Federico
para La Nueva
Provincia
EL ATAQUE AL
INVENCIBLE
por Juan Luis Gallardo
El domingo 30 de mayo de 1982, a mediodía, despegaron de la base de Río Grande dos aviones Super Etendard de la Aviación Naval, tripulados por el Capitán Francisco y el Teniente Collavino, que portaban el último Exocet de que disponía la Armada. Completaban la escuadrilla cuatro Douglas A4C de la Fuerza Aérea, a cargo de los Primeros Tenientes Ureta, Vázquez, Castillo y el Alférez Isaac, armados con cañones y bombas de 250 kilos. Dos Hércules KC 130 se encargaron de reabastecerlos en el aire.
Enganchado un buque grande por
el radar de los atacantes, a 24 millas náuticas del blanco fue disparado el
Exocet y los Super Etendard emprendieron el regreso. Los A4C
prosiguieron tras el misil, sus pilotos observaron al buque envuelto en humo,
Vázquez y Castillo fueron derribados y Ureta e Isaac dispararon sus cañones y
arrojaron sus bombas sobre el objetivo, iniciando la retirada mediante un viraje
cerrado. A ninguno de ellos les cabe duda en cuanto a que la nave fuera el
Invencible. Los ingleses lo niegan, negando incluso el ataque. Y aducen
en su favor dos circunstancias: que el secreto sobre la operación no pudo
haberse mantenido tanto tiempo y que el buque llegó finalmente de regreso a
Inglaterra, aunque con gran retraso.
Ahora bien, con motivo de la
exploración petrolera que realizaron los británicos en el fondo del mar que
rodea las Malvinas, la compañía adjudicataria requirió un mapa detallado, donde
figuraran los barcos hundidos en la zona, para evitar operar sobre un
cementerio submarino. Las autoridades entregaron el mapa, donde se señaló
el nombre del buque hundido, la fecha del hundimiento y, con un puntito rojo, el
lugar del mismo. Lo curioso es que, en ese mapa, en el lugar donde fue atacado
el Invencible, aparece sólo el puntito rojo, sin el nombre de la nave
hundida ni la fecha en que fue enviada al fondo del Atlántico.
Pese a que el dato es harto
sugestivo queda en pie una grave dificultad: el buque habría entrado finalmente
el puerto de Portsmouth en septiembre de 1982.
Todas las objeciones tienen
respuesta, sin embargo. Por un lado, el príncipe Andrés, que estaba embarcado en
el Invencible, se refirió al ataque en una entrevista televisada.
También lo hizo un enfermero transexual del portaaviones, llamado Brian Cash,
que manifestó padecer un trauma por haber tenido que atender “terribles heridas”
en la enfermería del navío, debidas a los feroces ataques de aviones argentinos
durante el conflicto.
En cuanto al regreso tardío del
barco, marinos amigos me han informado que el mismo tenía dos “mellizos”, el
Ilustrious y el Ark Royal, que bien pudieron entrar a puerto
haciéndose pasar por el Invencible.
Los británicos han establecido
un plazo de 90 años para difundir algunas informaciones referidas a la guerra de
Malvinas. Entre ellas las vinculadas con la suerte corrida por el
Invencible. En lo que me respecta, tengo formada opinión sobre el
particular.