martes, marzo 11, 2014

Envío número: 597 - 3 de marzo de 2014 
 
Milagros y revelaciones del Divino Rostro de Jesús
El martes 4 de marzo se celebra el día del Divino Rostro de Jesus
  
Dijo Jesús a Pierina: "Quiero que Mi Rostro, que refleja las penas más íntimas, el dolor y el amor de Mi Corazón, sea más honrado. Quien me contempla, me consuela". La Madre Pierina, que es siempre la fiel confidente, se hace portavoz de este ruego y, poco a poco, la devoción al Divino Rostro se va consolidando de un modo concreto gracias a la intervención milagrosa de la Santísima Virgen, que ordena y dispone: un escapulario, una medalla, los medios para costearla, y una fiesta después del martes de quincuagésima para honrar la Santa Faz.
 
El martes anterior al Miercoles de Ceniza es cuando Jesús pide a Pierina se instaure la fiesta para honrar Su Santa Faz. María Pierina de Michelis fue beatificada el domingo 30 de mayo de 2010 en la Iglesia de Santa María la Mayor, en Roma, y de ella provienen estas hermosas revelaciones sobre el Divino Rostro del Señor.
 
Dijo Pierina: Tenía doce años cuando un Viernes Santo esperaba en mi Parroquia mi turno para besar el Crucifijo, cuando una Voz clara me dijo:
 
¿Nadie me da un beso de amor en el Rostro para reparar el beso de Judas?
 
En mi inocencia de niña, creí que todos habían escuchado la Voz, y sentía pena viendo que la gente continuaba besando las llagas y ninguno pensaba besarlo en el Rostro.
 
"Te doy yo Jesús el beso de amor, ten paciencia", y llegado el momento le estampé un fuerte beso en la Cara con el ardor de mi corazón.
 
Era feliz pensando que Jesús, ya contento, no tendría más pena. Desde aquel día el primer beso al Crucifijo era a Su Divino Rostro y muchas veces los labios rehusaban separarse porque me sentía fuertemente retenida.
 
Con los años, la niña se hizo mujer, y sorprendida sintió un día como el beso a Jesús se encontró con una mejilla humana, suave y tibia. La experiencia cambió su vida, para siempre.
 
Desde esta simple mujer nace la devoción al Divino Rostro de Jesús. Conozca la historia, y enamórese también del Rostro del Señor, un regalo para nuestros tiempos.