20.01.2012 | Terrorismo | Por: Carlos E. Viana
23er. Aniversario de Heroísmo y Traición
Ataque
 terrorista al Cuartel del RI 3 General Belgrano. Algunos interrogantes 
sobre Robert K. Goldman (CIDH), Raúl Alfonsín, sus colaboradores y 
Néstor y Cristina Kirchner y la actuación de Daniel Ortega y Fidel 
Castro. “¿Quién no respetará de hoy en adelante a los cuerpos militares 
de Buenos Aires?” Proclama de la Primera Junta de Gobierno del 29 de 
mayo de 1810, creando el Regimiento de Infantería Nro. 3.
Por Carlos E. Viana para el Informador Público
La Tablada 23 de enero de 1989, 6 de la mañana.
Un
 grupo terrorista asalta el Cuartel del RI 3 General Manuel Belgrano, de
 la Tablada, mediante un camión que derriba su puerta y arrolla al 
soldado conscripto de 19 años que montaba guardia cuerpo a tierra con un
 fusil FAP. Los atacantes tenían lanzagrandas RPG2 y RPG7, de origen 
soviético y chino, que son las que utilizaban las tropas nicaragüenses 
llamadas sandinistas, en ese entonces bajo el mando del Presidente de 
Nicaragua Daniel Ortega.
Son
 asesinados cuatro soldados conscriptos de 19 años, que cumplían el 
servicio militar obligatorio y en total 13 efectivos del Ejército y de 
la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Esta última fuerza es la que
 rodea el cuartel de inmediato a las siete de la mañana y cerca de los 
invasores. Recién a media mañana, cinco o seis horas después, el 
Presidente Alfonsín ordena que concurran fuerza del Ejército para 
recuperar la unidad, demora que causa más bajas entre los defensores del
 regimiento y que resulta inexplicable en el Presidente que como 
Comandante en Jefe de las FFAA, es responsable por su seguridad. El 
Presidente se había comunicado con su Ministro del Interior Enrique 
Nosiglia, informándole del ataque y pidiendo que se reuniera con él. 
¿Porque el Presidente demoró seis horas en ordenar el contraataque de 
tropas del Ejército, mientras que la Policía de la Provincia de Buenos 
lo hizo de inmediato?
¿Por qué la justicia no investigó si Nosiglia se había reunido previamente en Brasil con miembros del MTP, que reivindicó el ataque, entre ellos su íntimo amigo Francisco Provenzano?
Poco
 antes del mediodía el vocero presidencial José Ignacio López informó 
que se trataba de un ataque de militares carapintadas, pero después dijo
 que solo eran atacantes y al final reconoció que eran terroristas. ¿Por
 qué estas contradicciones?
El Preludio del ataque
Diez
 días antes del ataque, el periodista Guillermo Cherashny había 
denunciado en El Informador Público, que el ERP liderado por Gorriarán 
Merlo y la Junta Coordinadora Nacional de la UCR Capital -que lideraba 
Nosiglia- tenían contactos y que Gorriarán había invertido un millón de 
dólares en un importante diario de centroizquierda. El 20 de enero, 
Cherashny denunció un encuentro entre Nosiglia y los dirigentes del 
MTP-ERP Felicetti y Provenzano, este último muerto en el ataque, pero 
además habían mantenido a fines de diciembre una reunión en la 
Confitería Paladium. Según esta denuncia, Nosiglia les había pedido a 
los dirigentes del MTP que denunciasen un pacto entre Menem y Seineldín.
 Nosiglia y Provenzano eran amigos íntimos y de familia. No obstante 
durante el juicio por el asalto Nosiglia negó conocerlo, por lo que fue 
acusado de falso testimonio, lo mismo que con Felicetti quien no 
concurrió al juicio ese día para evitar un careo. Por su parte Jorge 
Baños otros de los miembros del MTP-ERP caído en el asalto, había 
comprado un departamento en Barrio Norte (Buenos Aires), con uno de los 
celebres crédito del Banco Hipotecario Nacional dirigido por Aníbal 
Reinaldo (Coordinadora - radical), mientras que Carlos Becerra 
Secretario General de la Presidencia también había mantenido relaciones 
con el MTP-ERP. 
El objetivo
El
 gobierno de Raúl Alfonsín estaba preocupado por las encuestas que 
favorecían a Carlos Menem para las próximas elecciones presidenciales. 
Se habría fijado una estrategia mediante la cual este grupo terrorista 
actuaría al principio como un levantamiento carapintada del ejército, 
que sería reprimido en principio por el grupo terrorista mismo. Esto 
daría la excusa para declarar el estado de sitio y el Presidente 
Alfonsín gobernaría por decreto y acusando al PJ de intento de golpe de 
estado. Ya había un antecedente cuando en 1985, el gobierno había tomado
 esta medida de excepción para amedrentar al periodismo.
Daniel Ortega y Fidel Castro
La
 porción de terroristas extranjeros provinieron de campos de 
entrenamiento en Nicaragua, apoyados por agentes de la DGI (Dirección 
General de Inteligencia) cubana. Ellos tomaron la decisión, ya que 
Gorriarán Merlo comandante del ataque; uno de los asesinos del 
empresario italiano Oberdan Salustro (FIAT) y de María Cistina Viola de 
tres años de edad; se encontraba refugiado en Nicaragua, donde había 
colaborado en la represión y tortura contra opositores y tenía un grado 
militar. El armamento en parte era el que se estaba utilizando en dicho 
país. El gobierno de Nicaragua hizo aportes financieros al MTP, en el 
año previo al ataque. Daniel Ortega, actual presidente socialista de 
Nicaragua y Fidel Castro brindaron el apoyo logístico, tropas e 
impulsaron el ataque.
La Crueldad y el Heroísmo
El
 propio Presidente Alfonsín, fracasado el asalto, se vio obligado a 
reconocer la crueldad de los atacantes. Una de las guerrilleras herida 
le pidió a un compañero, que si ella moría, él matara a un soldado 
conscripto prisionero de 18 años. Murió y el terrorista ejecutó 
fríamente el pedido. Mientras, desde los edificios aledaños al cuartel 
guerrilleros apostados, hacían de francotiradores, entre ellos Gorriarán
 Merlo y su hija que abandonaron a sus compañeros cuando vieron que 
estaban perdidos. El saldo de muertos de propias tropas fue de nueve 
integrantes del Ejército Argentino y dos de la Policía de la Provincia 
de Buenos Aires. La cantidad de heridos y mutilados alcanzó a treinta y 
siete hombres, algunos de ellos de suma gravedad y otros con lamentables
 mutilaciones corporales (pérdida de ambas piernas, pérdida de un ojo, 
etc.). El soldado Roberto Taddía (19 años) se encontraba barriendo las 
inmediaciones de dicha dependencia. Fue asesinado mientras tenía una 
escoba en la mano. Fue el primer muerto.
 Mayor
 Horacio Fernández Cutiello (h), impidió con el fuego de su FAL la toma 
de la Jefatura de la unidad. Al salir para continuar combatiendo recibe 
un balazo en la espalda y ya caído de bruces, lo dan vuelta y le 
disparan con una itaca en el rostro. Tenía cuatro hijos. 
El
 Teniente Ricardo Rolón se introdujo valientemente en uno de los 
edificios tomados por los terroristas, recibiendo el fuego enemigo, lo 
cual le produce la muerte. Era Rosarino, pero no figura en los museos de
 la Memoria que fundaron Obeid (PJ), Binner (PS), Lifchitz (PS) y 
mantiene Fein (PS). 
El
 Sargento Ayudante Ricardo Esquivel es muerto cuando trata de ayudar a 
heridos. Tenía un hijo. El Sargento Ramón Orué, es muerto cuando se 
enfrenta con dos terroristas que intentaban huir. También tenía hijos. 
El
 Cabo Primero José Albornoz se adelanta a su fracción defendiendo el 
polvorín de la unidad, siendo alcanzado por el fuego terrorista que le 
produce la muerte. Era padre de un bebe de un mes. 
El
 Soldado Martín I. Díaz (19 años de edad), defiende valientemente su 
puesto de centinela hasta que es asesinado de un tiro en el pecho. 
Mueren también combatiendo heroicamente, el Comisario Inspector de la 
Policía de la Provincia de Buenos Aires Emilio García García y el 
Sargento Manuel Soria, Mientras que al Comisario Luis Alberto Re los 
terroristas le volaron ambas piernas con un disparo de mortero. El 
teniente Coronel Luis Zamudio y es herido de un tiro por la espalda y el
 Teniente Coronel Nani, héroe de Malvinas, pierde un ojo en la 
recuperación del cuartel.
La Comisión de Interamericana de “Derechos Humanos”
En
 1999 y en el 2000 el entonces Presidente de la Comisión Interamericana 
de Derechos Humanos, Robert K. Goldman y el Secretario Ejecutivo de la 
misma Jorge A. Taiana, hicieron visitas a la Argentina exigiendo que el 
Congreso apruebe una ley que permita a los entonces terroristas por el 
asalto al cuartel de La Tablada hacer una apelación, lo cual significaba
 la libertad de los mismos. 
Cave
 aclarar que Goldman fue relator para los casos de Argentina y Colombia.
 En un mensaje que dio en una reunión de la CIDH en Colombia dijo, “En 
lo que se refiere a la aplicación de la Convención Americana y otros 
tratados de derechos humanos, la Comisión considera que en la medida en 
que estos grupos actúen como agentes o mandatarios del Estado o sus 
actos ilícitos cuentan con la aquiescencia, anuencia o tolerancia de 
éste, sus acciones pueden resultar imputables al Estado y generar su 
responsabilidad internacional”. Debemos recordarle al Dr. Robert K. 
Goldman que en el ataque al RI 3 en La Tablada, participaron 
guerrilleros entrenados en Nicaragua y con el apoyo de inteligencia de 
la DGI (Inteligencia) cubana, por lo cual él debería haber investigado 
este hecho y más aún, dadas las sospechas y pruebas de las relaciones 
entre el entonces Ministro del Interior Enrique Nosiglia y otros 
miembros de ese gobierno, incluido el Presidente Alfonsín, el relator 
debería haber pedido la investigación del hecho, porque habrían estado 
involucrados tres estados, Nicaragua, Cuba y el gobierno argentino. 
El
 espíritu de los principios de la Comisión Interamericana de Derechos 
humanos, debería ser la justicia y la misma norma para todos los 
estados, cosa que el profesor de College of Law de Washington DC y 
codirector del “Center for Human Rights of the American University”, 
parece ignorar, lo mismo que los otros comisionados de la CIDH. 
Con
 respecto al Juez German Castelli de Morón (Argentina) y el Fiscal 
Federal Sebastián Bazo en el 2008, en la resolución que ordenaba la 
detención del General Alfredo Arrillaga comandante de las tropas que 
recuperaron el cuartel y del Coronel Jorge E. Varando, dijeron: “a la 
luz de lo expuesto, el resultado de los informes mencionados dan plena 
razón a las conclusiones de la Comisión Interamericana de Derechos 
Humanos en punto a que (los nueve presuntos fusilados) habrían perecido 
en el lugar, en manos de agentes del Estado y, a su vez, pone en 
evidencia la fragilidad de los argumentos del Estado argentino”. ¿Porque
 no pide la citación de Nosiglia y de Alfonsín (en ese entonces con 
vida), ambos sospechados de complicidad? 
El
 23 se cumple el 23er. Aniversario de el ataque al Regimiento 3 de 
Infantería General Belgrano. Los criminales y quienes traicionaron a la 
patria apoyándolos, están el libertad, los héroes que recuperaron el 
cuartel en nombre de Argentina están muertos, algunos presos, otros con 
la amenaza de ser detenidos, mientras, tanto Néstor como Cristina 
Kirchner se abrazaron con los asesinos Fidel Castro y Daniel Ortega y la
 CIDH ignora los más elementales derechos humanos de quienes jugaron su 
vida defendiendo la libertad. 
Nosotros
 no podemos menos que rendirle un sentido homenaje a los caídos, heridos
 y veteranos, que heroicamente defendieron la bandera celeste y blanca y
 solidarizarnos con los presos políticos que están acusados de haberla 
honrado. 
El
 epígrafe con el párrafo de la proclama de la Primera Junta del 29 de 
mayo de 1810, decretando la creación del Regimiento 3 de Infantería, 
muestra el abismo entre el patriotismo de la misma y las actitudes de 
Alfonsín y los Kirchner.