Gurdon y Yamanaka, premios Nobel de Medicina pro-vida
Hispanidad, viernes, 12 de octubre de 2012
Gracias a las
investigaciones llevadas a cabo por el anglosajón John B. Gurdon y el nipón
Shinya Yamanaka (en la imagen), ambos profesionales ha sido
distinguidos con el Premio Nobel de Medicina, padres de la reprogramación
celular.
Han conseguido la
creación de células de idéntico comportamiento que las células embrionarias,
pero sin tener que destruir embriones humanos. La academia sueca declaró que
tanto Gurdon como Yamanaka “han revolucionado nuestros conocimientos de cómo se
desarrollan las células y los organismos” lo que ha permitido perfeccionar los
insólitos “métodos de diagnóstico y terapia”.
Jhon Bertrand
Gurdon, profesor del Departamento de Zoología de la Universidad de
Cambridge, manifestó sentirse “inmensamente honrado” por un privilegio tan
“espectacular”.
Por otra parte, Shinya
Yamanaka, consiguió las células madre pluripotentes inducidas (iPS), con las
mismas propiedades que las embrionarias y capaces de convertirse en cualquier
tipo de célula del organismo. “Seguiré investigando para poder contribuir
realmente a la sociedad y a la medicina. Es un deber”.
Yamanaka inventó cuatro genes que proporcionan a
las células la
pluripotencialidad, o sea, la misma capacidad que tienen las células madre
embrionarias. Implantadas en células diferenciadas, por ejemplo de piel, las
transforman en células madre pluripotentes. Las iPS proporcionan tanta
plasticidad como las células madre embrionarias, pero no exigen exterminar, ni
clonar embriones humanos ya que las células de partida se pueden obtener del
mismo enfermo. En este aspecto tienen las mismas prerrogativas que las células
madre adultas, con el añadido de su mayor versatilidad.
Los dilemas que suscitan las iPS están en vías de
solución gracias a los últimos estudios de Keisuke Kaji (Universidad de Edimburgo) y
Andreas Nagy (Samuel Lunenfeld Research Institute, en el Mount Sinai Hospital de
Toronto).
Las iPS logradas conservan perennemente su
pluripotencialidad. Falta por investigar cómo controlar la diferenciación de
estas células para que den lugar al tejido que se precise en cada caso. De modo
que no se ha arribado a la última etapa, como afirma Kaji, en The Guardian: “Es un paso hacia el uso
práctico de células reprogramadas en medicina, que eliminará la necesidad de
recurrir a embriones humanos, como fuente de células madre”.
La Subcomisión Episcopal para la Familia y
Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal, afirma: “Ningún católico puede admitir,
en ningún caso, prácticas como el aborto, la eutanasia o la producción,
congelación y manipulación de embriones humanos”.
Por otra parte, el Diccionario de Bioética,
asevera que “es gravemente ilícito el uso, con finalidad terapéutica, de las
células madre embrionarias”.