TERRORISMO DE ESTADO
(29/08/06)
El pasado 22 de agosto la Suprema Corte de Justicia de Mendoza autorizó asesinar al niño por nacer de tres meses que espera una joven de 25 años que fue presuntamente violada en Luján de Cuyo, y rechazó el amparo presentado por varias ONG de la provincia para impedir el crimen. Con esta medida, la joven podrá someterse al aborto que había solicitado su madre –que no quiso escuchar los reclamos de los únicos realmente preocupados tanto por la salud de su hija como de su nietito por nacer– y que había sido autorizado por el juez de familia Germán Ferrer en un fallo de primera instancia.
Voy a hacer algunas reflexiones con respecto a ciertos personajes impresentables que tuvieron intervención en el tema u opinaron sobre el mismo. En primer lugar, la referencia será para el gobernador de Mendoza, Julio Cobos, todo un Poncio Pilato del siglo XXI. Este individuo, siendo la máxima autoridad de su provincia, se lavó olímpicamente las manos esgrimiendo argumentos muy mediocres como los que a continuación analizo:
- “La resolución de dicho caso no está en mis manos, pero no voy a desamparar a quienes hoy están pasando una situación de esta naturaleza, con todo el sufrimiento que ello implica. Cada uno deberá asumir y resolver de acuerdo con su responsabilidad. A la Justicia le cabe la inmediata resolución del caso; a los profesionales de la salud, su aporte científico-médico, y a mí, respetar lo que se decida y poner a disposición el sistema de salud pública, de manera tal de arribar a un desenlace justo para quienes están atravesando esta dramática situación”. En buen romance, abrió el paraguas antes de que llueva, ya que de antemano decía que estaría de acuerdo con cualquier resolución que se tomara, por más disparatada que fuera, no vaya a ser cosa que lo tildaran de antidemocrático, reaccionario o fascista. ¿Es que no tiene un criterio propio respecto al tema, señor gobernador?
- “Pienso en la mujer víctima de una situación que no eligió, en su indefensión, en la vida que lleva dentro y en su familia. Muchos reclaman posiciones terminantes en torno a un tema tan polémico como controversial y las mismas no contribuyen a arribar a una solución razonable para este caso puntual”. La vida que llevaba adentro la mujer sin duda no le importó en lo más mínimo, no mienta, de lo contrario se habría pronunciado enérgicamente en contra del aborto. Habría adoptado una postura terminante, valiente, sin medias tintas, la que corresponde en cuestiones de moral. Pero no, eligió una ambigua, entre el bien y el mal, queriendo quedar a mano con Dios y con el Diablo. Algo que a estas alturas no sorprende, ya que son típicas en un elemento de la partidocracia como usted la flojedad, la ignorancia, la componenda, el oportunismo, el resentimiento. Pero no olvide, señor gobernador, que Dios exige a los hombres definirse claramente en temas como este, aunque pueda sonarle extremista.
Siguiendo con esto, en el programa Hora Clave del domingo 27 de agosto se le hizo una entrevista a la monja Adela Helguera, candidata por un frente opositor al gobernador kirchnerista Rovira, que impulsa la reforma de la constitución provincial de Misiones. En primer lugar, ya sabemos lo que son estos “frentes opositores”: un rejunte donde todo lo que no tiene cabida en otro lado es bienvenido con tal de sumar para ganar una elección. El objetivo de esta “oposición” es impedir que se sancione la posibilidad de la reelección indefinida del gobernador, por supuesto que sin cuestionar en lo más mínimo la raíz del mal, es decir, el sistema de partidos. Por lo tanto, que una religiosa católica se preste para este juego ya es de por sí un indicio negativo que me obligaba a desconfiar de ella. La cosa venía por los carriles de la politiquería, hasta que Luis Novaresio, uno de los dos mamarrachos que circundan a Grondona, le preguntó por su postura sobre el aborto. Y acá se confirmaron mis sospechas iniciales con respecto a esta “religiosa”, que se despachó con lo siguiente: “En casos límite la medicina y la moral nos enseñan que se debe privilegiar la vida de la madre y aceptar que el niño muera”.
Ante tamaño extravío cobran total vigencia las palabras del Padre Julio Meinvielle, que en su libro De la Cábala al Progresismo, hace ya varios años, decía que “está en movimiento y gestación dentro de la Iglesia Católica Romana una nueva religión, sustancialmente diversa de la que dejó Cristo, y que adquiere los caracteres de una gnosis pagana y cabalística perfectamente configurada”. Y si esto le parece pasado de moda, alguien debería hacerle saber lo que dijo al respecto el Obispo de San Rafael, Eduardo María Taussig, quien afirmó que "nada justifica el homicidio de un inocente", y que "Dios lo prohíbe y la misma ley civil argentina tipifica el aborto como delito". Además, en un comunicado el mencionado obispo ofreció toda la ayuda que fuera necesaria para atender a la madre y a la persona por nacer. Entre esta opinión y la suya, hermanita Adela, hay una diferencia abismal, por lo que una de las dos está errada, y a la luz de la doctrina de Cristo –que por lo visto usted desconoce por completo– no caben dudas que es la suya. Lamentablemente usted, en cuestiones de fondo, está en sintonía nada menos que con el gordito abortero Ginés González García, quien expresó que “espero que el caso se resuelva rápidamente de acuerdo con lo que es el derecho y la situación de esta chiquita y su familia”, o con las infanticidas diputadas bonaerenses kirchneristas Diana Conti y Graciela Rosso, que pidieron el juicio político a la jueza de menores de La Plata Inés Siro, que hace dos meses no autorizó el aborto solicitado por los familiares de una joven de 19 años discapacitada, embarazada por una violación.
Antes, el jueves 23, en el programa Lado Salvaje, el periodista Reynaldo Sietecase, uno de los ex secuaces del gordo Lanata, dijo sobre esto que los católicos que creen que sus convicciones religiosas están por encima de las leyes de la democracia son fundamentalistas, en relación con el amparo presentado por varias ONG mendocinas para impedir el aborto. A este miserable ya lo tenemos identificado hace tiempo; sabemos que de él sólo se pueden esperar las opiniones más absurdas y que forma parte de los extraviados de los medios que llaman “interrupción del embarazo” a lo que no es otra cosa que el asesinato de un ser inocente e indefenso. Eso sí, que quede claro: este Sietecase es uno de los campeones defensores de los "derechos humanos". Seguramente no podrá entender que las “leyes de la democracia”, sancionadas por imbéciles como él, nunca pueden estar por encima de los Mandamientos de Dios.
Para terminar, trasnscribo lo que sería el clamor de la criatura asesinada a uno de sus verdugos (el gobernador Cobos), que recibí por correo electrónico, tomado de la página www.quintopoderjournal.com.ar:
Gran Jefe: no sea tibio. Déjeme nacer. Deje las cosas en manos de Dios. No tema. No tema a Kirchner y a todos los abortistas de su entorno. No tema a los medios de comunicación de Mendoza y del país, que se pondrán en su contra si no avala este crimen. Quizás ya sea tarde y yo no tenga posibilidades de vivir, estudiar, crecer y ser gobernador de Mendoza, como lo es usted ahora, ni de llegar a ser un delantero del Tomba. Pero le aseguro que yo lo seguiré amando, a pesar de la gran corriente de sangre que correrá en mis venas y a pesar de que por mi muerte el médico que me mate, mi abuela, el ministro Calleti, Ginés y hasta usted serán excomulgados. La misericordia de Jesús es infinita y sólo le pido un favor: que vea cómo voy a sufrir cuando me maten y que luego haga lo posible para recibir el sello de la vida en su frente, para que no tropiece dos veces con esta dolorosa piedra, para que cuando Dios lo disponga, pueda darle un abrazo de hijo a padre, o de hermano a hermano, en el Cielo, porque Dios nos quiere a todos juntos. Esto se lo digo porque en lo poco que pude vivir lo único que vi y sentí fue amor. Es lo único que soy: puro amor. Me hubiera gustado equivocarme y crecer, y ser como usted. Con afecto. Un mendocino que van a matar.