Félix:
Todo lo que hablamos el
otro día y lo que te mando ahora no es sino un refuerzo de lo que tu madre y yo
les hemos enseñado y practicado toda la vida en casa. Con el agravante que la
revolución cultural y en las costumbres ha seguido caminando todos estos años
hasta paroxismos y aberraciones
antes inimaginables (divorcio,
homonimio, educación sexual, bombardeo erótico universal segundo tras segundo,
TV imposible, vestimentas imposibles, etc.,
etc.) y lo sigue
haciendo en cada momento, como por el ejemplo el aborto que en estos días se
está aprobando en el Uruguay, y las increíbles declaraciones de CK quien en uno
de sus últimos discursos delirantes dijo: "Que me perdone la Santa Madre
Iglesia, pero gracias a la píldora se ha conseguido la liberación femenina".
Blasfemia, apostasía y herejía en dos renglones.
Te mando una selección de
textos del libro de FRV, increíble, una bomba, no somos los únicos
locos.
Y el capítulo de Mons.
Henri Delassus sobre corrupción de costumbres. Entre la gradualidad de éstas y
la revolución cultural gramsciana se ha producido un impresionante avance del
plan masónico entre las familias católicas; España e Italia, países de tradición
católica, tienen récord de bajos nacimientos por el control de la natalidad; los
católicos se divorcian en igual número que los no católicos y lo mismo pasa con
el control de la natalidad. E igual en los demás países del mundo católico.
Lo cual quiere decir que los católicos han claudicado y que el catolicismo ya no
constituye más una barrera frente a la paganización de las costumbres y han
aceptado las pautas culturales y sociales de la revolución cultural, de la
masonería y la revolución anticristiana; lo cual se debe en principal medida al
letargo y silencio casi total del clero, empezando por las jerarquías, salvo
honrosas excepciones. "Los que debían hablar, callaron" (Mariana de Jesús
Torres); y la cuasi apostasía de la tercera parte del clero de Austria, etc. No
lo digo yo, sino Ntra. Señora de La Salette.
Hay
que preservar
y reforzar a todo
lo que da nuestros baluartes, nuestras barreras, nuestras fortalezas, nuestros
refugios, nuestros ghettos, que por la gracia de Ntra. de Fátima existen.
"Estáis en el mundo, pero no sois del mundo" (NSJ en la última cena, Evangelio
de San Juan).
Blessings; después
te sigo porque no quiero aplastarte.
Papá