La figura de Bergoglio dividió opiniones entre los kirchneristas
Por Leonardo Mindez
El diario Página 12, el programa 6,7,8 y D’Elía lo atacaron. Lo defendieron Mariotto, Pérsico y el Chino Navarro.
En un acto organizado en Avellaneda para inaugurar la sede de la universidad de ese partido del conurbano, la Presidenta Cristina Kirchner no mencionó al nuevo Papa Francisco, pero no se privó de enviar un mensaje, sin nombrarlo, a Daniel Scioli: “Yo no necesito a nadie que me diga lo que es la provincia”, dijo.
15/03/13
El dogma de su fe no está expuesto a interpretaciones. El
entramado de sus decisiones se esconde entre paredes infranqueables. El
evangelio que baja desde la cúpula, acaricia el alma y refuerza la fe de
la feligresía. Las disidencias apenas se susurran con temor en los
vestíbulos. Es norma: la iglesia kirchnerista no debate en público. Pero
toda norma tiene su excepción y la sorpresiva elección de Jorge
Bergoglio como el Papa Francisco dejó expuestas como pocas veces
reacciones encontradas del amor al odio al interior del universo K.
Apenas
se conoció la noticia en la tarde del miércoles, los kirchneristas más
activos en las redes sociales elevaron su bronca a ese cielo virtual.
“FRANCISCO I es a América Latina lo que Juan Pablo II fue a la Unión
Soviética. EL NUEVO INTENTO DEL IMPERIO POR DESTRUIR LA UNIDAD
SURAMERICANA (sic)”, escribió Luis D’Elía en Twitter. La legisladora
porteña del FPV y líder del movimiento gay María Rachid se preguntó en
su cuenta: “Lxs que están festejando y se dicen progresistas y/o de
izquierda: tienen idea quién es Bergoglio? Y bueh ... Es genocida,
homofóbico y machista, pero es NUESTRO genocida, homofóbico y
machista!”.
El tono gélido de la carta de salutación de la
Presidenta y el formal deseo de suerte que le envió hacia el final de su
discurso en Tecnópolis entre los chiflidos del público parecieron ser la excusa perfecta para que muchos funcionarios masticaran su bronca en privado por la elección de un obispo que había confrontado con Néstor y Cristina.
La
tapa de Página 12 y la nota de Horacio Verbitsky, reiterando sus
denuncias por la actuación de Bergoglio durante la dictadura y augurando
un papado de tinte “conservador populista” que intentará detener las transformaciones políticas en Latinoamérica fue la expresión de la bronca de muchos kirchneristas.
Pero ayer comenzaron a oírse otras voces.
El
vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto lo definió como un “Papa
peronista” con “gran militancia y cosmovisión tercermundista” y, al
contrario de Verbitsky, le adjudicó “cercanía con el proyecto político
de esta Latinoamérica”. Mariotto presenció anoche un informe adverso a
Bergoglio en el programa oficialista 6,7,8. En un hecho inusual, rechazó
los cuestionamientos y de los propios panelistas del programa.
“Es
un peronista, comprometido con los más humildes, con el que hemos
trabajado juntos en las villas, con los cartoneros, luchando contra el
paco. Los que piensan que su papado va a afectar al Gobierno es porque
no lo conocen”, le dijo a Clarín el líder del Movimiento Evita y
subsecretario de Agricultura familiar, Emilio Pérsico, que recordó que
Bergoglio lo autorizó el año pasado a organizar una misa por la salud de
Hugo Chávez.
Para Pérsico, las disputas de los Kirchner con
Bergoglio nunca fueron personales sino en tanto representante de la
Iglesia argentina. “Los gestos que mostró el primer día, el llamado a
caminar, edificar y confesar en Jesús muestra que va a intentar
transformar a la Iglesia”.
Su ladero en el Evita, el diputado
provincial e integrante de la mesa de “Unidos y Organizados” Fernando
“Chino” Navarro aseguró que Bergoglio “es una persona de centro con una
clara opción por los pobres que si se lo compara con los que estaban
antes, es casi del PRT”. Y agregó: “No tengo dudas de que está más cerca
de las posiciones de este gobierno que de muchos dirigentes de la
derecha que con mucho vedetismo quieren mostrarse hoy cercanos a él”.