"Se
habla de la vida, pero los verdaderamente olvidados, los desaparecidos
también son los niños abortados", manifestó el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer,
en el programa Claves para un Mundo Mejor, emitido por Canal 9 el
sábado 23 de septiembre, en el que invitó a participar activamente el
próximo miércoles 27 a las seis de la tarde en la Marcha por la Vida que
se realizará desde la Plaza de Mayo hasta el Congreso, en la ciudad de
Buenos Aires.
Tras señalar que la Marcha por la Vida
es un acontecimiento que se hace en muchas partes del mundo, como el
que a principios de año se efectuó en los Estados Unidos que fue "un
éxito rotundo, multitudinario, de millones de personas, con la presencia
del vicepresidente de la Nación", monseñor Aguer explicó el porqué de
la Marcha.
"Este movimiento y esta marcha están dirigidos -precisó-,
especialmente a la defensa de la vida desde el momento de la concepción,
a la defensa del niño por nacer, que es algo que hoy se olvida
bastante. Se habla de la vida, pero los verdaderamente olvidados, los
desaparecidos también son los niños abortados".
"Además -añadió-, se intenta periódicamente legalizar todo
esto. En la Argentina ya está parcialmente en algunas ocasiones
legalizado, pero quieren una legalización total, una despenalización
absoluta, porque no se reconoce que desde el primer instante de la
concepción ese embrión microscópico es una persona humana. No se trata
de una convicción religiosa sino que es una convicción científica”.
“Es la ciencia -insistió- la que avala este dato que nosotros
podemos sostener desde la fe. La Ciencia explica que desde la unión de
los dos gametos, masculino y femenino, ese embrión pequeñísimo, casi
invisible, es ya una persona humana. Es una persona varón o una persona
mujer, y de allí se desarrollarán las realidades materiales del varón y
de la mujer".
"Como se sabe, también como una evidencia científica -siguió
explicando el prelado-, todas las células del cuerpo masculino son
masculinas y todas las células del cuerpo femenino son femeninas. No
cabe esa especie de teoría pseudoplatónica de que las almas pueden caer
en cuerpos equivocados. El alma es infundida por Dios, creada por Dios,
en el momento de la concepción de tal manera que ese microscópico
embrión es una persona varón o una persona mujer”.
Volviendo a lo de las marcha del 27, monseñor Aguer señaló que
"ahora hay marchas por todo tema de protesta, todos los días hay
marchas, especialmente en Buenos Aires. Desde La Plata estamos
preparando la participación en esta Marcha por la Vida con mucho
entusiasmo; pero es importante que vayan los porteños que son los que
están más cerca, aquellos a los que casi connaturalmente les corresponde
ir. Espero que vayan muchos, porque la diferencia entre una marcha y un
papelón es muy fina, muy delicada, por eso digo que puede convertirse
en un papelón si son cuatro gatos los que van. Tiene que ser una
verdadera multitud".
“Nosotros -prosiguió el arzobispo platense- defendemos la vida
y luchamos para que se reconozca la cualidad plenamente humana del
embrión, del feto, del niño por nacer. Lo hacemos porque hay evidencias
científicas indiscutibles y, además, porque Nuestro Señor Jesucristo fue
un niño por nacer, formado virginalmente por la acción del Espíritu
Santo en el seno de la Virgen María. Fue un feto parido virginalmente
por la Virgen María. Fue Hombre verdadero y eso para nosotros es una
convicción de fe, reforzada por esas certezas científicas
indiscutibles”.
“Nosotros -expresó monseñor Aguer- queremos defender la vida
desde el instante de la concepción y queremos decir no al crimen del
aborto. Esto supone también que el Estado en lugar de legalizar el
aborto, en lugar de despenalizarlo totalmente, lo que debe hacer es
ayudar para que los niños nazcan y puedan ser criados y educados como
deben serlo".
"Por otra parte -añadió-, todo el mundo sabe que muchas veces
el aborto es el recurso que sigue a un embarazo no deseado, y esto tiene
mucho que ver con lo que pasa hoy con ese pansexualismo general, con
esa falta de criterio por la cual desde muy chicos, ya desde la primera
adolescencia, empiezan con las relaciones sexuales. No están preparados
para eso, no están preparados para ser padres y madres. El Estado lo que
debe hacer es empeñarse mucho en la educación para que no sea necesario
este recurso, para que no crea nadie que ese recurso es necesario. No
basta el “cuidarse”, el “cuidarlos” repartiendo preservativos y
anticonceptivos. Es preciso ayudar a que se formen integralmente, y
reconozcan que el acto sexual tiene un doble significado, unitivo y
procreativo. Así fuimos hechos el varón y la mujer, no sólo para gozar,
sino para perpetuar la especie humana sobre la tierra, y para poblar,
superados los estrechos egoísmos, esta tierra nuestra”.
“Eso es lo que queremos afirmar: sí a la vida y sí a la vida del
niño por nacer. Espero, entonces, que sean muchos los que se encuentren
en la Marcha por la Vida el miércoles 27 en Buenos Aires", concluyó
monseñor Aguer.+