La sociedad Cirigliano-Máximo, en el ojo de la tormenta
El cristinismo, conmocionado por las sospechas.
Quienes siguen de cerca el asombroso crecimiento del grupo Cirigliano advierten su ampliación a áreas cada vez más diversas, como los decodificadores para la televisión satelital, la importación de GNL y la compra acelerada de casinos con tragamonedas haciéndole competencia a Cristóbal López. Así es que de los 77 millones pesos en subsidios que el gobierno le entregó a TBA en enero pasado, sólo un tercio se habría utilizado para pagar sueldos y gastos de funcionamiento de la empresa. El resto, según una versión que circula en medios empresarios, se habría repartido en partes iguales entre Claudio Cirigliano y Máximo Kirchner, con la excepción de algunas participaciones menores, por ejemplo, la del secretario general de la Fraternidad, Oscar Maturano. Éste abandonó a Hugo Moyano, que ahora reapareció para enfrentarse con CFK por la negativa de ésta a modificar la base del mínimo no imponible de ganancias.Otros negocios escandalosos
Volviendo a la masacre de Once, la intención del gobierno, con la intervención light y transitoria decretada, apunta a salvar a los hermanos Cirigliano, apostando a que el correr del tiempo contribuya a diluir la gravedad de la crisis. Pero la presión de los familiares de los 51 muertos y 701 heridos puede ser difícil de soportar para la Casa Rosada. De ahí que Cirigliano ya estaría amenazando al gobierno con el siguiente planteo: si finalmente le van a rescindir la concesión, exigiría que le paguen o, en caso contrario, iniciaría acciones penales, administrativas y civiles para obtener la mayor indemnización posible por parte del Estado. Un mes atrás, Cirigliano habría recibido una señal negativa de parte de Guillermo Moreno. Éste lo excluyó de las nuevas negociaciones que encabeza para importar GNL, en este caso de Angola.
El año pasado, mucho antes de que empezara a soplar viento en contra, los Cirigliano consiguieron desembarcar en Bahía Blanca con Automotores Plaza, para quedarse con la mayor parte de los recorridos de colectivos de la ciudad, con un boleto de mínimo a 2,80 pesos. Esta prebenda habría sido el fruto de la gestión del ex diputado nacional Dámaso Larraburu, que es el jefe político de la sexta sección electoral junto al diputado nacional ultracristinista Carlos Cuto Moreno. Éstos trabajaron acompañados por el lobbista de los Cirigliano, el abogado Luis Corcuera Ibáñez. Sin embargo, la aventura de los Cirigliano en Bahía Blanca fracasó rotundamente por las fallas del servicio, lo que provocó fuertes reacciones locales. Todo terminó con la salida de Automotores Plaza y la creación de un servicio municipal de transporte que funciona muy bien, gracias la gestión del intendente Gustavo Bevilacqua.
Guillermo Cherashny