El Director
La Iglesia vuelve a las trincheras en Venezuela
«Ese sistema es totalitario y establece el control del Estado sobre todos los aspectos de la vida»
El mes pasado, la Conferencia Episcopal Venezolana hizo pública una exhortación pastoral de inusitada dureza. Sirvan algunas citas como muestrario: a la gravedad de la situación «se ha unido en los últimos meses la angustia generalizada del pueblo por la crisis económica que sufrimos, pues se ve sometido a dificultades nunca vistas para tener acceso a artículos de primera necesidad. Una deuda externa gigantesca, que hipoteca el futuro de los venezolanos, la inflación desbordada, la devaluación de nuestra moneda, el contrabando de extracción y el desabastecimiento de productos básicos han generado el empobrecimiento creciente de amplios sectores de la población, particularmente los de menos recursos económicos. Esta crisis se acrecienta por la corrupción administrativa, el centralismo, el saqueo de las divisas del fisco, la reciente baja de los precios del petróleo, y por la ineficacia de las medidas y planes que está aplicando el Gobierno Nacional para enfrentarla.»
Ciertamente parece el discurso de un político opositor. Pero no es más que la Iglesia Católica haciendo lo que tiene el inconstestable deber moral de hacer: ser la voz de los pobres. Y en la misma línea, la Conferencia Episcopal explica que la causa de esta caótica situación: «es la decisión del Gobierno Nacional y de los otros órganos del Poder Público de imponer un sistema político-económicode corte socialista marxista o comunista. Ese sistema es totalitario y centralista, establece el control del Estado sobre todos los aspectos de la vida de los ciudadanos y de las instituciones públicas y privadas. Además, atenta contra la libertad y los derechos de las personas y asociaciones y ha conducido a la opresión y a la ruina a todos los países donde se ha aplicado.» Se puede decir más alto, pero no más claro.
Es sabido que la palabra de la Conferencia Episcopal Venezolana tiene nulo valor para Maduro y para sus palmeros españoles. Ellos, con Monedero a la cabeza, nos seguirán diciendo que el chavismo ha dado el poder al pueblo y ha acabado con la miseria. Pero quienes tienen que rescatar cada día a los pobres de morir de hambre nos cuentan otra película, como puede verse en esa exhortación. Y hacen una llamada a la concertación para la que «es preciso el respeto absoluto de los derechos humanos». Y si la Conferencia Episcopal pide que se respeten, es porque la revolución bolivariana de Juan Carlos Monedero ha acabado con ellos.