Saqueo de supermercados: hijo del saqueo institucional
El saqueo de la economía y el saqueo de las instituciones republicanas tienen como resultado el saqueo de los supermercados.
De este fenómeno de los saqueos que estamos viendo en distintos
puntos del país, y ante el fuego cruzado de acusaciones entre el
gobierno y dirigentes sindicales, hay un solo dato que para mí es el
definitivo: en un país sin la pobreza, la indigencia, el clientelismo
político, la inflación y la falta de trabajo que impera en Argentina,
esto no ocurre. Podrán pasar otro tipo de cosas, pero si no hay un caldo
de cultivo que genere violencia, no hay saqueos.
Es cierto quien se roba un televisor y otros electrodomésticos no es
por hambre, pero se sabe que cuando ocurren este tipo de cosas, el
saqueo es indiscriminado. Si es el mismo tipo de saqueos que vimos en el
2001 cuando lo voltearon a De la Rúa.
Leyendo información en los medios y recibiendo algo de información,
se sabe que es común que a fin de año grupos de gente que vive en
asentamientos muy precarios suelen ir a los supermercados a exigir que
les armen paquetes de comida navideños. Por más pobreza que haya,
tolerar este tipo de aprietes es inamisible. Pero más inadmisible es que
la misma dirigencia política, en este caso el gobierno, acepte este
mecanismo de, o me das la canasta familiar o te rompo todo.
Pero yendo al fondo del problema, si algo ha quedado en evidencia es
el total fracaso de este populismo barato del kircherismo que lo único
que buscó en todos estos años fue crear una fiesta artificial de consumo
que hoy no puede mantener a costas de crear una creciente masa de
pobres.
El relato oficial se cae solo ante los saqueos. Si el país creció
como dice el relato oficial. Si tantos puestos de trabajo se crearon. Si
la Asignación Universal por Hijo es un logro porque le permite a la
gente alimentar a su familia a cambio de que sus hijos vayan al colegio.
Si el mundo maravilloso que desde el atril nos describe Cristina
Fernández existiera realmente, dudo que un grupo de dirigentes
sindicales estuvieran en condiciones de organizar una serie de saqueos
en diferentes puntos del país. ¿Quién les prestaría atención si, como
dice el gobierno, casi se terminó la pobreza, el salario de Argentina es
el mal alto de toda América Latina, el modelo de sustitución de
importaciones ha sido un éxito y todas las otras virtudes que suelen
describir de una política económica que, todos sabemos, es totalmente
inconsistente? Si hay saqueos es porque hay caldo de cultivo para que se
produzcan.
Pero los saqueos no son solamente los que vemos en los supermercados.
Aquí se ha saqueado el país destruyendo el sistema energético, las
rutas, el stock ganadero, el ingreso de la gente con la inflación, la
propiedad privada, los ahorros que la gente tenían en las AFJP, el
sistema ferroviario y los subterráneos, todo para financiar el populismo
más exacerbado.
Pero además se saquearon las instituciones de la república. Se
bastardeó la democracia. Se atropelló a la justicia. Si ignoraron los
fallos de la Corte Suprema de Justicia. Se utilizó a los organismos
recaudadores como mecanismos de presión. En definitiva, en nombre de un
54% que no es tal, se estableció un ambiente de irritación, violencia
verbal, enfrentamiento entre argentinos, descalificaciones de personas y
todo tipo de agresiones verbales para imponer un sistema hegemónico. Y
ese proyecto necesita de una creciente población pobre que sea sumisa a
los dictados del oficialismo.
El kirchnerismo ha creado este clima de violencia. Nunca buscó la paz y la concordia, sino el enfrentamiento y la agresión.
Lo que vemos hoy en saqueos, si es organizado o no, no lo sabemos.
Pero sí sabemos que fue el gobierno el que creó todas las condiciones de
pobreza y violencia verbal para que veamos, como 11 años atrás,
disturbios en la calle con violencia.
Si el kirchnerismo hubiese aprovechado las condiciones excepcionales
que imperaron en la economía mundial para hacer crecer el país y
terminar realmente con la pobreza y la indigencia, hoy no habría este
caldo de cultivo para los saqueos, los cuales, dicho sea de paso, si
están organizados, también habría que ver quien realmente los organizó.
Lo concreto es que las condiciones excepcionales del mundo fueron
utilizadas para hacer populismo barato. El kirchnerismo fue una máquina
de crear pobreza e indigencia. La misma que hoy volvemos a ver saqueando
supermercados.
El saqueo de la economía y el saqueo de las instituciones republicanas tienen como resultado el saqueo de los supermercados.
El kirchnerismo lo hizo.
Roberto Cachanosky