras palabras, de un asalto total. Se trata de un sí absoluto o un absoluto no. En esta situación el verdadero católico viene obligado a permanecer aun más firme y más fuerte en el terreno de su fe y a demostrarlo con los hechos. En el ardor de la lucha, un cristianismo puramente exterior y de mera fórmula se funde como la cera al calor del sol”.-

Y en su Discurso a la Unión Internacional de Ligas femeninas Católicas, agregará:”…,fe valiente, alerta, intrépida, firme y viva en la verdad y en el triunfo de la doctrina católica. Las fuerzas intelectuales y políticas más o menos impregnadas de ateísmo se empeñan en extirpar la civilización cristiana…”.

San Pío X.-“…La sociedad está enferma; todas las partes del cuerpo social están infeccionadas, las fuentes de la vida están atacadas. El único refugio, el único remedio, es el PAPA “.-

El 7-9-1947- PÍO XII: “ Ya no hay tiempo que perder. El tiempo de la reflexión y de los proyectos ha pasado ; es hora de la acción. ¿ Estáis dispuestos ?. Los frentes contrarios en el campo religioso y moral se van delineando siempre con claridad creciente cada día; es la hora de la prueba. La dura batalla de la que habla San Pablo, ya está empeñada: es la hora del esfuerzo intenso. Hasta unos pocos instantes pueden decidir la victoria “.-

Juan XXIII : “ La causa y por decirlo, la raíz de todos los males que atacan a modo de veneno a los individuos, a los pueblos y a las naciones y que con gran frecuencia agitan los espíritus es la ignorancia de la verdad…”Por eso proclamamos a Cristo Rey, Autor y Fin de la creación. Rey Universal y Todopoderoso, Rey de las Naciones, realiza, no “ de este mundo” sino sobre todo este mundo.

“ Teniéndolo en común con El, nos enseña SAN PÍO X ( discurso en la Beatificación de JUANA DE ARCO en abril de 1909 ), rica de sus bienes, depositaria de la Verdad…, la Iglesia Católica, dueña de las almas, reina de los corazones domina al mundo porque es la esposa de Jesucristo”.-

Ella, como su divino Fundador, tendrá en primer término, por misión “ dar testimonio de la Verdad “, establecerla, enseñarla, por el magisterio de su doctrina y, más particularmente en lo que ahora tratamos, por el magisterio de su doctrina social.-

La Iglesia es, pues, directamente Soberana en todo lo que concierne directamente a la salvación espiritual del género humano .Y es, indirectamente, soberana en todo aquello que no tiene más que una relación indirecta con la salvación. Por lo tanto, ya sea directa o indirectamente, no hay nada que, al menos en cierto aspecto, no caiga bajo la soberana autoridad de la Iglesia, porque no hay nada aquí abajo, que directa o indirectamente no pueda, en cierto aspecto, o en determinadas circunstancias, tener relación con la salvación de las almas . Por lo tanto , la Iglesia forma al hombre completo: Privado y Público.

Así, el 20 de febrero de 1946 en la Alocución a los nuevos Cardenales, PIO XII dice :

“ Esta misión le es Esencial . Considerado desde este punto de vista, puede decirse que la Iglesia es la asociación de quienes, bajo la influencia Sobrenatural de la Gracia en la perfección de su dignidad personal de hijos de Dios y en el desarrollo armonioso de todas las inclinaciones y energías humanas, edifican la recia armazón de la comunidad humana”.-

Y en su Mensaje de Navidad de 1948 dirá :” ¡ Cuántos envenenados por una ráfaga de laicismo o de hostilidad hacia la Iglesia, han perdido la lozanía y la serenidad de una fe que hasta ahora ha sido el apoyo y la luz de la vida”…,No hay pues otra elección: la verdad o el error!.

Al cumplirse el cincuenta aniversario de la RERUM NOVARUM( 1º de junio de 1941 ),

PIO XII continuará:” ..No os conduzcan a engaños los suscitadores de errores y de teorías malsanas, perversas corrientes ,no de crecimiento, sino más bien de destrucción y de corrupción de la vida religiosa; corrientes que pretenden que al pertenecer la Redención al orden de la Gracia Sobrenatural , al ser por lo tanto obra exclusiva de Dios, no necesita nuestra cooperación en el mundo.¡ OH miserable ignorancia de la obra de Dios !...”

2.- DEFINICIÓN DE LA “ REVOLUCIÓN”.

El error, cuando no la perversidad de los hombres, es, como hemos dicho, el único obstáculo que puede oponerse verdaderamente al triunfo de la Verdad.-

, ¿ Cuál es el error ?. Y también. ¿ cuál es su ejército ?…

En el orden de las ideas: EL NATURALISMO. En el orden de los efectivos y de las fuerzas humanas: LA REVOLUCIÓN.

A) El Naturalismo.

Es por excelencia, el error moderno, o, mejor dicho, el carácter específico de todos los errores modernos ( primera Constitución del Concilio Vaticano ). Lo definimos esencialmente :una actitud independiente y de repulsa de la Naturaleza respecto del ORDEN SOBRENATURAL Y REVELADO.-

El Naturalismo es lo más opuesto al Cristianismo, puesto que Dios, sobrenaturalmenteDios sobrenaturalmente amado y servido, sobrenaturalmenteel dogma, toda la moral y todo el orden sacramental cristiano.- revelado y conocido, dado,, poseído y gozado; eso es todo

El naturalismo niega ante todo este carácter sobrenatural; es mucho más que herejía; es puro Anticristianismo: La herejía deforma más o menos las revelaciones divinas; el Naturalismo niega que Dios sea Revelador. La herejía arroja a Dios de tal o cual parte de su reino; el Naturalismo lo elimina del mundo y de la creación. Por eso el Concilio dice :” de ese error odioso, que “ contradice por completo a la religión Cristiana “.-

b) ¿ Qué es la REVOLUCIÓN?...

Así presentada, con artículo determinado y con R. mayúscula , no ofrece confusión a nadie. Si escudriñamos los discursos, las obras de los políticos de siglos pasados o del actual, ya sean liberales, radicales, socialistas o comunistas todos se proclaman “ hijos de la Revolución ”…

Por eso San Pío X en su carta sobre “ Le Sillon “, dirá : “ El soplo de la revolución ha pasado por ahí…,Se atreven a llamar a Nuestro Señor Jesucristo con una familiaridad soberanamente irrespetuosa y…, al estar su ideal emparentado con la Revolución, no temen hacer, entre el Evangelio y la Revolución, comparaciones blasfematorias “…, y en “ La Revolution,Recherches historiques “, t.1 p.18,-Monseñor Gaume lo ha definido así: “ Si arrancándole la máscara le preguntáis ; quién eres tú ?, el os dirá:

“ No soy lo que se cree. Muchos hablan de mí, pero pocos me conocen. No soy ni el carbonarismo…,ni el motín…,ni en cambio de la monarquía en república, ni la sustentación de una dinastías por otra, ni los disturbios momentáneos del orden público .No soy ni las vociferaciones de los jacobinos, ni los furores de la Montaña, ni el combate de las barricadas, ni el saqueo, ni el incendio, ni la ley agraria, ni la guillotina, ni los ahogamientos. No soy ni Marat, ni Robespierre, ni Baboeuf, ni Manzini, ni Kossut. Esos son mis hijos, no son yo. Esas cosas son mis obras, no son yo. Esos hombres y esas cosas son hechos pasajeros y yo soy un estado permanente. Soy el odio de todo orden no establecido por el hombre

y en el cual no sea rey y Dios a la vez. Soy la proclamación de los derechos del hombre sin preocupación de los derechos de Dios. Soy la fundación del estado religioso y social sobre la voluntad del hombre y en vez de la voluntad de Dios. Soy Dios destronado y el hombre puesto en su lugar ( el hombre llegando a ser él mismo su fin ). He aquí porqué me llamo “ Revolución “, es decir TRASTOCAMIENTO….”

(Continuaremos con la 2ª parte .El Director y autor.)

Fueron beatificados casi 500 mártires españoles


NOTICIAS
Fueron beatificados casi 500 mártires españoles

Ciudad del Vaticano, 29 . 07 (AICA)

Beatificación de los mártires españoles

Beatificación de los mártires españoles

Tras proclamar beatos de la Iglesia a 498 "mártires del Siglo XX en España", el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cardenal José Saraiva Martins, calificó de "histórica" la beatificación más numerosa de la historia de la Iglesia, celebrada este domingo 28 de octubre en la Plaza San Pedro del Vaticano con la participación de 1.500 sacerdotes y más de 40.000 peregrinos españoles, entre ellos 2.500 familiares de los mártires.

La ceremonia de beatificación propiamente comenzó con el pedido formal del arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela, a cuya arquidiócesis pertenece el mayor número de mártires. "Fueron fuertes cuando fueron maltratados y torturados. Perdonaron a sus verdugos y rezaron por ellos".

Después, los obispos de Barcelona, Burgos, Toledo, Jaén, Ciudad Real, Mérida-Badajoz, Madrid, Santander, Cartagena, Cuenca, Oviedo y Gerona enumeraron las causas de sus diócesis.

De la fachada de la basílica de San Pedro pendía un tapiz de gran tamaño con la foto de todos los beatos, sobre las que destacaba el logotipo de la beatificación, que incluye una cruz roja en el centro.

En medio de estruendosos aplausos y un ondear de banderas españolas, el cardenal Saraiva Martins leyó en castellano la Carta Apostólica con la que el Papa Benedicto XVI inscribió a los mártires en el libro de los beatos y ordenó que los beatos sean celebrados por la Iglesia Católica el 6 de noviembre.

Durante la homilía, interrumpida por los aplausos de los fieles, el cardenal Saraiva Martins resaltó que los 498 mártires -entre los que se incluye a dos mexicanos, un cubano y dos franceses- derramaron su sangre por la fe durante la persecución religiosa en España" y recordó que el más joven tenía 16 años y el mayor 71 y que antes de morir "perdonaron a quienes los perseguían y rezaron por ellos".

"Los mártires –prosiguió- "no son patrimonio exclusivo de una diócesis o nación, sino de toda la Iglesia", algo necesario de recordar en estos días en los que "la identidad de los cristianos está constantemente amenazada".

"¿Qué mensaje transmiten hoy los mártires? -se preguntó el Purpurado portugués- .Es un mensaje de amor y coherencia, que con voz muy alta dicen que todos los cristianos están llamados a la santidad".

"Por eso, ser cristianos coherentes impone contribuir al bien común de la sociedad, defendiendo nuestras convicciones sobre la dignidad de la persona, la vida desde la concepción hasta la muerte natural, la familia fundada en la unión matrimonial indisoluble entre un hombre y una mujer y el derecho y deber primario de los padres a la educación de los hijos", agregó el Cardenal, suscitando una salva de aplausos.

Los beatos proclamados son dos obispos (de Ciudad Real y de Cuenca), 24 sacerdotes diocesanos, 462 miembros de Institutos de Vida Consagrada, un diácono, un subdiácono, un seminarista y siete laicos.

Dieron su vida por fidelidad a Cristo y a la Iglesia
Durante el Ángelus siguiente a la beatificación, Benedicto XVI invitó a los cristianos del mundo a vivir el compromiso bautismal, especialmente el de la evangelización, hasta la entrega de la propia vida.

"La inscripción en el elenco de los Beatos de un número tan grande de mártires demuestra que el supremo testimonio de la sangre no es una excepción reservada sólo a algunos individuos, sino una eventualidad realista para todo el pueblo cristiano", explicó el Pontífice.

"Se trata en efecto –agregó- de hombres y mujeres de diversas edades, vocación, y condición social, que pagaron con la vida su fidelidad a Cristo y a su Iglesia".

El Santo Padre recordó que el mes de octubre, "dedicado de manera particular al compromiso misionero, se cierra así con el luminoso testimonio de los mártires españoles”.

"Su ejemplo testimonia que el bautismo compromete a los cristianos a participar con valor en la difusión del reino de Dios, cooperando si es necesario con el sacrificio de la propia vida", subrayó el Santo Padre.

Unas palabras para España
Al final del Ángelus, hablándole a la numerosa delegación española, el Pontífice saludó con afecto "a mis hermanos obispos de España, a los sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas y fieles que participaron en la beatificación de un numeroso grupo de mártires del pasado siglo en España".

"Damos gracias a Dios por el gran don de estos testigos heroicos de la fe que, movidos exclusivamente por su amor a Cristo, pagaron con su sangre su fidelidad a Él y a su Iglesia. Con su testimonio iluminan nuestro camino espiritual hacia la santidad, y nos alientan a entregar nuestras vidas como ofrenda de amor a Dios y a los hermanos. Al mismo tiempo, con sus palabras y gestos de perdón hacia sus perseguidores, nos impulsan a trabajar incansablemente por la misericordia, la reconciliación y la convivencia pacífica".

"Pidamos a los nuevos Beatos, por medio de la Virgen María, Reina de los Mártires, que intercedan por la Iglesia en España y en el mundo; que la fecundidad de su martirio produzca abundantes frutos de vida cristiana en los fieles y en las familias; que su sangre derramada sea semilla de santas y numerosas vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras", concluyó.+



AICA - Toda la información puede ser reproducida parcial o totalmente, citando la fuente

La persecución religiosa durante la República y la Guerra Civil ... de Fundacion Burke

La persecución religiosa durante la República y la Guerra Civil


La editorial Ciudadela acaba de publicar La cruz, el perdón y la gloria, del padre Ángel David Martín Rubio, autor de obras de referencia como Los mitos de la represión en la Guerra Civil (Grafite). La cruz, el perdón y la gloria lleva por complemento un documental, dirigido por Diego Urbán, que plasma en imágenes "el mayor martirio católico del siglo XX".

Refiriéndose a la situación de la Iglesia Católica en la zona de España controlada por el Frente Popular, alguien [v. A. de Lizarra, Los vascos y la República Española, Ekin, Buenos Aires, 1944] escribía a los pocos meses de comenzar la Guerra Civil:

a) Todos los altares, imágenes y objetos de culto, salvo muy contadas excepciones, han sido destruidos, los más con vilipendio. b) Todas las iglesias se han cerrado al culto, el cual ha quedado total y absolutamente suspendido. c) Una gran parte de los templos, en Cataluña con carácter de normalidad, se incendiaron. (...) e) En las iglesias han sido instalados depósitos de todas clases, mercados, garajes, cuadras, cuarteles, refugios y otros modos de ocupación diversos (...) f) Todos los conventos han sido desalojados y suspendida la vida religiosa en los mismos. Sus edificios, objetos de culto y bienes de todas clases fueron incendiados, saqueados, ocupados y derruidos. g) Sacerdotes y religiosos han sido detenidos, sometidos a prisión y fusilados sin formación de causa por miles, hechos que, si bien amenguados, continúan aún, no tan sólo en la población rural, donde se les ha dado caza y muerte de modo salvaje, sino en las poblaciones. Madrid y Barcelona y las restantes grandes ciudades suman por cientos los presos en sus cárceles sin otra causa conocida que su carácter de sacerdote o religioso. h) Se ha llegado a la prohibición absoluta de retención privada de imágenes y objetos de culto. La policía que practica registros domiciliarios (...) destruye con escarnio y violencia imágenes, estampas, libros religiosos y cuanto con el culto se relaciona o lo recuerda.

Aunque apenas dan una idea de lo realmente ocurrido, estas palabras resultan suficientemente descriptivas, sobre todo porque no pertenecen a ningún documento de propaganda del bando contrario, sino que forman parte de un informe presentado el 9 de enero de 1937 por Manuel de Irujo, dirigente del Partido Nacionalista Vasco, ministro sin cartera en los dos gobiernos de Largo Caballero y ministro de Justicia en el gabinete de Negrín.

En estas mismas circunstancias, el papa Pío XI habló el 14 de septiembre de 1936 de "verdaderos martirios en todo el sagrado y glorioso significado de la palabra", poniendo de relieve poco después, en su encíclica Divini Redemptoris:

El furor comunista no se ha limitado a matar a obispos y millares de sacerdotes, de religiosos y religiosas, buscando de un modo particular a aquellos y a aquellas que precisamente trabajan con mayor celo con los pobres y los obreros, sino que además ha matado a un gran número de seglares de toda clase y condición, asesinados aún hoy día en masa, por el mero hecho de ser cristianos o al menos contrarios al ateísmo comunista. Y esta destrucción tan espantosa es realizada con un odio, una barbarie y una ferocidad que jamás se hubieran creído posibles en nuestro siglo.

Efectivamente, España sufrió entre 1931 y 1939 una persecución religiosa de tal entidad que, para encontrar un paralelismo, habría que remontarse a los primeros siglos del cristianismo. Pero hay algo más. En el mismo discurso a quinientos españoles, Pío XI mandaba su bendición "a cuantos se habían propuesto la difícil tarea de defender y restaurar los derechos de Dios y de la religión", y, al acabar la guerra, el papa Pío XII concebía el primordial significado de la victoria nacional en los siguientes términos:

El sano pueblo español, con las dos notas características de su nobilísimo espíritu, que son la generosidad y la franqueza, se alzó decidido en defensa de los ideales de fe y civilización cristiana, profundamente arraigados en el suelo fecundo de España; y ayudado de Dios, "que no abandona a los que esperan en Él"(Iud 13,17), supo resistir el empuje de los que, engañados con lo que creían un ideal humanitario de exaltación del humilde, en realidad no luchaban sino en provecho del ateísmo.

Probablemente aquí radica la gran incomodidad que provoca, setenta años después, hablar de la persecución religiosa en España, no tanto entre quienes se proclaman continuadores de la ideología de los verdugos sino entre aquellos que deberían haber recogido la herencia de unos héroes y mártires que están inseparablemente unidos a una guerra civil que adquirió caracteres de Cruzada. Una simbiosis que se produce no sólo por la coincidencia cronológica, sino por una íntima comunión de ideales en la defensa de la fe y de la civilización occidental cristiana, magníficamente expresada en figuras como la del Beato Anselmo Polanco, obispo de Teruel, firmante de la Carta colectiva en la que el Episcopado Español daba cuenta al mundo de lo que estaba ocurriendo en España y mártir en febrero de 1939.

Subyace en esta negativa a aceptar el componente religioso de una guerra que ha influido de manera tan directa en la situación actual del catolicismo español no sólo la pervivencia de corrientes historiográficas que pretenden soslayarlas o negarlas por simples prejuicios ideológicos, sino un profundo sentimiento de incomodidad que embarga a algunos sectores de la Iglesia actual a la hora de admitir –en un momento en que el pluralismo (o lo que se nos presenta como tal) está consagrado como uno de los pilares de la convivencia– que puedan producirse enfrentamientos por razones religiosas. Además, como lo religioso no se limitó en la guerra de España al terreno de lo puramente personal e individual, sino que se asumió como orientación católica de la vida en todos sus aspectos, también el social y político, se explica el rechazo y el escándalo en muchos sectores.

Desde esta perspectiva, se entiende la percepción del fenómeno en algunos momentos, incluso en instancias oficiales de la propia Iglesia. Así, se puede hablar de los años del silencio (coincidentes en el tiempo con el pontificado de Pablo VI, quien dejó paralizados los procesos de beatificación de los mártires) y los años de la distorsión (incluso en nuestros días, cuando desde determinados sectores se prescinde de cualquier conexión entre la persecución religiosa y el carácter de Cruzada de la Guerra Civil). En aquel silencio hubo mucho de olvido y desamor: ¿cómo iban a hablar de los mártires de España tantos que se estaban dejando seducir por el señuelo de las ideologías derrotadas en 1939? ¿Cómo iban a hacerlo aquellos que querían abatir el régimen político entonces vigente en España silenciando que uno de los motivos del alzamiento fue el religioso? E incluso en nuestros días, ¿no estorba el recuerdo de los mártires a una mentalidad dominante que ha hecho de la idea abstracta de democracia una religión civil y que, con violenta distorsión de la historia, ha identificado al bando llamado republicano con los adalides de la libertad y la democracia?

Para llegar al fondo de la cuestión y del sentido de aquellas palabras de Pío XII resulta necesaria la explicación de lo ocurrido entre 1931 y 1939, ya que desde el primer momento se han aducido dos justificaciones que no resultan sostenibles: que la persecución religiosa tenía carácter socioeconómico, no propiamente religioso, y que constituyó una represalia contra el apoyo de la Iglesia al bando nacional durante la Guerra Civil.

Un análisis objetivo nos revela que el inicio de la persecución religiosa fue anterior a 1936; se remonta a 1931, cuando llegó al poder una coalición de republicanos burgueses y socialistas que coincidían en considerar a la religión como un obstáculo al progreso y un respaldo de las formas conservadoras de poder. Otra cosa es que la guerra (o mejor dicho, la definitiva desaparición del estado de derecho entre febrero y julio de 1936) permitiera a ese laicismo alcanzar una virulencia que antes no había sido posible.

Los artículos de la Constitución y las medidas tomadas con posterioridad demostraron que se pretendía elaborar un marco legal negando la existencia política, social y cultural de un amplio sector de la sociedad española y, además, consagrando esta exclusión en el plano jurídico. El paso siguiente sería la invasión de la esfera de la intimidad y hasta de la vida. La quema de conventos, la persecución religiosa legislativa y la eliminación masiva de eclesiásticos y seglares en 1934 y 1936-1939 serían pasos sucesivos de una misma secuencia lógica en la que finalmente acabaron dándose la mano dos formas de laicismo: el elitista y burgués de los partidos liberales (con la legislación) y el populista de los partidos revolucionarios (con la acción directa).

Menos fundamento aún tiene justificar la persecución religiosa por los defectos seculares de la Iglesia. La tesis sostenida puede resumirse con pocas palabras [v. Manuel Tuñón de Lara, Historia de España, IX, Labor, Barcelona, 1981]:

La Iglesia hizo una perfecta ecuación de orden, paz y religión con los intereses políticos y económicos de una clase, olvidando e ignorando dónde estaba la verdad de un pueblo oprimido y que en el otro bando la "persecución religiosa" fue en gran parte la respuesta a la agresión violenta del bando que la Iglesia defendía.

Otras veces se afirma que las muertes de eclesiásticos ocurridas durante la Guerra Civil habrían tenido como objetivo acabar con "activos agentes al servicio de los intereses de los sectores sociales rurales tradicionalmente dominantes" [v. Francisco Cobo Romero, La Guerra Civil y la represión franquista en la provincia de Jaén, Diputación Provincial de Jaén, Jaén, 1993]; más que de persecución religiosa o de laicismo habría que hablar, todo lo más, de un anticlericalismo explicado por el fácil recurso de la lucha de clases. Los sacerdotes y religiosos habrían muerto, dejando aparte otras explicaciones más peregrinas, debido a que la Iglesia Católica se habría ganado la animadversión del pueblo por haberse olvidado de éste, no haber atendido sus necesidades y haberse aliado estrechamente con los sectores reaccionarios y capitalistas. Con razón ha dicho Pío Moa [Los mitos de la Guerra Civil, La Esfera, Madrid, 2003] que si diéramos crédito a semejantes afirmaciones llegaríamos al absurdo de tener que afirmar que el Frente Popular anhelaba una Iglesia "intelectualmente brillante, pastoralmente eficaz, firmemente asentada en la conciencia popular y sin un solo cura reprobable, y que la persiguió por sentirse frustrado en sus buenos deseos".

Pero la persecución religiosa no tuvo como única ni principal causa los vicios o defectos de los eclesiásticos ni de los católicos en general, sino que fue el resultado de la aplicación práctica de unas ideologías que son esencialmente anticristianas y que difunden la crítica a la Iglesia Católica como consecuencia obligada de sus tesis fundamentales.

En un primer momento coincidieron en esta ofensiva las fuerzas que protagonizaron los primeros pasos de la República. Socialistas, anarquistas, comunistas, republicanos de izquierda y algunos regionalistas diferían entre sí en casi todo: en la forma del Estado, en la organización económica, en la consideración hacia los grupos sociales, en el papel de la religión, la cultura y la enseñanza... Únicamente había un punto de coincidencia: la voluntad decidida de construir artificialmente una sociedad carente de todo fundamento religioso. Poco importa que algunos de ellos dejaran un lugar irrelevante a dichas creencias en un rincón discreto de la conciencia mientras que otros optaban por una persecución en la que no había lugar ni para esos espacios de intimidad. Al final, serían los sectores más radicales los que actuaron sin trabas, sirviéndoles de comparsa los pretendidamente moderados, como ocurriría de manera trágica en el caso de los nacionalistas vascos.

Ahora bien, la propia evolución política de la República y de la España en guerra iba a provocar la marginación de los republicanos y la persecución directa a los anarquistas, desembocando en una situación cuyo protagonismo decisivo corresponde a organizaciones marxistas de inspiración soviética, primero por la seducción que lo ocurrido en Rusia desde 1917 causaba en los fanáticos seguidores del socialista Largo Caballero, el Lenin español, y después porque el intervencionismo soviético en la guerra acabará provocando una total dependencia de la zona llamada "republicana". De aquí que en el magisterio episcopal y pontificio se identifique lo ocurrido en España con una persecución causada por el comunismo.

Las presuntas deformaciones, e incluso los abusos concretos que pudieran existir, resultan (desde la perspectiva que venimos exponiendo) argumentos para la polémica laicista, no las razones que dan origen a esa ideología. Así, cuando la Iglesia no lograba hacerse presente en todos los ambientes de las clases más bajas era criticada por el abandono en que dejaba a los pobres y obreros, y cuando lograba hacerlo (a través de las personas o de las instituciones educativas y asistenciales) era condenada por la manera en que ejercía su acción social y presentada como una sucursal de la burguesía dominante.

(...)

Desechadas, pues, explicaciones simplistas, parece más apropiado buscar las raíces de la persecución religiosa (...) en el conflicto con las ideologías que la protagonizaron, no sin antes recordar que, desde el punto de vista historiográfico, han sido muy numerosas las publicaciones que se han ocupado de este tema. A pesar del tiempo transcurrido, la Historia de la persecución religiosa publicada en 1961 por Antonio Montero Moreno, entonces director de la revista Ecclesia y hoy arzobispo emérito de Mérida-Badajoz, sigue siendo el trabajo de síntesis más completo sobre el tema que nos ocupa, tanto por el análisis riguroso y crítico del fenómeno persecutorio desde sus orígenes como por la abundante documentación aportada y, sobre todo, por los datos globales sobre el número de víctimas, que han sido aceptados desde entonces.

NOTA: Este texto es una fragmento editado de la introducción de LA CRUZ, LA ESPADA Y LA GLORIA. Pinche aquí para adquirir esta obra en Criteria.



Publicado por Ángel David Martín Rubio el 23-10-2007 en www.libertaddigital.com

Sabemos realmente quien fué Ernesto Guevara de la Serna ?

stimados:

Por favor, inviertan 15 minutos de su tiempo para leer esto –que no van a ver en “Clarín” ni en los medios obsecuentes. Nosotros y nuestros hijos NO debemos ser engañados por la historia de verdades parciales, propia de un sofista profesional y/o energúmeno dictador. Hoy por obvias razones, está de moda adularlo y halagar al Totalitarismo comunista de Cuba.

Pero éste individuo, Ernesto Guevara de la Serna, Médico egresado de la UBA, como muchos otros terroristas y ex~montoneros (hoy en el poder) debieran también ser Juzgados por “Crímenes de Lesa Humanidad”; me parece no escuchar a ningún funcionario que con genuflexión a los vientos que corren miran para otro lado; no veo tampoco a ningún Juez adicto al Poder hacer alusión al tema. No les conviene…. pareciera que los “derechos humanos” son sólo para una parte… en la que ellos están. Si van a aplicar Ley en “Estado de Derecho” y en la bendita Democracia que tanto alegan, pues entonces que se aplique a Vencedores y Vencidos.

Ley pareja, no Ley tuerta de republiqueta. Así, nunca habrá Paz en nuestra querida República Argentina, sólo resentimiento y divisiones.

Este falso "ídolo-héroe" de los marxistas-light siglo XXI.....( desastroso como militar y conductor) a mi modesto entender ni ídolo, ni héroe... mas bien fue un subversivo que siendo burgués de familia más que acomodada, por su resentimiento y odio, se transformó en asesino comunista.

Que no se tergiverse la Historia.

Un saludo cordial a todos.


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Los mitos sobre Ernesto "Che" Guevara : "Hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario"


Indudablemente, la persona de Ernesto Guevara genera admiración en las nuevas generaciones, pero, como sucede con la mayoría de los mitos, la realidad suele ser otra, muy diferente. Ex compañeros del "Che" revelan detalles acerca de su personalidad violenta y su sanguinaria pasión por las ejecuciones. Publicado por la web Seprin.com. Videos incluidos.

Tarde o temprano, los seres humanos transformados en mitos muestran su verdadero rostro. Por lo general, una de las descripciones más valiosas es la de aquellas personas que compartieron y vivieron episodios que quedan imborrables en la memoria.

Muchos de los que aún viven y participaron de la revolución castrista recuerdan el costado más cruel y despiadado del Che durante los fusilamientos que tuvieron lugar luego del establecimiento del nuevo régimen. "Seguiremos fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte". Con esa frase, expresada por el Che en uno de sus discursos ante las Naciones Unidas, comienza la video biografía "Guevara, Anatomía de un mito" dirigida por Luis Guardia, del Instituto de la memoria histórica cubana contra el totalitarismo, y dedicada a todos "los que han ofrendado sus vidas en aras de la libertad del pueblo cubano".

La narración recorre los comienzos ?primero como espectador en la frustrada revolución de Guatemala y luego durante su instrucción militar en México- de Ernesto Guevara de la Serna, junto al grupo de revolucionarios del Movimiento 26 de julio quienes además de atribuirse la creación del apodo más popular (el "Che") recalcan su personalidad despectiva hacia las personas de raza negra, su burla a la tonada característica de los cubanos y el desprecio por los mexicanos a quienes el Che denominaba "indiada".

Enrique Ros, historiador e investigador, y autor de una de las más completas obras de la vida del Che, recuerda su relación con la peruana Hilda Gadea y con el "Flaco" López, el primer cubano con quien Guevara hace contacto en Guatemala y quien lo presenta al grupo de exiliados cubanos que militaban en el Movimiento 26 de julio en Guatemala. De esta forma es como Guevara inicia su faceta de revolucionario y posteriormente viaja junto al grupo de cubanos a México.

"Varios estudios apuntan a que Ernesto Guevara a su llegada a México ya tenía definido su carácter de hombre cruel de ejecutor de sus potenciales enemigos. En una carta dirigida a su amiga y ex novia, Tita Infante, señala: "Si se hubieran producido esos fusilamientos el gobierno hubiera conservado la posibilidad de devolver el golpe", refiriéndose al derrocamiento del gobierno de Jacobo Ardens en Guatemala".

"Yo conocí a Guevara en 1956 en México en una cafetería donde concurrían los revolucionarios", comenta Lázaro Guerra, ex militante de los movimientos revolucionarios cubanos, quien por aquel entonces vivía en México en calidad de exiliado y era uno de los sobrevivientes de la expedición del Corintians. Guerra recuerda que el "Flaco" López le presentí al Che como un "tipo maquiavélico" y que era él quien le "lleva y le trae a Fidel" en obvia alusión a su calidad de soplón de lo que pensaban y hacían los revolucionarios cubanos en México.

"Era un tipo repugnante ?agrega Guerra- que corría atrás de Castro, a quien le gusta que lo adulen".

Casi en los mismos términos, los testimonios confirman el costado más despreciable del Che.

Orlando de Cárdenas, periodista, fue amigo de Fidel Castro. Vivía en México y fue uno de los principales colaboradores del Movimiento 26 de Julio en tierras aztecas. "Al principio le decíamos Ernesto Guevara o doctor Guevara, pero cuando vimos que él se burlaba de nuestra manera de hablar entonces en represalia ya no le dijimos nunca más Guevara, ni Ernesto : le decíamos el Che y hasta el mismo Fidel y Raúl le decían el Che. Se lo decíamos con un poco de sorna como para refregarle en la cara lo que él nos había hecho a nosotros. Nunca nos vio completamente como compañeros."

Guevara nunca llegó a intimar realmente con el grupo de revolucionarios cubanos. Quienes compartieron con él el entrenamiento militar en México cuentan que su desprecio hacia los cubanos siempre se hacía sentir. Sentimiento que extendía a los negros y al pueblo mexicano a quienes constantemente menospreciaba. "Llegamos a México el 10 de diciembre de 1955 y Fidel me presentó y dijo "Muchachos, éste es el coreano, él va a ser nuestro instructor militar"". Era Miguel Sánchez, ex combatiente junto a las tropas norteamericanas en la guerra Corea y reclutado por Castro como instructor militar de los cubanos que se entrenaban en México. Sánchez recuerda que al Che también le decían el "Chancho" porque tenía poca afición por bañarse, y siempre tenía un "olorcito arriba como a riñón hervido". Sánchez le hizo saber pronto al Che que no era más que un soldado : "Se me puso a echar una sonrisita y le ordené hacer veinte planchas (flexiones de brazos), y las hizo.

El despreciaba a los negros. A Juan Almeyda Bosques le decía el negrito. Yo le dije "mira cuando te diga negrito dile que tú eres un chancho, porque no te bañas".
También despreciaba "a los indios" a quienes denominaba, según el video, "la indiada analfabeta de México".

El 24 de junio de 1956, un grupo de los presuntos expedicionarios es capturado por las autoridades de migración mexicana.

El Che estaba entre ellos y varios estudios acusan a Guevara de haber sido informante o delator, al hablar con las autoridades por temor a una posible deportación a la Argentina. "Juan Almeyda Bosques me dijo que él (el Che) había colaborado con la policía cuando nos arrestaron y nos llevaron a la cárcel, y él se había puesto en contacto con las autoridades mexicanas para entregar todas las armas".


En la Sierra Maestra : Del primer asesinato a los fusilamientos masivos

En 1957, a dos días de haber matado a un hombre por primera vez, el Che le expresa en una carta a Hilda Gadea -su entonces esposa, quien posteriormente la publicara en su libro "Ernesto, la memoria del Che Guevara"- lo siguiente: "Querida Vieja: Estoy en la manigua cubana, vivo y sediento de sangre".

"Una vez escogió un guajiro que según los datos era un "chivato" del ejército. Pero no había una seguridad concreta ?comenta Jaime Costa, asaltante del cuartel Moncada, expedicionario del yate Granma y comandante del ejército rebelde. Fue enviado por Castro a reagrupar a los miembros del Movimiento 26 de julio exiliados en Centroamérica. "Se formó un tribunal ?continúa Costa- que determinó que no había seguridad de que era un delator y por lo tanto no se le podía quitar la vida. El Che dijo ?si no se la quitan ustedes se la quito yo", y sacó la pistola y lo mató. El Che decía "la duda no hace más nada, hay que fusilar".

De esta forma, Guevara asesina personalmente a Eutimio Guerra, un campesino que se había unido al ejército rebelde. Posteriormente, el Che dirige más ejecuciones en la Sierra Maestra que llegaron incluso a indignar a las tropas rebeldes por la injusticia en que las realizaba. Además varias fuentes le atribuyen el asesinato de al menos una docena de hombres en la Sierra Maestra , en la gran mayoría de los casos sin pruebas incriminatorias, resaltando su personalidad cruel y despótica de alquilen que consideraba amigos sólo a quienes pensaban como él.

Mientras los fusilamientos se multiplicaban, los testimonios de "Guevara, Anatomía de un mito" revelan que el Che, pese a haber sido designado por el mismo Fidel como jefe de una de las más importantes columnas guerrilleras, era en realidad un militar inexperto e inoperante a nivel táctico. Sus ex compañeros aseguran que no estaba capacitado militarmente y que esto había sido confesado por el mismo Che, quien reconocía que de acciones militares sabía poco y nada, que no tenía la menor idea de cómo desplegar una estrategia de posicionamiento táctico de tropas, cómo armar una trinchera y túneles, ni mucho menos determinar por dónde debían desplazarse los tanques. Esta incapacidad para dirigir un plan de acción quedó probada en su paso por el Congo y Bolivia donde perdió todas las batallas y se entregó sin luchar.

Otro de los pasajes de esta biografía es el enfrentamiento con el Segundo Frente Nacional del Escambray que combatía en la zona central montañosa de Cuba. Roberto Bismarck, capitán del ejército rebelde, comenta que en una reunión con Guevara, y tras hablar casi cinco horas, se dio cuenta que no era ningún idealista. Incluso recuerda una operación militar en la cual se apresaron personas supuestamente colaboradoras del régimen de Batista en forma arbitraria, en la que el Che dijo que había que matarlos sin juicio previo.

Guevara subestimó a los miembros del Segundo Frente y no aceptó la autoridad de sus comandantes. Varios miembros de ese frente recuerdan fuertes discusiones con el Che, quienes además resaltan su carácter traicionero y vengativo. En realidad, el Che habría sido enviado por Fidel para evitar la división de la revolución en dos frentes y unificar las acciones militares. Pero en realidad, el Che tenía vía libre para fusilar por la espalda a quien quisiera como lo hizo con Jesús Carreras, uno de los comandantes del Segundo Frente.

Entre las hazañas injustamente atribuidas a Ernesto Guevara figura el asalto de un supuesto tren blindado (cargado con armas) en la ciudad de Santa Clara. Varios de los que fueron protagonistas de ese hecho contradicen la versión oficial del régimen castrista; en lugar de una proeza militar se trató de una traición del Che a una negociación ya acordada por el Segundo Frente.

Con la entrada de la columna capitaneada por el Che a la ciudad de Santa Clara comienzan las ejecuciones indiscriminadas tal como había ocurrido en la Sierra Maestra. Allí realiza varios fusilamientos de soldados del régimen de Batista.


"Firmaba las órdenes de fusilamiento antes del juicio"

Con el triunfo de la revolución, Guevara es nombrado jefe de la fortaleza militar de la Cabaña. Al frente de la Comisión Depuradora lanza allí un feroz operativo contra todos los militares del régimen depuesto. Este organismo fue creado por Castro con el pretexto de depurar las fuerzas armadas cubanas. Pero en realidad, el fin era implantar el terror revolucionario en la isla mediante fusilamientos arbitrarios precedidos por juicios sumarísimos. Según los testimonios, el mismo Che fusilaba personalmente a los sospechosos en su propia oficina. Y para colmo, el mismo Guevara firmaba la orden de fusilamiento antes de juzgar a las futuras víctimas.

Las condiciones de juzgamiento desconocían absolutamente las garantías mínimas de defensa en juicio y principio de inocencia. De esta manera, en los primeros cuatro meses que el Che estuvo al frente de la fortaleza de la Cabaña fue responsable del fusilamiento de varios centenares de hombres en su mayoría miembros del antiguo régimen.

En enero de 1959, Jose Vilasuso, abogado, comenzó a trabajar en la Comisión Depuradora bajo las órdenes de Guevara, como instructor de expedientes. "Me llamó la atención la forma en que él me dijo cómo tenía que ser mi trabajo", dice Vilasuso, quien describe el paredón de fusilamiento manchado de sangre de personas sin pruebas incriminatorias y sin la posibilidad del ejercicio de una defensa justa. Cientos de hombres fueron así condenados a la pena de muerte por fusilamiento mediante sentencias preestablecidas en los denominados juicios sumarísimos. Estas ejecuciones pronto se extendieron a lo largo y ancho de la isla.

Luego de su gestión al frente de la fortaleza de la Cabaña, Guevara fue presidente del Banco Nacional de Cuba y posteriormente ministro de Industrias. La biografía es lapidaria : "En todos ellos primó su incapacidad profesional y una constante: sembrar el terror como base o medio para el sometimiento".

Pero su arrogancia, despotismo y desprecio, tenía un punto débil. El Che temía a Castro a quien siempre evitó enfrentar. La sumisión, señalan los testigos de la época, era total: "Podían discutir mucho, pero finalmente el Che siempre agachaba la cabeza", rememora uno de los testimonios.

Tras cuatro años de la llegada al poder, Guevara se convierte en la principal bandera propagandista de la revolución cubana. En la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 11 de diciembre de 1964, el Che reconoce públicamente los fusilamientos en Cuba. "Fusilamientos, sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte", dijo el Che.

El empleo de la pena de muerte como método para la implantación del terror fue una constante en Guevara. Para él, "el odio era un factor de lucha, el odio intransigente al enemigo que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en un efectiva, selectiva, violenta y fría máquina de matar... Un pueblo sin odio no puede triunfar frente a un enemigo brutal", afirmó el Che.

El Congo fue su próximo destino, allí perdió todas sus batallas y pronto debió abandonar el país. A su regreso a Cuba empieza a preparar la aventura boliviana junto a un reducido grupos de hombres de confianza. Mario Monje Molina, Secretario General del Partido Comunista Boliviano, recuerda el encuentro con el Che a quien le aclaró de entrada que no iba a permitir jamás que un extranjero dirija la lucha armada de su país y le propone hacerse él cargo de las operaciones y designarlo asesor militar. Pero Guevara no aceptó. Sin poder reclutar al campesinado boliviano, ni apoyo del PC boliviano, el Che fue detenido junto a la mayor parte de los guerrilleros. El resto es historia conocida: Ernesto Guevara de la Serna murió el 8 de octubre de 1967 en la Higuera, Bolivia.

Este es otro intento por descubrir algunos aspectos desconocidos de la vida del Che, un personaje histórico que aún hoy sigue despertando tanto admiración como rechazo. "A casi cuatro décadas para algunos queda el mito; para otros, sólo el recuerdo de una pesadilla", dice la frase que cierra este interesante y rico trabajo de recopilación de testimonios de uno de los personajes más controvertidos de la historia contemporánea.


Fuente: Seprin.com - La nota incluye videos