Balza salió al cruce de Bignone y le pidió silencio
El ex jefe del Ejército cruzó a Bignone por la carta en la que instaba a los jóvenes a “terminar lo que nosotros no pudimos”. Rechazó una amnistía.
“Estos hombres son los responsables de haber aplicado una violencia estructural, orgánica, marginal y clandestina para la comisión de crímenes de lesa humanidad”, afirmó el ex jefe del Ejército y actual embajador argentino en Colombia, Martín Balza, sobre la carta del dictador Reinaldo Bignone publicada días atrás en la página de Internet de la agrupación procesista Memoria Completa. Lo convocó a un “recoleto silencio”.
Para aclimatar la espera del acto al que había convocado para el jueves último la agrupación Memoria Completa, que reivindica el terrorismo de Estado, publicó en su página web una carta en la que Bignone llamaba, entre otras cosas, a la juventud a “terminar lo que nosotros no supimos ni pudimos”. Las declaraciones de Balza estuvieron dirigidas a responderle directamente a Bignone por esa convocatoria de implicaciones tenebrosas.
“Es increíble que alguien que fue presidente de facto durante un año y medio trate de alentar a jóvenes a concluir una obra de tamaña repugnancia como fue el terrorismo de Estado”, apuntó con vehemencia. Y agregó que el escrito del último presidente de facto era “absurdo y un gesto humillante y despreciativo. Bignone debería llamarse a un recoleto silencio. No lo ha hecho porque desde la década del ’80 cobra jubilación de ex presidente”.
En referencia a los dichos de Bignone, dijo que personajes como ése “no tienen el más mínimo arrepentimiento”, y, en defensa del Ejército actual, pidió “no atar a los pies de los jóvenes civiles y militares los grillos del ayer tenebroso, del que no tuvieron ninguna responsabilidad”, y afirmó que “no son los jóvenes oficiales los que concibieron el terrorismo de Estado”.
En su carácter de titular del Ejército durante la presidencia de Carlos Menem, en abril de 1995, el actual embajador argentino en Colombia se convirtió en el primer jefe militar en hacer una autocrítica sobre el accionar de las Fuerzas Armadas durante la dictadura por lo que, siguiendo con la misma línea, le recordó al general que “no demostró preocupación en 1976, cuando era director del Colegio Militar y permitió que sus camaradas secuestraran a dos jóvenes soldados que la Nación le había confiado”, ni cuando bajo su presidencia “no recibió como verdaderos héroes nacionales a los que combatieron en Malvinas. El y el general Nicolaides fueron responsables del ocultamiento al pueblo de los soldados que combatieron, un gesto humillante y despreciativo”.
Acerca del pedido de amnistía para los militares que hicieron en plaza San Martín agrupaciones procesistas, Balza consideró que esa medida “extingue la responsabilidad penal o civil y anula los antecedentes penales. La amnistía actúa sobre todos los que cometen ese delito, a diferencia del indulto, que tiene efecto sobre individuos concretos. Esa amnistía legitima la impunidad”.
Por otra parte Balza rechazó de plano que pueda repetirse una dictadura militar ya que entendía que “todos hemos aprendido la lección del pasado y nunca más se van a prestar las Fuerzas Armadas a ser usadas como lo fueron por estos irresponsables que nos condujeron adonde nos condujeron”. Y añadió que “a la democracia no la van a ahogar ninguno de estos acusados de crímenes de lesa humanidad. El futuro nuestro está condicionado por la verdad y por la justicia sin orden y sin rencor, no por la impunidad”.
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(Tomado de Síntesis de Prensa)
LA NUEVA PROVINCIA - Bahía Blanca, sábado 8 de Abril de 2000
EDITORIAL :
Balza
Siempre se sospechó que la pretendida autocrítica del teniente general Martín Balza, cuando estaba al mando del Ejército, no era más que una pose para agradar a sus superiores jerárquicos y tender una mano hacia los sectores de la izquierda, enemigos de las instituciones armadas, que predominan en los medios de difusión.
Hoy, la sospecha se ha tornado certeza, al conocerse las cartas expresivas de su devota admiración que envió en diciembre de 1989 al ex presidente Jorge Rafael Videla.
Decía en ellas, aludiendo a la guerra contra la subversión: "Los tiempos de la historia han comenzado a reubicar los hechos, iluminando la verdad que algunos intentaron colocar bajo un cono de sombra tan falso como poco creíble". Y, de modo aún más explícito, encomiaba "... el brillo de una gesta heroica que empieza a adquirir su real dimensión a pesar de las falacias".
Con su ascenso a jefe del Estado Mayor General del Ejército, la conveniencia de aprovechar su buen momento para futuras empresas políticas y, sobre todo, la de ganarse apoyos y amparo ante la amenaza de un proceso por asociación ilícita, vinculada con el negocio de las armas vendidas de contrabando a Ecuador y Croacia, la "gesta heroica" se transformó en una forma de "terrorismo peor que el criminal".
He aquí, dibujado por su propia mano, el retrato fiel del teniente general Balza, en cuanto pueda haber algo de fiel en su persona.