Memoria de un criminal
Javier Fernández-Lasquetty
Vicerrector de la Universidad Francisco Marroquín.
Acaba de darse a conocer el fallecimiento de Fidel Castro. Su
muerte no me produce alegría. Lo que me produce horror es recordar su
vida. Es la vida de un criminal hambriento de poder e hinchado de
arrogancia. El más antiguo tirano del mundo, con un reguero de dolor, de
sangre y de miseria que se ha prolongado por más de 57 años
ininterrumpidos, aunque en los diez últimos hubiera dado en herencia ese
poder tiránico a su hermano.
Conquistó al
poder gracias a la mentira, más que a las armas. Mintió a los cubanos y
al mundo entero haciéndoles creer que su revolución daría más libertad.
No llevaba ni semanas en el poder y ya estaba asesinando rivales
políticos. No habían pasado muchos meses y ya estaba declarando
abiertamente que Cuba se había hundido en la negrura del comunismo, del
que sigue sin salir.
Habrá a partir de hoy
quienes le rindan homenaje. No solo los que ven en Pablo Iglesias una
reencarnación barata del tirano con barbas. También todos aquellos, como
los ministros de Felipe González, que fueron en peregrinación a La
Habana a dejarse humillar por un engreído que se divertía teniéndolos
hasta la madrugada en la ansiedad de la espera, a ver si el comandante
se dignaba pasarse un rato a reírse de ellos.
Fidel
Castro no merece un homenaje, ni tampoco el olvido. Habrá que recordar
siempre su maldad, para que su régimen se entierre con él, y para que
Cuba sea al fin libre.
Merecen un homenaje
millones de cubanos. Merece un homenaje Huber Matos, que combatió en
Sierra Maestra y padeció luego décadas de prisión por negarse a aceptar a
Castro como autócrata comunista. Merecen el recuerdo Armando
Valladares, justamente reivindicado en un impresionante video del Becket
Fund, como también todos los fusilados en los primeros años del
castrismo, de los que casi nunca se habla. Merecen un homenaje quienes
creyeron inicialmente en Fidel, pero tuvieron la decencia de decir en
voz alta que era un criminal: Heberto Padilla, Guillermo Cabrera
Infante, Martha Frayde, y muchos más. Lo merecen los que sufrieron una
persecución cruel, capaz de hacer arrodillar en medio de una multitud
vociferante a María Elena Cruz Varela, y obligarle literalmente a
tragarse los poemas que había escrito. Como justo sería hoy recordar, no
al macho alfa asesino, sino al poeta Reinaldo Arenas, en visto de lo
poco que de él se acuerdan los movimientos de reivindicación LGTB.
Hoy
es el día de recordar a Oswaldo Payá, el valiente que tuvo el talento
de agarrar la propia legislación castrista para forzar un cambio
imposible, y que pagó con su vida la osadía. Vaya hoy nuestro homenaje a
todos los encarcelados en la cacería de la Primavera Negra de 2003: el
escritor Raúl Rivero, Alejandro González Raga, Omar Pernet, Regis
Iglesias, Héctor Maseda, Martha Beatriz Roque, y un largo etcétera de
hombres y mujeres valientes.
Homenaje lo
merecen Blanca Reyes, Berta Soler, Laura Pollán y todas las Damas de
Blanco, insólito testimonio de coraje y de inteligencia. Hoy es un día
para homenajear, en fin, a Carlos Alberto Montaner, símbolo de la
integridad, de la tenacidad y del talento, que no ha dejado ni un solo
día de los últimos 57 años de hacer algo útil en favor de la libertad de
su patria cubana.
Han sido muchas personas las
que han muerto por culpa de Fidel Castro. Por culpa de un comunismo que
a tantos europeos les ha servido para divertirse con una revolución
que, vista de lejos, les daba una alegría al cuerpo. ¿Por qué tantos
hablan del exilio cubano como si los culpables fueran los exiliados, y
no quienes han convertido la maravillosa isla en un lugar invivible?
Yoani
Sánchez, otra de las personas a las que debemos hoy recordar con
respeto, hablaba de forma emocionante hace pocos meses de una historia
triste. Triste y multitudinaria, porque es la historia de las últimas
tres generaciones de cubanos. Millones de personas a las que el vanidoso
Fidel Castro les ha dejado muy pocas alternativas: sufrir la represión,
tirarse al mar, o aguantarse con una existencia estrecha de
oportunidades y ausente de libertad.
Libertad para Cuba.
Este artículo fue publicado originalmente en Libertad Digital (España) el 26 de noviembre de 2016.