ROMA.- Francisco
volvió hoy a arremeter contra la corrupción, hablando incluso de la
"diosa coima" en la misa matutina que celebra en la capilla de la
residencia de Santa Marta, donde vive.
Al comentar la parábola del administrador deshonesto,
en su sermón cotidiano el Papa comenzó reflexionando sobre el "espíritu
de mundanidad", que definió "el enemigo" y lanzó luego un verdadero
anatema contra esa mala costumbre de coimear, según informó Radio
Vaticana. De hecho, con su tradicional estilo directo y sencillo, hasta
llamó a rezar "para que el Señor cambie el corazón de estos devotos de
la diosa coima y se den cuenta de que la dignidad viene del trabajo
digno, del trabajo honesto, del trabajo de todos los días y no de estos
caminos más fáciles que al final sacan todo".
En la parábola del Evangelio, el dueño elogia al
administrador deshonesto por su viveza. "¡Eh, sí, es un elogio a la
coima!", exclamó el Pontífice, que subrayó que la "costumbre de la coima
es una costumbre mundana y fuertemente pecadora".
"Es una costumbre que no viene de Dios: ¡Dios nos mandó
a llevar el pan a casa con nuestro trabajo honesto! ¡Y este hombre, el
administrador, le daba de comer a sus hijos pan sucio! Y sus hijos
quizás eran educados en colegios caros, quizás crecidos en ambientes
cultos, pero habían recibido de su padre, como comida, suciedad, porque
su papá, llevando pan sucio a casa, había perdido la dignidad", explicó.
"Y éste es un pecado grave, porque se empieza con una pequeña coima,
pero es como la droga ¿eh?", advirtió.