“Mis
amigos, hoy quiero tratar con ustedes un tema espiritual que podríamos
llamar la serenidad o la confianza en Dios o el abandono en Dios. Es
algo muy difícil para gente como nosotros, para la gente moderna que nos
creemos protagonistas de todo y a Dios lo invocamos cada tanto para que
nos ayude en nuestras empresas. Pero no sé si la cosa va por ahí”.
Así comenzó el arzobispo de La Plata monseñor Héctor Aguer su reflexión televisiva semanal, en el programa Claves para un Mundo Mejor emitido el sábado 25 de febrero por Canal 9 de TV
“Hoy -expresó- hay mucha inquietud en la gente, en todos, en
nosotros mismos. Vivimos con los pelos de punta. ¿Cómo hacer para
tranquilizarse un poco especialmente en los momentos que dedicamos a la
oración o estamos a solas?”.
Dijo que en la Iglesia existe toda una tradición espiritual
acerca de lo que se llama el "abandono en Dios", y para ello invitó a
leer en la Biblia el Salmo 130, que precisamente habla sobre el descanso
en Dios y termina diciendo "espera Israel en el Señor".
Tras recitar el salmo 130, primero en hebreo y luego en
castellano, monseñor Aguer explicó que en el texto "hay una palabra que
se refiere al niño destetado y que quiere decir eso. En la cultura
bíblica el niño mamaba hasta los tres o cuatro años de su mamá y la idea
que el salmo quiere expresar es que cuando el niño está prendido al
pecho de la madre y necesita su leche está ansioso, está como angustiado
y mama. Y el salmo nos señala que cuando el chico ya no tiene más
necesidad de estar prendido al pecho de su madre entonces reposa
tranquilamente en su regazo y por eso el Salmo dice “Señor: yo no busco
grandeza que supera mi capacidad sino como un niño en brazos de su
madre. Como un niño en brazos de su madre así está mi alma dentro de
mí”.
“Por eso -prosiguió el arzobispo platense- hablo de serenidad
en Dios y cómo podemos obtener tranquilidad en Dios a través de esta
espiritualidad del abandono en saber que Dios es nuestro Padre. Es
nuestro Padre que tiene un amor maternal por nosotros. Eso es lo
interesante de este salmo que nos habla de un Dios que es padre y madre.
El amor de Dios tiene un carácter maternal y por eso uno puede
descansar en su regazo sin inquietud alguna, sin necesidad de prenderse
demasiado a Él y esto implica la confianza. Por eso no debemos confiar
tanto en nosotros mismos, en nuestras grandes empresas, no buscamos
grandezas -dice el salmo- ni cosas que superan mi capacidad sino que
acallo y modero mis deseos como un niño destetado en brazos de su
madre”.
Concluyó diciendo que “en general somos bastante inmoderados. A
veces la misma actividad, la misma obligación nos lleva a serlo pero
habría que hacer el esfuerzo por calmarnos un poco. Como un niño
destetado está mi alma dentro de mí. Y el salmo se está refiriendo a un
espíritu que hay que tratar de ir consiguiendo. Espero que esto nos
sirva para algo en nuestra vida”.+