Santo Domingo de Guzmán (1170-1221), fundador de la Orden de Predicadores
SANTO
DOMINGO DE GUZMÁN (1170-1221), fundador de la Orden de Predicadores o
Dominicos, nació en Caleruega (Burgos) y estudió en la Universidad de
Palencia. Fue prior de los canónigos regulares de Osma. Predicó la
Verdad frente a la herejía albigense en el Languedoc, donde se le
unieron varios compañeros, que fueron los primeros miembros de la Orden
de Predicadores. Es el primer fundador religioso español. Antes, en
1206, había fundado el primer monasterio de dominicas en Prouille, con
algunas jóvenes convertidas de la herejía albigense. Inocencio III había
alentado el proyecto de Domingo de utilizar sólo las armas del ejemplo
de vida apostólica y la palabra para atraer a los albigenses a la
verdad. Y su sucesor, Honorio III, en 1216 aprobó oficialmente la Orden
de Predicadores, de la que fray Domingo fue Maestro General hasta su
muerte, reelegido en los capítulos generales anuales, en París y en
Bolonia, aunque él quería dejar de dirigir la Orden, ir a misionar
infieles y ser mártir. Los cinco últimos años de su vida los pasó
recorriendo a pie Francia, España e Italia, predicando la Palabra de
Dios y alentando a los discípulos que previamente había enviado, de dos
en dos, a estudiar a las universidades, de las que pronto serían
profesores y a fundar “casa de predicación”. En su pobre zurrón no
faltaban dos joyas en pergamino: el Evangelio de San Mateo y las
Epístolas de San Pablo. Declararon en el proceso de canonización que
“sólo hablaba de Dios o con Dios”. Su otro gran amor era María, cuya
devoción, que inculcó a sus discípulos, “los frailes de María”, era la
semilla del Rosario, que los dominicos cultivarían y ofrecerían a la
Iglesia universal por medio de un Papa dominico, San Pío V.