Hace dos días se presentó una denuncia por enriquecimiento ilícito
contra el vicepresidente Amado Boudou, que recayó en el juzgado del juez
federal Ariel Lijo, interviniendo el fiscal Jorge di Lello. El
magistrado tiene un hermano abogado que suele tomar en su estudio la
defensa de funcionarios corruptos del cristinismo. A Boudou lo defendía
Jacobo Grossman, pero ahora lo defiende Luis Durañona y Vedia, hermano
del intendente de Capilla del Señor y ex alto funcionario de la ANSES.
Tres causas
En fuentes tribunalicias se comenta que ya habría un fuerte lobby
para que, a través del hermano Lijo, la nueva denuncia sea desestimada.
La misma incluye a varias personas, entre los testaferros del vice, en
diversos negocios. La más notoria es la novia de Boudou, Agustina
Kaempfer, que adquirió dos suntuosos departamentos, uno en Puerto Madero
y otro en Palermo. Ahora el vice acumula tres causas: la que señalamos
acá, la de Ricardo Moner Sans ante el juez Daniel Rafecas, por lavado de
dinero y negociaciones incompatibles con la función pública, y una
tercera en la cual Boudou dice que le hackearon su mail. Algo muy
parecido al caso del prófugo del caso Etchecopar, el delincuente de 26
años que utilizó el Ford Galaxy de su propiedad para el robo y se
presentó a denunciar como robado su auto, pero la policía lo busca como
el tercer hombre.
Estas compras de la novia de Boudou en su carácter de prestanombre las señalamos en la nota “Cristina vuelve a acercarse a Boudou “.