El PAMI, con caja millonaria y contrataciones directas
Su presupuesto es de $ 26.000 millones. Denuncian mala atención y gastos innecesarios.
Déjà vu. La gestión de Luciano Di Césare, un hombre del jefe de la SIDE, Héctor Icazuriaga, al frente del PAMI acumula enojos y denuncias públicas por mala atención a los jubilados y una semi privatización del servicio de urgencias de ambulancias con un costo de 90 millones de pesos anuales. Periodismo para Todos, el programa de Jorge Lanata contó anoche quién es Di Césare y cómo está el PAMI.
Según describieron en PPT, el PAMI cuenta con gran cantidad de ambulancias en buen estado. Lo mismo sucede con otras tantas que esperan en los talleres para ser reparadas. Esas ambulancias que no están en la calle, generaron reclamos y habilitaron a Di Cesare para que contratara en forma directa el servicio privado de ambulancias por unos 90 millones de pesos anuales. Pero estas ambulancias privadas no tienen exclusividad con la obra social de los jubilados y en muchos casos los beneficiarios del PAMI deben esperar horas.
Esa desidia y la falta de asistencia rápida sumada al deterioro que sufren muchos de los institutos médicos propios del PAMI, en los que faltan insumos y tecnología, hicieron que Francisco Ontivero muriera por falta de atención a tiempo. Francisco era hijo de Walter, ex chofer de un camión de caudales y con una enfermedad crónica que lo obligó a “jubilarse” antes de tiempo. Por eso, toda su familia tiene PAMI. Cuando Francisco comenzó con problemas respiratorios y cuadros de asma severos que requirieron de traslados urgentes y días de internación, Walter advirtió las falencias de PAMI en el servicio de emergencias y contrató, por su cuenta, un servicio aparte, VITAL. Pero no alcanzó. El 24 de julio, Francisco volvió a sentirse mal, sus papás llamaron a las ambulancias de PAMI y Vital, pero como ninguna llegaba lo trasladaron ellos mismos al Hospital Materno Infantil donde ingresó con un paro cardio respiratorio. En ese hospital no había terapia intensiva pediátrica y debían trasladarlo. A las 13 les informaron que en el Hospital de San Justo contaban con esa terapia y los padres de Francisco pidieron el traslado. La ambulancia de PAMI, les dijeron, había chocado. No llegó. Francisco murió a las 16.30.
Pero el problema del PAMI no sería la falta de fondos ni recursos. Para 2012, presupuesto del Instituto, autónomo del poder Ejecutivo, ascendió a 26 mil millones de pesos y se transformó, igual que la ANSES, en una caja codiciada por el Gobierno nacional. Hasta julio de este año, la administración de Cristina Kirchner había tomado 2.330 millones de pesos de la obra social de los jubilados.
El responsable de administrar esos fondos y garantizar la buena gestión del manoseado PAMI Luciano Di Césare, ex titular de la Caja de Servicios Sociales de Santa Cruz, hoy instalado en Buenos Aires con departamento en la coqueta avenida Alvear. Di Césare llegó al PAMI en tiempos de cambio, 2004.
Trabajó con la ex interventora de la obra social de los jubilados, Graciela Ocaña a quien reemplazó cuando esta dejó el cargo en 2007. Pero si Ocaña fue al PAMI para transparentar la gestión, volver a la prestación directa de servicios y terminar con el sistema de tercerizaciones que diseñó el interventor menemista, Víctor Alderete y que quebró al PAMI; Di Césare, sin peso político propio dentro del Instituto, está volviendo a las viejas prácticas.