Una mesa de millonarios y marcatistas
La CGT que se reúne en Balcarce 50 es una suma de lujos y nefastas trayectorias. La central de Hugo Moyano y Guillermo Pereyra no tiene nada que envidiarle.
1 Gerardo Alberto Martínez. Hombre todoterreno: fue personal de inteligencia del Batallón 601, funcionario de Menem, secretario general de la CGT noventista, y hasta gerente de una AFJP. Semejante trayectoria como buchón, burócrata, funcionario y empresario le valió la silla más cercana a Cristina. Nunca se subió a un andamio, es directivo de la UOCRA desde 1984, y cobra $56.500 por mes. Una de sus “brillantes” propuestas fue un ‘cupo para trabajadores extranjeros’, contra los albañiles inmigrantes.
2 Ricardo Pignanelli. Dirigente de la delegación San Justo en los ‘80, en 1998 se convierte en secretario gremial del SMATA. Allí ladea al Gordo José Rodríguez, entregador de la comisión interna de la Mercedes Benz donde había trabajado el propio Pignanelli. Hoy cobra un sorprendente sueldo: $17.000 del sindicato, y $43.000 de la empresa. Los trabajadores de Mercedes perdieron desde entonces el doble aguinaldo y otras conquistas del convenio.
3 Andrés Esteban Rodríguez Larrea. El ‘Centauro’ no se parece a un trabajador estatal. ¿O conocés alguno que gane $92.200 por mes y los lleve en una billetera Luis Vuitton? ¿Y que coleccione caballos pura sangre y aproveche su doble apellido para convertirse en director de la Comisión de Tradición de la Sociedad Rural? Su frase preferida la dijo Carlos Menem: “Yo soy de UPCN”. Cristina también…
4 José Luis Lingeri. El titular de Obras Sanitarias tiene dos autos importados, un chalet en Bariloche, un piso gigante en Recoleta y una empresa. Cuando le preguntaron por qué tanto lujo, ‘Tito’ se enojó: “¿Los sindicalistas tenemos que vivir en la Villa 21?” Se ve que desprecia a los trabajadores más pobres, esos que no tienen cloacas por la privatización que Lingieri apoyó, pero tampoco con la gestión actual. Que en su vida vieron juntos los $64.500 que cobra este ex funcionario menemista, hoy funcionario de la AySA kirchnerista.
5 Jorge Alberto Lobais. Otro fenómeno de doble personalidad. Hace décadas conduce la Asociación Obrera Textil, pero también es vicepresidente de la Fundación Protejer, que nuclea a los industriales del sector. Los textiles tienen como bandera “industria subsidiada, trabajo esclavo”, a decir por los favores oficiales y la condición obrera. Pero Jorge no pasa penurias, con sus $38.000mensuales (de salario sería mucho decir).
6 Juan Alberto Belén. Ladero de Antonio Caló, candidato a la secretaría general de la CGT-K. Desde 1974 es secretario seccional y luego directivo de la UOM nacional, donde sus integrantes cobran $31.000 por mes, 10 veces más que un peón metalúrgico. Autor de la famosa frase: “la CTA es la zurda loca, la manejan de afuera y a través de la Cuarta Internacional”.
7 Oscar Lescano. El secretario general de Luz y Fuerza lleva más de 35 años en su sillón. Fiel a su origen en la derecha peronista, asegura que “la Zurda está aprovechando lo que no pudo hacer en sus mejores momentos porque el peronismo no se lo permitió”. Impulsor de las privatizaciones, fue socio y patrón en las termo-eléctricas privatizadas de Salta, el Litoral y la Patagonia.
8 Armando Oriente Cavalieri. Hace 29 años que dirige el Sindicato de Comercio. Gana 102.000 pesos mensuales, 30 veces lo que junta un repositor o una cajera. Una estancia, un club de campo, empresas, Armando también se para de los lados del mostrador. Ayer ferviente menemista, hoy aliado del gobierno nacional y popular.
La mesa presidida por Cristina Kirchner era inagotable, es cierto. Pero no podemos olvidarnos de Roberto Fernández, el dirigente de la UTA que cobra $30.500 pesos mensuales mientras denuncia que “la ultraizquierda utiliza la inscripción gremial en el subte para generar caos”. Ni de Omar Maturana, que con $36.500 de sueldo le alcanza para su costosa campaña de afiches “No jodan con Perón”, enfrentando las denuncias contra Isabel Perón y la burocracia por los crímenes de la Triple A.
Mundo Obrero - Nacional
Está tratando de revivir el sindicalismo peronista histórico, el que salía a los tiros a cazar a los opositores de izquierda,
el que colaboraba con la Triple A.