MAGISTERIO DE LA IGLESIA RESPECTO DEL ABORTO
"Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado" (Jeremías 1,5)
Recogemos
aquí algunos pasajes de la encíclica de S.S. Juan Pablo II: Evangelium
Vitae ("El Evangelio de la Vida"). Recordemos que una encíclica es una
carta en la que el Papa ejerce la mayor autoridad de su magisterio como
Vicario de Cristo.
Su Santidad comienza con
estas palabras: "El Evangelio de la vida está en el centro del mensaje
de Jesús. Acogido con amor cada día por la Iglesia, es anunciado con
intrépida fidelidad como buena noticia a los hombres de todas las épocas
y culturas" (1).
Estamos en una crisis que
afecta la dignidad humana y sus derechos. Es un conflicto entre la
"cultura de la muerte" y la "cultura de la vida". Jesucristo llama a
todos a escoger la vida sobre la muerte.
Jesús dijo: No matarás, no
cometerás adulterio, no robarás... (Mateo 19,18). La vida humana es
sagrada e inviolable: "Pediré cuentas de la vida del hombre al hombre"
(Génesis 9,5) (52).
La vida humana es sagrada
porque desde su inicio comporta "la acción creadora de Dios" y permanece
siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo
Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término: nadie, en
ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo
directo a un ser humano inocente (53).
"Confirmo que la eliminación directa y voluntaria de un ser humano inocente es siempre gravemente inmoral" (57).
"Ninguna palabra puede
cambiar la realidad de las cosas: el aborto procurado es la eliminación
deliberada y directa, como quiera que se realice, de un ser humano en la
fase inicial de su existencia, que va de la concepción al nacimiento"
(58).
Dijo el Santo Padre: "Declaro
que el aborto directo, es decir, querido como fin o como medio, es
siempre un desorden moral grave, en cuanto eliminación deliberada de un
ser humano inocente. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en
la Palabra de Dios".
Con respecto a los embriones
humanos dice: "El uso de embriones o fetos humanos como objeto de
experimentación constituye un delito en consideración a su dignidad de
seres humanos, que tienen derecho al mismo respeto debido al niño ya
nacido y a toda persona" (63).
El Papa nos ofrece esperanza:
"El Evangelio de la Vida es una realidad concreta y personal, porque
consiste en el anuncio de la persona misma de Jesús" (29).
"También hoy, dirigiendo la
mirada a Aquél que traspasaron, todo hombre amenazado en su existencia
encuentra esperanza segura de liberación y redención" (50).
Este Evangelio (buena
noticia) no es sólo la enseñanza personal del Papa o de la Iglesia. Es
de origen divino. La Iglesia desde el principio lo ha anunciado. Dios
nos ordena: "No matarás".
María es la mujer que nos da el mejor ejemplo de cómo acoger la vida.
A las mujeres que se han
practicado un aborto el Santo Padre les dice que él comprende su dolor y
su corazón herido. Las invita al arrepentimiento, a la reconciliación, y
a la esperanza. Las invita también a ser las más elocuentes defensoras
del derecho a la vida (99).
Nos invita a todos a celebrar
la vida y a defenderla. Nos llama a la oración y el ayuno como medios
eficaces para ayudar a realizar los designios de Dios.