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La mentira del asesinato de Angelelli | |
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El
 día 4 de agosto de 1976, a la altura del Km 1.058 de la Ruta Nacional 
38, en cercanías de la localidad de Punta de los Llanos, en la Provincia
 de La Rioja, como consecuencia del vuelco de la camioneta marca Fiat 
125, tipo multicarga, chapa patente F 007968, propiedad del Obispado de 
La Rioja, fallece Monseñor Enrique Ángel Angelelli y se lesiona el 
Vicario-cura Arturo Aldo Pinto… 
Por José Fernando Ares | |
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Los hechos y su carátula 
Socorrido
 el supérstite y apersonado un contingente policial provincial de 
inmediato, se instruye el sumario N° 5090-6 que determina que lo 
ocurrido fue un accidente. A fojas 21 y siguientes de dicho sumario, se 
incluye la pericia mecánica a cargo del Perito Mecánico Ramón Antonio 
Soria, quien claramente señala el carácter accidental de lo ocurrido. 
Con
 fecha 4 de agosto de 1976, el médico forense Dr. Enzo Herrera Páez 
eleva el informe de las lesiones que presenta el cuerpo del occiso. Las 
conclusiones sumariales solamente se refieren a un accidente que tiene 
como hipótesis un hecho fortuito o alguna imprudencia por parte del 
conductor. El Juzgado de Instrucción en lo Criminal y Correccional N° 1,
 a cargo del Dr. Rodolfo Nicolás Vigo. Secretaría del Dr. Elmer Raúl de 
la Fuente, caratuló esta causa A-2516 como "Angelelli, Monseñor Enrique 
Ángel s/fallecimiento", con lo que demuestra la ausencia total de 
sospechas sobre otro tipo de causal del deceso. Este encuadramiento no 
es objetado en ningún momento por la Fiscal interviniente, Dra. Guzmán 
Loza, Agente Fiscal de los Ministerios en Turno. 
A
 efectos de determinar la mecánica y las causas del accidente en forma 
imparcial e independiente, se recurrió a un experto en accidentes 
viales, quien luego de un pormenorizado y profundo análisis de todos los
 antecedentes y circunstancias existentes concluyó que: 
1)
 No existen acciones de agentes externos en la producción del choque. El
 5 de agosto de 1976 el diario "El Independiente" de La Rioja, periódico
 que se caracterizaba por el apoyo brindado a la gestión de Angelelli, y
 su oposición al gobierno del Proceso, en su edición N° 6553 informa: 
"Falleció en un accidente Monseñor Enrique Angelelli". Todos los 
comentarios y las versiones de este medio ratificaban la hipótesis del 
accidente, incluyendo la narración de un gomero de la Ciudad de Chamical
 que le habría advertido al Padre Pinto que los neumáticos de la 
camioneta estaban en pésimo estado y que no viajase de ese modo. 
En
 forma extraoficial, también se comentó que de la observación de los 
distintos rastros del accidente los investigadores habrían llegado a la 
conclusión que el vehículo era conducido por el Padre Pinto, pero para 
no tener que iniciarle proceso por presunto "homicidio culposo", dado su
 estado de salud, no determinó quién conducía la camioneta, dejando la 
duda sobre quién manejaba en el momento del accidente. Jamás fue claro 
el testimonio del Padre Arturo Pinto, sus incoherencias las justificó en
 la pérdida de la memoria y el shock causado por el accidente. Luego, su
 conducta posterior derivó en el alejamiento de la función sacerdotal, 
no sabiéndose a ciencia cierta si todavía ejerce o no como sacerdote. 
Los inventores de la fabulación martirial de Monseñor Angelelli siempre 
han tratado de colocarlo en un plano de hermetismo y evitan sacarlo a la
 palestra en todas las oportunidades. 
Los artífices del fraude 
El
 4 de agosto de 1983 se lleva a cabo en la ciudad de Neuquén un homenaje
 a Angelelli organizado por el Obispo local, Mariano Jaime de Nevares. 
Tiene a su izquierda a Miguel Hesayne, al fraile asaltante de 
regimientos Antonio Puigjané (todavía no había consumado su sangriento 
delito de La Tablada) y a un insólito Premio Nobel de la Paz, Adolfo 
Pérez Esquivel. Fue allí que el violento Puigjané lanzó por primera vez,
 oficiosamente, la mentira del asesinato de Angelelli. La banda de De 
Nevares consiguió incluso un efímero triunfo, que la justicia de Neuquén
 iniciara la investigación de la muerte de Angelelli; y así, sobre la 
base de lo denunciado por Puigjané, el 5 de agosto de 1983, se inicia en
 Neuquén por parte de la Defensoría del Tribunal Superior de Justicia, 
el sumario (Expte 22.139/ 83), caratulado "Acuerdo Extraordinario N° 
1992". 
Como
 no podía ser de otra manera, el Tribunal Superior de Justicia, se 
declara incompetente por razones de jurisdicción, y remite lo actuado el
 mismo el 5 de agosto, al Superior Tribunal de Justicia de La Rioja. El 
19 de julio de 1986 se inicia en el Juzgado Criminal y Correccional de 
Primera Instancia N° 1 de La Rioja, a cargo del Dr. Aldo Fermín Morales 
el Expediente 23.350/86, caratulado "N.N., Homicidio Calificado y 
Tentativa de Homicidio Calificado", donde se toma declaración a falsos 
testigos como posteriormente se demuestra, en la Cámara Federal de 
Córdoba, que imputaron en sus declaraciones a personal militar, objetivo
 final y cantado de la maniobra. El "juez" Morales decide que Angelelli 
fue víctima de un homicidio premeditado y eleva la causa. 
La valiente actitud de Monseñor Witte 
Ante
 el curso que tomaba esta maniobra judicial fraudulenta, Monseñor 
Bernardo Witte, Obispo de La Rioja, hizo importantes declaraciones en 
1988, ya en plena época de cacería alfonsinista contra las Fuerzas 
Armadas. El 29 de julio de 1988, el diario "La Prensa", publica su 
declaración, en la que afirma, en referencia al dictamen elaborado en 
1986 por el Juez de La Rioja: "Nos sorprendimos de que la misteriosa
 muerte de Monseñor Angelelli, haya sido caratulada de asesinato sin que
 se tengan las pruebas suficientes". "En la causa se incluyó a militares
 sin suficientes pruebas, y luego éstos recibieron los beneficios de las
 leyes de punto final y obediencia debida, sin que pudieran defenderse".
 No contento con estas declaraciones en defensa de la verdad, el Obispo 
realizó un hecho de inestimable valor procesal: el 27 de septiembre de 
1988, ante la negativa del Juez Morales de tomarle declaración 
testimonial, el único testigo presencial del accidente que sufrió el 
Obispo se presenta por tercera vez en el Obispado de La Rioja y relata 
con lujo de detalles como vio lo ocurrido, en razón de encontrarse 
encaramado en un poste de la línea de alta tensión que une la localidad 
de Patquía con Chamical, efectuando la reparación de la misma. 
"Manifiesta
 que aproximadamente en el Km. 1057 de la Ruta Nac. N° 38 , la camioneta
 se desvía de la ruta hacia la derecha sin disminuir la velocidad 
recorriendo mas de cien metros con las dos ruedas derechas sobre la 
banquina, alejándose del centro de la ruta, hasta que en determinado 
momento el conductor en una brusca maniobra, como si se despertara, 
trata de volver al centro de Jaruta, oportunidad que escucha el reventón
 de la cubierta, ve un giro hacia la izquierda, apertura de la puerta 
derecha, expulsión de un cuerpo vestido de negro, y posterior vuelco en 
dirección a la banquina opuesta, donde el vehículo queda de costado en 
dirección opuesta a la que venía". "Que
 la persona que acompaña al conductor es la que queda tirada en el 
suelo. El que conducía permanece en el vehículo hasta que el mismo 
termina su recorrido". 
"Que
 en el momento del accidente no se encontraba ningún otro vehículo sobre
 la ruta, ni tampoco circulando por la misma". "Que en agosto de 1956 en
 el Obispado y por indicación del Sr. Obispo ya relató lo mismo al Juez 
Morales y quedó a la espera de ser citado al Juzgado para ratificar lo 
expresado, lo que nunca ocurrió". "Que posteriormente a la entrevista 
recibió ofertas de dinero para no decir lo que sabía y amenazas si 
llegaba a hablar". "Que el 18 de agosto recibió la última llamada en que
 le ofrecen 50.000 dólares". "Que la presente declaración la realiza por
 entera voluntad y en el temor de que se cometa un atentado para evitar 
que pueda declarar ante el Juez que instruye la causa". 
Monseñor
 Bernardo Witte certifica al pie que lo expresado ha sido firmado en su 
presencia con total voluntad del declarante. Procediéndose 
posteriormente a depositar lo relatado en una Escribanía en hoja de 
actuación notarial N° 0.266.666, para resguardo de la persona, en 
calidad de depósito con instrucción de que sea entregado el sobre con 
membrete del Obispado de La Rioja, que contiene lo declarado, 
debidamente refrendado a la autoridad competente en caso de muerte, 
incapacidad o desaparición del exponente. 
La Cámara Federal de Córdoba desbarata la impostura 
Era
 muy grosero el fallo de Morales como para subsistir, tanto como las 
mentiras de los profetas del odio. Así que recibidas sus actuaciones por
 la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba, ésta se aboca con total 
responsabilidad y dedicación a investigar si el Obispo de La Rioja, 
murió como consecuencia de un accidente automovilístico, o si fue 
víctima de un atentado criminal, puntualizando que los pasos dados en 
procura de averiguar la verdad del hecho, se realizan en base a tesis, a
 las informaciones recabadas y a los antecedentes en su poder. 
El
 14 de marzo de 1989, el Fiscal Federal Luis Roberto Rueda, al contestar
 vista de la causa a la Cámara Federal de Córdoba, en un pormenorizado 
informe refiriéndose a la resolución del Juez Riojano, expresa: "Por
 las razones precedentes, considera este ministerio que no es correcta 
la declaración judicial relacionada en tanto afirma que la muerte del 
Obispo fue a causa de un homicidio, pues resulta débil la objetividad 
probatoria en que se sustenta el razonamiento". 
El 20 de abril de 1990 la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba en su resolución expresa: "La
 Corte Suprema de Justicia de la Nación atribuyó a esta Cámara Federal 
la responsabilidad jurídica de conocer e investigar la verdad respecto 
del hecho que costara la vida de Monseñor Enrique Angelelli. A tales 
fines se practicaron numerosas medidas tendientes a esclarecer su 
muerte, algunas de ellas totalmente nuevas, producto de la investigación
 realizada por el Tribunal [...} No obstante lo expuesto y todo lo 
actuado en autos, resulta imposible poder asegurar que el hecho haya 
sido consecuencia de un accionar doloso. Está probado que la muerte se 
produjo a causa del accidente, pero a esta altura de la investigación, 
que se considera agotada, no hay elementos suficientes que permitan 
afirmar que el accidente haya sido efectivamente provocado. Por lo 
expuesto, en virtud de las medidas instructorias practicadas y demás 
consideraciones efectuadas, y atento que los medios de justificación 
acumulados no son suficientes para demostrar la perpetración del delito,
 en concordancia con lo dictaminado por el Señor Fiscal de Cámara, este 
Tribunal estima pertinente dictar el sobreseimiento provisional de la 
presente causa". 
La lamentable omisión de la Cámara 
Lamentablemente,
 la Cámara no toma bajo su responsabilidad, ni ordena el esclarecimiento
 de las motivaciones que llevaron a la formulación de falsas denuncias 
que oportunamente realizaron Monseñor De Nevares y Fray Antonio Puigjané
 en 1983, como así también la connivencia, de otras personas que 
intervinieron en el proceso, como por ejemplo el Padre Pinto, Armando 
Torralba, Mona Moncalvillo, Monseñor Novak, Monseñor Hesayne y otros, 
quienes a través de una hábil campaña publicitaria y acciones jurídicas 
facilitadas por la conducía atípica del Juez de La Rioja Dr. Morales, 
ofrecieron una visión de la muerte de Angelelli carente de seriedad, 
tendenciosa y con marcados fines ideológicos. 
Se
 había desbaratado un fraude judicial, pero insólitamente no había 
culpables, las responsabilidades se esfumaban, la evidentemente 
intencionalidad de calumniar e injuriar a miembros de las Fuerzas 
Armadas, operativo que además el castro-comunismo venía desarrollando en
 todo el continente, en consonancia con su objetivo de infiltrarse en la
 Iglesia, no fue sancionada como correspondía. 
Kirchner oficializa la mentira 
Se
 podrían derramar torrentes de tinta contando las andanzas de ese 
siniestro personaje llamado Puigjané. Recordemos lo que todo el mundo 
sabe: que participó del demencial asalto al Regimiento de La Tablada, el
 cual le costó la vida a cuarenta personas, mientras otras sufrieron 
horribles mutilaciones, como el Comisario Re, que perdió ambas piernas, o
 el Teniente Coronel Nani, con la pérdida de un ojo. Y bien, Puigjané, 
secuaz de Angelelli, como lo fue también del múltiple homicida Gorriarán
 Merlo, fue el gran alimentador de la teoría del asesinato de Angelelli. 
Hoy,
 esta impostura marxista, ha sido oficializada por el Presidente 
Kirchner, quien —en un verdadero festival del clero y del laicado 
tercermundista— homenajeó públicamente al Obispo Angelelli el último 4 
de agosto, declarándolo víctima de un asesinato perpetrado por las 
Fuerzas Armadas. 
Ya
 antes, en su estada en Roma, con ocasión de la asunción del Papa 
Benedicto XVI, Kirchner había homenajeado a los agentes de la subversión
 marxista que actuaron dentro de la Congregación de los Palotinos, hecho
 sobre el que ya informamos en su momento (cfr. "Cabildo", n° 46. mayo 
de 2005) 
Parece un chiste de mal gusto, pero sólo le falta canonizar a San Tucho. 
26 de Diciembre de 2011 
Publicado en Revista Cabildo N°49 
Agosto de 2005- 3era.Época 
Publicado en  
Iglesia Clandestina 
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La Caridad sin Verdad sería ciega, La Verdad sin Caridad sería como , “un címbalo que tintinea.” San Pablo 1 Cor.13.1