Las 16 frases más 
      sorprendentes del Papa Francisco 
      
El estilo pastoral de Francisco es nuevo 
      para el mundo. Sus dichos, casi siempre improvisados y en lenguaje 
      sencillo y directo, marcan la nueva era del Vaticano. 
      
1. Desperdiciar alimentos es robar “En muchas partes del mundo, no obstante el hambre y la desnutrición, se desechan los alimentos. Cuando la comida se comparte de modo justo, nadie carece de lo necesario. Los alimentos que se tiran a la basura son alimentos que se roban de la mesa del pobre, del que tiene hambre ”
1. Desperdiciar alimentos es robar “En muchas partes del mundo, no obstante el hambre y la desnutrición, se desechan los alimentos. Cuando la comida se comparte de modo justo, nadie carece de lo necesario. Los alimentos que se tiran a la basura son alimentos que se roban de la mesa del pobre, del que tiene hambre ”
2. Contra la cultura del descarte 
      “El egoísmo y la cultura del descarte han conducido a 
      desechar a las personas más débiles y necesitadas”
3. Contra la cultura del bienestar 
      “No, no, no más de un hijo, porque no podemos tomar 
      vacaciones, no podemos ir a tal sitio, no podemos comprar la casa’. Es 
      bueno seguir al Señor, pero hasta cierto punto. Esto es lo que hace el 
      bienestar: nos lleva hacia abajo, nos quita el coraje, aquel coraje fuerte 
      para caminar cerca de Jesús”. 
4. Contra la tiranía de los 
      mercados y el culto al dinero “El antiguo culto al becerro de 
      oro ha encontrado una imagen nueva y despiadada en el fetichismo del 
      dinero y en la dictadura de una economía, que no tiene rostro. Hoy no 
      manda el hombre sino el dinero. ¡El dinero debe servir y no gobernar!” 
      
5. Respeto a los no creyentes 
      “Considerando que muchos de ustedes no pertenecen a la 
      Iglesia Católica , y otros no son creyentes, les doy de todo corazón esta 
      bendición, en silencio, a cada uno de ustedes, respetando la conciencia de 
      cada uno, pero sabiendo que todos son hijos de Dios. Que Dios los 
      bendiga”. (A los periodistas acreditados en El Vaticano) 
6. Los ateos también son salvos 
      “El Señor nos ha salvado a todos con su sangre, no solamente 
      a los católicos. ‘Pero Padre, ¿y los ateos?’ También ellos. ¡Todos! Esa 
      sangre nos hace hijos de Dios de primera categoría. ‘Pero yo no creo, 
      padre, ¡soy ateo!’ ¡Pero haces el bien y allí nos encontramos! Todos 
      tenemos el deber de hacer el bien”. 
7. La Iglesia no es una aduana 
      “Piensen en una joven madre, que va a la Iglesia: ‘quiero 
      bautizar a mi niño’. Y le dicen: ‘No, no puedes porque no estás casada’. 
      Esta joven, que tuvo el coraje de llevar adelante su embarazo y no 
      devolvió su hijo al remitente, ¿qué encuentra? ¡Una puerta cerrada! ¡Esto 
      aleja del Señor! Jesús se indigna cuando ve estas cosas. A menudo nos 
      comportamos como controladores de fe y no como facilitadores. La Iglesia 
      no es una aduana. Pidamos al Señor que todos aquellos que se acerquen a la 
      Iglesia encuentren las puertas abiertas”. 
8. Una Iglesia libre de ideologías 
      “Los ideólogos falsifican el Evangelio. Cualquier 
      interpretación ideológica, venga de una parte o de otra, es una 
      falsificación del Evangelio. Estos ideólogos -y lo hemos visto en la 
      historia de la Iglesia- acaban por convertirse en intelectuales sin 
      talento, éticos sin bondad. Y de belleza, ni hablemos, ya que no entienden 
      nada”.
9. Jesús, única puerta 
      “Jesús es la única puerta para entrar en el Reino de Dios; 
      todos los otros senderos son engañosos, no son verdaderos, son falsos. […] 
      La identidad cristiana es una pertenencia a la Iglesia… porque no es 
      posible encontrar a Jesús fuera de la Iglesia”. 
10. Que las monjas no sean 
      “solteronas” “La castidad es un carisma que amplía la 
      libertad de la entrega a Dios y a los demás con la ternura, la 
      misericordia y la cercanía de Cristo (…). Pero, por favor, una castidad 
      fecunda, una castidad que genera hijos espirituales en la Iglesia. La 
      consagrada es madre, tiene que ser madre y no solterona. Perdónenme si 
      hablo así, pero es importante esta maternidad de la vida consagrada, esta 
      fecundidad”. 
11. La oración no es aburrida, la 
      eternidad tampoco “La oración que nos aburre está dentro de 
      nosotros mismos como un pensamiento que va y viene; la oración en nombre 
      de Jesús nos hace salir de nosotros mismos. […] La eternidad será esto: 
      alabar a Dios. Pero no será aburrido, será bellísimo”. 
12. La confesión no es una sesión 
      de tortura ni una lavandería “Jesús, en el confesionario, no 
      es un producto de limpieza en seco. La posibilidad de avergonzarse es una 
      verdadera virtud cristiana, e incluso humana. Bendita vergüenza(…). Así es 
      como llegamos a ser conscientes del mal realizado (…) ¿Y si mañana hago lo 
      mismo? Ir de nuevo…. Él siempre nos espera. El confesionario no es una 
      sesión de tortura, sino el lugar donde Dios nos invita a experimentar Su 
      ternura”. 
13. Dios no es un aerosol 
      “Dios es una persona concreta, no un Dios difuso, un Dios 
      spray, que está un poco por doquier, pero no se sabe qué es”. 
14. La Iglesia no es una niñera 
      “Si anunciamos el cambio la Iglesia se convierte en una 
      Iglesia madre que genera hijos, para que nosotros, hijos de la Iglesia, 
      llevemos (el Espíritu Santo ). Pero cuando no lo hacemos, la Iglesia se 
      convierte no en madre, sino en Iglesia baby-sitter, que cuida al niño para 
      hacerlo dormir. Es una Iglesia adormecida”.
15. Pecadores sí, corruptos no 
      “El problema no es ser pecadores, sino no arrepentirse del 
      pecado, no tener vergüenza de lo que hemos hecho. Pese a que Pedro era 
      pecador, Jesús mantuvo su promesa de edificar sobre él su Iglesia. Pedro 
      era pecador, pero no corrupto. Pecadores, sí, todos: corruptos, no”. 
      
16. Que los cristianos trabajen en 
      política “Los cristianos no podemos lavarnos las manos, 
      debemos meternos en política porque la política es una de las formas más 
      altas de la caridad ya que busca el bien común. Los cristianos deben 
      trabajar en política. La política es sucia, se dice. Pero ¿por qué? ¿Será 
      porque los cristianos no se han metido en política con espíritu 
      evangélico?”