El político más peligroso: el católico incoherente. O sea, Joe Biden
Hispanidad, viernes, 12 de octubre de 2012
Esta vez el
vicepresidente de los Estados Unidos y candidato a la relección por el Partido
Demócrata, no ha aparecido con un rosario en sus manos ni nos ha recordado que
es devoto de la Virgen de Guadalupe, casualmente
patrona de México y de la
Hispanidad.
No sé quién ha ganado el debate pero me acojo a la discusión sobre el
aborto. El republicano Paul Ryan se ha mostrado contrario a
todo tipo de aborto porque lo considera un asesinato contra un ser indefenso. La
lectura de, por ejemplo, la televisión española, ha sido inmediata: el amigo
Lorenzo Milá nos ha informado de que Biden es
más moderado y de que Ryan se vio forzado a explicar sus “contradicciones” sobre
el aborto. ¿Contradicciones?
En el debate, el hombre del rosario nos explicó
que era católico y creía en el dogma, pero que no podía imponer sus ideas
provida a otros. El poderoso vicepresidente ha vuelto a repetir el error de la
católica Geraldine Ferraro, aspirante a la vicepresidencia,
quien dijo exactamente lo mismo durante la campaña que enfrentó a Walter
Mondale con Ronald Reagan (1984).
El New York Times, abortista, le
respondió que muchas gracias pero que ese argumento no servía. Es, asegura el
editor, como si usted dijera “personalmente estoy contra la esclavitud pero no
puede imponer a otros mis ideas”.
Mire usted, señor Biden, el peor político es el
católico incoherente.
Eulogio López