Los Kirchner mandaron construir una bóveda blindada para millones de dólares
El arquitecto de su casa de El Calafate, en el sur de Argentina, divulga el lugar exacto de la habitación, en la que cabrían tres mil millones de euros
El último capítulo de la red de corrupción y evasión de divisas que salpica a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, y a su difunto marido, Néstor Kirchner,
tiene como protagonista una enorme bóveda que el matrimonio mandó
construir en su casa de El Calafate, al sur del país. En el interior de
la habitación blindada se almacenarían presuntamente millones de dólares y euros fruto de comisiones, sobornos y turbios negocios inmobiliarios.
Ernesto Cañas,
arquitecto del chalet de la presidenta argentina, confirmó la existencia
de la cámara en el programa de televisión Periodismo Para Todos (PPT),
que conduce el periodista Jorge Lanata. En este espacio dio a conocer los planos de la vivienda, las dimensiones y la localización concreta de la bóveda que tiene capacidad para almacenar unos tres mil millones de euros, según las estimaciones de Lanata.
Kirchner compró la puerta blindada a un banco quebrado
Lanata hizo una reconstrucción en el estudio de televisión
del cuarto secreto que Cristina Fernández tiene en «mi lugar en el
mundo», como suele referirse a la casa que construyó a pocos kilómetros
del majestuoso glaciar Perito Moreno.
El arquitecto explicó que la bóveda se encontraba en una sección
colindante al gimnasio donde la presidenta, de acuerdo a sus
testimonios, camina cerca de una hora en la cinta automática cuando se
encuentra en su lugar de descanso.
Cañas mostró los planos de la vivienda, «de 350 metros
cuadrados más un subsuelo o sótano» , detalló. En éste sector está
empotrada la cámara blindada, modelo menor de una habitación del pánico.
Otros testimonios
La confirmación de la existencia de esta dependencia se produjo después de que Miriam Quiroga, ex secretaria y última amante -según confesión propia- de Néstor Kirchner lo advirtiera en una entrevista. Sus declaraciones coinciden con las de Eduardo Arnold, exvicegobernador de Néstor Kirchner durante ocho años y las de personal cercano a la familia.
La corrupción con epicentro en la Presidencia de Argentina se puso sobre el tapete con la aparición de dos arrepentidos que confesaron formar parte de un plan sistemático de evasión de capitales con destino en paraísos fiscales. El mismo estaría, presuntamente, articulado por Lázaro Báez, socio o testaferro de Néstor Kirchner según los imputados. La causa judicial sigue su curso.