Un fallo podría considerar que el asesinato de Larrabure es un crimen de lesa humanidad
Dentro de las historias más emblemáticas relacionadas con la violencia
política durante la década del 70, se encuentra el secuestro, calvario y
muerte del Mayor del Ejército Argentino (ascendió a teniente coronel en
cautiverio y a coronel luego de encontrado su cadáver) Argentino del Valle Larrabure.
Si bien el hecho en sí mismo constituye uno más de los tantos
secuestros seguidos de muerte que los grupos terroristas armados
perpetraron en pleno gobierno democrático de María Estela Martínez de
Perón, las circunstancias que rodearon al episodio así como las
funciones del militar al momento de su captura, lo transformaron en uno
de los crímenes más aberrantes de la guerrilla argentina.
Distintas organizaciones que nuclean a víctimas de la guerrilla, han
organizado una campaña de difusión a efectos de movilizar el próximo
miércoles a quienes adhieren a esta postura. Del otro lado, organismos
de Derechos humanos y distintas corrientes políticas de izquierda
sostienen que de darse curso a lo reclamado por la querella, se estaría
en presencia de un verdadero retroceso en la materia y se revindicaría
la llamada "teoría de los demonios" que siempre sostuvo que la
responsabilidad de las fuerzas armadas y de los grupos revolucionarios
era equivalente.
Kremer, señalado por
diversos estudiosos de los "años de plomo" como el sucesor de Roberto
Santucho al frente de la conducción del Ejército Revolucionario del
Pueblo (ERP) es asistido por el abogado penalista Pablo Llonto quien
sostiene que la sola consideración del requerimiento del hijo del
Coronel "representa reabrir el debate sobre un punto que estimábamos
totalmente cerrado en la Argentina respecto de que no se puede calificar
de delitos de lesa humanidad este tipo de hechos y por lo tanto
prescribieron".